Adolescentes rebeldes: 7 consejos para los padres

En el fondo de la rebeldía adolescente hay mucho más de lo que nos podamos imaginar: desde insatisfacción hasta inseguridad y dolor.
Adolescentes rebeldes: 7 consejos para los padres
Sergio De Dios González

Revisado y aprobado por el psicólogo Sergio De Dios González.

Última actualización: 16 mayo, 2022

La adolescencia es una fase importante en el crecimiento individual en la que se sientan las bases para definir la identidad y la individualidad. En este sentido, muchas padres no suelen aceptar -o lo hacen a regañadientes- este proceso de independencia durante esta etapa del desarrollo, pues todavía siguen considerando a los hijos como niños.

Esta postura de los padres suele ir en contra de la del adolescente, quien sí se se cree capaz o tiene más iniciativa para empezar esta “desconexión familiar”, la cual representa una parada ineludible en el camino de la auto-dependencia o autonomía.

Esta disparidad o conflicto, entre las expectativas de los padres y el deseo de los adolescentes, suele despertar la rebeldía de éstos últimos. En estos casos, los adolescentes encuentran en los contextos extrafamiliares una caja de resonancia para su malestar; pero también se topan con frustraciones, al tener dificultades para relacionarse de manera inteligente.

Por tanto, es fundamental que la familia ayude al adolescente en su proyecto vital, enseñando y diseñando con el joven estrategias eficaces que le permitan mejorar la relación con el exterior. A veces, los adultos nos olvidamos de que los adolescentes no tienen la suficiente madurez para relacionarse en contextos cada vez más complejos. Sin embargo, tampoco podemos seguir tratándolos como niños, y es ahí donde precisamente reside la dificultad.

El interés por explorar estrategias de manera independiente es lo que lleva al adolescente a comportarse de manera extraña, al intentar encontrar su lugar en el mundo que poco a poco se empieza a abrir para él. No hay que olvidar que a estas edades no cuentan todavía con demasiadas estrategias para relacionarse en ambientes externos. Por lo que muchas veces se sentirán perdidos, pero tampoco querrán una ayuda que comprometa el terreno de independencia que tanto les está costando ganar.

Puede que los niños adopten las estrategias familiares siendo adolescentes “prefabricados” o que rompan abruptamente con lo enseñado buscando una identidad propia. Acompañarlos en este proceso es vital para que la adolescencia sea solo eso, un paso de la infancia la edad adulta. Si la familia es demasiado impositiva en este proceso, es probable que no tardemos en hablar de una adolescencia rebelde.

“No hay adolescentes problemáticos, sino niños que crecieron sufriendo”

La estructura familiar en los adolescentes rebeldes

Para demostrar la influencia de la estructura familiar en el origen y mantenimiento del problema, se utiliza la descripción de Fishman sobre los adolescentes rebeldes. El adolescente rebelde crece en una estructura familiar caracterizada por fronteras y límites porosos, lo que se manifiesta en que los miembros de la familia están intensamente interconectados.

En este tipo de familias, todos saben de todos. Las fronteras porosas hacen que estas familias sigan los consejos que les llegan del exterior. La baja jerarquización que caracteriza a estas estructuras familiares hace que el problema empeore, siendo los hijos, miembros poderosos dentro de la familia.

A veces, estos chicos responden a las frustraciones con una rabia desmesurada y establecen relaciones con sus pares y novios teñidas de pasión, de intensos enamoramientos, de celos y de rupturas seguidas por aparatosas reconciliaciones. Esta intolerancia a la frustración puede provocar adolescentes rebeldes y conflictivos.

En diversas teorías del aprendizaje, sobre todo del enfoque conductual, encontramos que lo adecuado para la crianza de adolescentes sanos y funcionales es una infancia en la que haya logros, pero también retos y frustraciones. Si nunca dejamos que nuestros hijos se frustren por no conseguir ciertas metas, estaremos educando a monstruos egoístas que se creen con derecho a tenerlo todo por el mero hecho de existir, convirtiéndose en ocasiones, en adolescentes rebeldes.

Padre e hija enfadados dándose la espalda

Este estilo de crianza cada vez se da más en los núcleos familiares. Parece ser que si conseguimos que nuestros niños lo tengan todo seremos mejores padres, pero nada más lejos de la realidad. Si educamos a niños en la cultura de la inoperancia, al llegar a la adolescencia no entenderán nuestros nuevos propósitos, convirtiéndose en adolescentes problemáticos y tiranos.

“Los jóvenes siempre han tenido el mismo problema; cómo ser rebelde y conformarse al mismo tiempo”

-Quentin Crisp-

7 consejos para padres de adolescentes rebeldes

El objetivo de este apartado no es ofrecer “consejos de experto”, sino estimular a los padres para que conecten y encuentren la vía de unión con su hijos. