6 claves para mejorar la comunicación entre padres e hijos

En ocasiones nos encantaría tener una relación más estrecha con nuestros padres e hijos pero, a veces, surgen barreras. Veamos con detalle como mejorar la comunicación y, por ende, las relaciones paterno-filiales
6 claves para mejorar la comunicación entre padres e hijos
Sergio De Dios González

Revisado y aprobado por el psicólogo Sergio De Dios González.

Escrito por Equipo Editorial

Última actualización: 06 agosto, 2023

No existe un manual que sirva para todos los padres del mundo, pero sí existen ciertas pautas generales que pueden convertirse en una buena brújula si queremos mantener una buena relación con nuestros hijos. Estas pautas también nos pueden orientar para hablar con ellos de algunos temas delicados. La comunicación entre padres e hijos es muy importante.

En este artículo en concreto os ofrecemos algunas claves para mejorar la comunicación, para aumentar la empatía, mejorar la forma en la que escuchamos a nuestros hijos y aumentar su motivación para que ellos nos escuchen.

“Lo más importante en la comunicación es escuchar lo que no se dice”.

-Peter Druker-

Claves para mejorar la comunicación entre padres e hijos

Mejorar la comunicación entre padres e hijos es fundamental para fortalecer el vínculo y vivir en armonía familiar.

1. Intenta no ser impositivo, ¡Dialoga con tus hijos!

A la hora de comunicarnos con ellos, es mejor no dar opiniones cerradas, impositivas o directivas. Especialmente si los niños ya no son tan niños y tienen una edad. Dialoguemos con ellos, hagamos preguntas, incentivemos la reflexión conjunta, escuchemos los motivos por los que hicieron lo que hicieron y alcancemos acuerdos que nos dejen y les dejen satisfechos. 

Como padres queremos controlar todas las situaciones que viven nuestros hijos, en casa, con sus hermanos, amigos, abuelos, en el colegio, etc. Creemos que si les decimos qué hacer, incluso cuando la situación ya ha pasado, ellos obedecerán, y de esta forma estarán protegidos si algo así les volviera a ocurrir.

La realidad es que la mejor forma de ayudar a nuestros hijos ante los conflictos es ayudarles a reflexionar, intentando comprender los motivos por los que actuaron de esa forma. Esto también ayudará a la relación que tenemos, ya que se sentirán escuchados y tomados en cuenta.

“El carácter de un hombre podría ser aprendido por los adjetivos que usa habitualmente en sus conversaciones”.

-Mark Twain-

Padres con su hija en el campo

2. Hablar de las propias experiencias para mejorar la comunicación entre padres e hijos

La comunicación entre padres e hijos debe ser mutua y adaptada al nivel y la edad de nuestro hijos. Por otro lado, puede ser muy bueno que les contemos nuestras experiencias -tanto pasadas como actuales-, la forma que nos sentimos y lo que pensamos. Esto nos hace mas humanos y nos baja un poco de esta posición de que nada nos pasa y nada nos molesta, que a veces proyectamos.

Con esta comunicación nuestros hijos se sentirán mas cercanos a nosotros y podrán escuchar otras formas de resolver problemas. Esto no necesariamente implica que harán lo mismo que nosotros, pero sí puede darles pie para que nos pregunten y tengan mas confianza con nosotros para contarnos lo que les pasa.

3. Escúchales sin juzgar

Escuchar activamente, es ser empáticos y dar una importancia especial a los sentimientos que hay detrás de los que nos narran. Esto implica que tenemos que hacer un esfuerzo por vencer determinadas barreras, especialmente aquellas que tienen que ver con su indecisión e inseguridad.

En este sentido, es importante no utilizar en su contra todo aquello que nos cuenten en confianza, por muy enfadados que podamos llegar a estar en un determinado momento.

Por otro lado, nuestro hijos van a plantearnos retos que también son interesantes para nosotros. Uno de esos retos es el de abrir nuestra mente y entender que ellos pueden tener otra forma de ver el mundo. De manera que vamos a tener que reconocerles como iguales o incluso como mejores en determinadas áreas, a medida que crecen.

Al no juzgarles, les mandamos un mensaje claro a nuestros hijos: queremos escucharles y estamos dispuestos a aceptarles. A aceptar que se sientan tristes, enfadados o dolidos. Así, desde el reconocimiento de sus emociones es desde donde vamos a poder ayudarles a elegir la mejor opción.

“Sean cuales sean las palabras que usamos, deberían ser usadas con cuidado porque la gente que las escuche serán influenciadas para bien o para mal”.

