5 medidas para que tu situación económica no sea una preocupación
La situación económica es uno de esos temas que a veces toman una importancia desproporcionada. Todos sabemos que hay cosas más importantes, pero lo cierto es que cuando llegan las cuentas de fin de mes, el asunto no tiene variantes. O pagas, o pagas. Si las cuentas de fin de mes no son problema, a veces sí lo es el hecho de que deseas algo que te parece muy difícil de obtener. Por más que te esfuerzas, ves la meta demasiado lejos. Estiras el presupuesto y aún así siempre todo se queda en deseo.
“¿Quieres ser rico? Pues no te afanes en aumentar tus bienes, sino en disminuir tu codicia”.
-Epicuro de Samos-
Por supuesto, no faltan los casos de quienes compran todo lo que quieren, pero siempre permanecen al borde de la quiebra. Son realmente pocos los que nunca tienen algún dolor de cabeza con las finanzas. Es un tema que se atraviesa y a veces no nos deja en paz.
Sin embargo, por lo general los problemas no vienen por la cantidad de dinero que se obtiene o se deja de obtener. Lo crucial está en la forma de administrarlo. Solo hay tranquilidad cuando se garantizan algunos aspectos que son fundamentales. Siempre se puede ejercer mejor control sobre la situación económica y aquí hay cinco medidas para lograrlo.
1. Ahorrar, la base de una buena situación económica
Es difícil hablar de ahorro en tiempos donde el consumismo ha llegado a extremos. De hecho, ya no se habla tanto de cuál es tu patrimonio, sino de cuál es tu capacidad de consumo. Todo el tiempo somos bombardeados por ofertas, promociones y llamados a que gastemos el dinero.
Ahorrar es básicamente un hábito que además resulta fundamental para alcanzar una situación económica estable. Los economistas han precisado cuál debe ser el monto de ese ahorro: el 10% de los ingresos. Si te haces a la idea de que ese 10% nunca te pertenece, que es como un impuesto que debes pagar, todo será muy fácil. No debes gastar ese dinero al menos en un año. Te puedes sorprender de lo eficaz que esto resulta para adquirir aquello que deseas y que siempre se queda en ganas.
2. Tener un fondo de emergencia
Muchas veces una buena situación económica se va al traste debido a una eventualidad costosa. Un daño inesperado en el hogar, una enfermedad o un viaje de emergencia son los imprevistos más habituales.
Por eso es necesario crear y mantener un fondo de emergencia. Otra vez los economistas tienen una respuesta para la pregunta de cuánto destinar a ese fondo. Dicen que lo adecuado es el 5% de los ingresos. En este caso también debes asumir que ese dinero no te pertenece. Haz de cuenta que se trata de una deuda con tu bienestar, que tienes que pagar mes a mes.
3. Garantizar tu seguridad social
Esta es una medida sobre la que hay que insistir sobre todo en las personas más jóvenes. A una edad temprana la vejez parece algo inexistente. Pero existe y puede llegar con todo su rigor, poniéndote en una posición de extrema vulnerabilidad.
Actualmente no siempre se ofrecen trabajos con todas las garantías que implica la seguridad social. Si es tu caso, de todos modos debes invertir en un fondo o hacer un ahorro adicional para la vejez. También hay un porcentaje para esto: se recomienda el 15%. Y si es posible, más. Contar con recursos en la última etapa de la vida no tiene precio.
4. Llevar un presupuesto mensual
Para tener una situación económica estable es necesario llevar un presupuesto mensual. Es muy importante saber cuánto dinero obtenemos y en qué lo gastamos, especialmente si tus ingresos no son fijos. Llevar cuentas tiene algo de deprimente, pero es absolutamente necesario.
Con base en lo que ya hemos dicho, de tus ingresos mensuales debes descontar un 30%. Lo demás es lo que puedes considerar realmente el dinero destinado a gastos. Algunos pueden pensar que es demasiado, pero si te fijas bien, es sobre todo un asunto de costumbre. Se sabe que a veces suben los ingresos y tampoco alcanzan. Esto se debe a la falta de disciplina con el presupuesto.
5. No comprar de manera impulsiva
Volvemos al comienzo: estamos en un entorno en el que todo el tiempo nos incitan a consumir. Muchos anuncios van directamente orientados a que hagas compras impulsivas. Por eso te ofrecen grandes atractivos, para vencer tu resistencia.
Sin darte cuenta a qué horas, muchas veces terminas comprando cosas que en realidad no necesitabas. Y peor: cosas que en realidad no deseabas. Simplemente te dejaste llevar por ese 70% de descuento, o por una moda de consumo que no te aporta finalmente nada bueno.
Aunque no lo parezca, el dinero tiene mucho que ver con la psicología y la organización. Su significado, su uso y las consecuencias de este son asuntos que están mucho más en la mente que en la realidad objetiva. Tener una buena situación económica es decisivo para la tranquilidad. Hay que ajustar las cosas para que el dinero no te quite el sueño.