¿Aceptación o resignación?
En muchas ocasiones, creemos estar aceptando una situación, cuando en realidad estamos resignándonos a la misma. ¿Cuál es la diferencia?
Son dos actitudes muy diferentes, ya que la Resignación nos hará sufrir, ya que seguimos esperando que la situación sea de otra forma y no como es en la actualidad. Y en ocasiones, me esfuerzo en cambiarla. Sin embargo, cuando aceptamos, asumimos la realidad, sin pretender cambiarla, sin sufrir por ella, y eso nos permite seguir proyectando en la vida, buscando mejores opciones en otro camino.
Cuando no es aceptación…es resignación.
Creemos aceptar una situación cuando conseguimos “sobrevivir” a ella, cuando la olvidamos…sin embargo, estamos resignados a ella… cuando no nos movemos en la dirección que deseo en mi vida, sino que quedo atrapado/a en la situación de la que me resigno, compadeciéndome de mi mismo/a, sintiéndome víctima de la situación, y no haciendo nada al respecto, ya que en contadas ocasiones me digo a mi mismo/a “esto es lo que hay, no puedo hacer nada”.
De esta forma, me esclavizo a la situación, me ato a ella, me bloqueo en mi vida, ya que creo que esto es lo que me ha tocado vivir y no busco más opciones. Me resigno.
La aceptación es felicidad
Por el contrario, cuando acepto una situación, a pesar de que me disgusta, significa que sigo buscando otro camino para mi felicidad, he descubierto que éste no es mi camino, que esto no me hace feliz, sin embargo, en ésta ocasión o situación, ha ocurrido así.
No por ello me bloqueo, no por ello pienso que siempre será así, sino que aprendo de ésta experiencia y sigo mi camino. La aceptación es algo así, como no ir contra-corriente, sino aprovechando las situaciones para aprender en la vida. Siempre existe la posibilidad de re-dirigir mi vida.
La aceptación es respeto
La aceptación también es respeto, ya que, cuando acepto a una persona tal y como es, desaparece el deseo de cambiarla, la respeto profundamente, y posteriormente decido si me conviene o no, la relación con esa persona, si me siento o no respetada también por ella.
La resignacion impide superar el proceso de duelo
Por ejemplo, cuando me resigno ante el fallecimiento de una persona querida, sufro por ello, me siento enfadado/a con la vida y con el mundo, no lo admito, quiero cambiar esa situación… Y esto es una etapa normal del duelo, pero puede convertirse en un proceso duradero y presente en la vida de aquella persona que realmente no llegue a aceptarlo nunca.
Aceptar el fallecimiento significa haber superado el duelo. Aceptar el fallecimiento, supone dejar de sufrir, no sentir enfado, y poner rumbo a tu vida de nuevo, que sigue y que tiene mucho más que ofrecerte, en éste caso, la aceptación es la etapa final de un duelo sano.
¿Aceptar o resignar?
Aceptar o Resignar, se convierten en dos caras de la misma moneda, porque necesitamos “pasar página y olvidar” lo sucedido, necesitamos seguir viviendo.
Si en mi vida aparece la Aceptación de todo lo que me ocurre, seré el dueño de la misma, superando los obstáculos y encontrando la felicidad en el camino de lo aprendido. Si por el contrario, me resigno, permanecerá conmigo siempre el dolor y el sufrimiento.