-Buddha-

Madre consolando a su hija adolescente

4. Antes que amigos, somos padres

En temas de comunicación con los hijos es importante estar abiertos, saber lo que les interesa y lo que les gusta, pero nuestros hijos necesitan padres que les orienten, que les pongan limites, y no amigos o colegas. Ese no es nuestro rol, o al menos nuestro rol principal.

Para nuestros hijos, conforme vayan creciendo y haciéndose adolescentes, habrá temas de los que no querrán hablar con nosotros y es importante que lo respetemos (incluso que tengamos paciencia: igual ahora no quieren, pero si mantenemos la puerta abierta, igual dentro de unos días sí).

Además, si tenemos una buena comunicación y cercanía con nuestros hijos, estos temas no sean muchos y al final terminarán recurriendo a nosotros cuando tengan una preocupación importante. Pero, como hemos dicho, eso sucederá siempre que respetemos su intimidad y el nivel de autonomía que corresponde a su edad. De otra forma, para proteger estos dos derechos, se alejarán de nosotros.

5. Para mejorar la comunicación entre padres e hijos predica con el ejemplo

Es importante establecer un comunicación entre padres e hijos directa y clara con los temas que así lo requieran. Si nuestros hijos tienen la sensación o nos ven hablando de ellos, de nuestra familia y de cosas íntimas con otros, lo más probable es que se vuelvan reservados por miedo a que contemos lo que nos confían.

Otro valor en el que se asienta una buena comunicación con nuestros hijos es la sinceridad. Es importante tratar de decir la verdad a cerca de lo que pensamos, decimos y sentimos. Esto también implica cumplir con aquellos compromisos que adquirimos.

En cuanto a la sinceridad, si la practicamos, es probable que nuestros hijos cuando quieran contarnos algo, que saben que no nos va a sentar muy bien, lo hagan de todas formas. Contarán con nosotros para encontrar soluciones a los líos en los que se metan.

Ser sinceros también implica que pidamos perdón y reconozcamos aquellos errores propios que identifiquemos. Nuestros hijos actuarán y se comportarán como observen que nosotros lo hacemos: somos su ejemplo más inmediato, y si no actuamos con sinceridad y discreción, es probable que ellos tampoco lo hagan.

“La comunicación efectiva comienza con la escucha”.

-Robert Gately-

6. No discutas con tus hijos por “quién tiene la razón”

Muchas veces, cuando estamos hablando, las conversaciones se transforman en discusiones que pueden crecer y transformarse en peleas. Es importante evitarlo, manteniendo la clama, comportándonos como adultos, utilizando un tono de voz adecuado y escuchando primero, sin interrupciones.

Cada uno debe ser capaz de exponer sus razones y opiniones y después tratar de llegar a un acuerdo. En muchas ocasiones no estaremos de acuerdo con nuestros hijos o ellos no estarán de acuerdo con nosotros, pero cada uno debería poder expresarse sin sentirse menospreciado.

Recordemos que somos los adultos, pero que no por eso nuestros hijos dejan de tener una opinión o razones para actuar de una determinada manera. En este sentido, hablar sin imponer nuestras ideas es una de las mejores formas para mantener una buena comunicación entre padres e hijos y hacer que estos últimos se sientan valorados y escuchados.

Niña triste agarrada a su madre

Últimas claves para mejorar la comunicación entre padres e hijos

Vamos con algunas recomendaciones finales, con las que vas a poder asentar esa comunicación entre padres e hijos, basada en la confianza:

  • Pregúntales qué necesitan cuando quieren hablar contigo: si quieren un consejo o ayuda para resolver un problema, o solo que los escuches.
  • Habla en positivo: hablemos sobre las actitudes y no sobre ellos: “lo que hiciste no me gusto o “quizá podrías haber hecho algo diferente” y no “eres malo o tonto”.
  • Déjales que cometan errores: no siempre podremos evitar que se equivoquen y muchas veces esa experiencia les servirá de aprendizaje.
  • Sé claro cuando des información: sé consistente y evita contradicciones para que ellos sepan claramente lo que les pides y no haya confusiones.
  • Inclúyeles a la hora de tomar decisiones que afecten a la familia.

En resumen, la comunicación es un pilar de fundamental en cualquier relación. Ella es la que marca los tiempos, los mensajes y en gran medida las interacciones. Indirectamente también marca valores fundamentales, como lo es la confianza o la sinceridad. Por eso mismo, la comunicación entre padres e hijos es importante cuidarla; de hecho, de ella va a depender mucho la ayuda que les podamos prestar a nuestros hijos.


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  • Franco, G. E., & Cuartas, G. E. F. (2001). La comunicación en la familia (Vol. 72). Palabra.
  • Henao, A. M. G. (2012). Recuperación crítica de los conceptos de familia, dinámica familiar y sus características. Revista virtual universidad católica del norte, (35), 326-345.

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