6 consejos para enseñar a tu hijo a manejar el estrés
La adolescencia puede ser un momento muy estresante. Este problema se complica con el hecho de que muchos adolescentes no encuentran formas saludables para manejar el estrés.
Los altos niveles de estrés a los que están sometidos los adolescentes les exponen a una amplia variedad de situaciones de riesgo, tanto para su salud física como mental, que pueden derivan en problemas de salud física, salud mental, problemas educativos y problemas sociales.
A la variedad de complicaciones que se encuentran los padres cuando sus hijos llegan a la adolescencia se suma la necesidad de enseñarles habilidades para gestionar su estrés, habilidades que, por otra parte, muy probablemente no le enseñarán en su centro de estudios.
Estrategias para ayudar a los adolescentes a gestionar el estrés
Para muchos padres es un reto enseñar a sus hijos a gestionar el estrés porque ellos mismo no saben hacerlo. Quienes estén en esta situación deberían tomarse esto como un reto de superación personal para afrontar juntos.
Identificar las fuentes de estrés
Los adolescentes pueden experimentar estrés debido a multitud de situaciones, que pueden ser académicas, derivadas de problemas con los amigos o compañeros de clase, de las primeras relaciones románticas, o incluso por tensión generada por la práctica de un deporte de competición.
El bullying o acaso en cualquier de sus facetas es un factor de estrés muy importante que hay que considerar y que no puede dejarse a un lado, pensando que es normal y que ya pasará.
Sea cual sea el tipo de estrés que experimente un adolescente hay que tomarse sus preocupaciones en serio, aunque como adultos nos pueda parecer una tontería. Lo principal es empezar por ayudar al adolescente a identificar la fuente o fuentes de estrés. A veces, es suficiente para aliviar la tensión identificar cuál es el motivo. En cualquier caso, es la base para tomar medidas eficaces.
Plantear la solución del problema juntos
La mayoría de los problemas de estrés de los adolescentes se debe a la dificultad de resolver los problemas. Muchos de ellos, en vez de hacer frente a los problemas los dejan pasar. De hecho, pequeños problemas se convierten en grandes complicaciones por no haber afrontado su solución a tiempo.
Los padres no deben resolver los problemas de sus hijos, sino enseñarles a analizar el problemas y las opciones y apoyarles en la resolución del problema.
Enseñar a pensar de forma realista
Los adolescentes suelen pensar que las cosas son peores de lo que son respecto a sí mismos y su influencia, magnificando el problema real y sus consecuencias. Por eso es necesario ayudar a los hijos a ver los problemas de manera más realista y explicarles que las emociones suelen nublar nuestra mente.
Es importante no juzgar sus emociones y animarle a mantener un diálogo interno saludable. Ese diálogo interno está condicionado en gran parte por los mensajes que escuche de sus padres. Si un adolescente recibe mensajes de compasión y bondad será más bondadoso consigo mismo y más autocompasivo.
Enseñar formas saludables de afrontar los problemas
Un adolescente estresado, por lo general, no sabe afrontar sus problemas de forma saludable. Por eso es importante ayudarle a analizar cómo gestiona sus emociones y qué medida eso influye en el estrés que padece.
La forma de hablar y discutir con los padres, los hermanos, los amigos o incluso los profesores puede generar un gran estrés. Sin embargo, aprender a decir las cosas de forma saludable, saber escuchar y ser asertivo mejorará mucho la situación.
También es necesario mostrar o ayudar a descubrir a los adolescentes cómo lidiar con los sentimientos incómodos y las situaciones desagradables, aunque esto no significa que tengamos que protegerlo de estos sentimientos y situaciones.
Ser un buen modelo de gestión de estrés
No se puede decir una cosa y hacer otra diferente, al menos cuando se trata de educación. Los hijos reproducen el modelo de comportamiento de sus padres, incluso en la forma de gestionar el estrés. Por lo tanto, los padres deben predicar con el ejemplo. La buena noticia es que nunca es tarde para aprender a gestionar el estrés.
Fomentar un estilo de vida saludable
Salud y estrés están íntimamente relacionados. Un estilo de vida saludable, en el que no falte una alimentación equilibrada, ejercicio físico y sueño suficiente es fundamental para limitar los elementos estresantes y para equilibrar las tensiones del día a día. Una vez más, el ejemplo de los padres es indispensable.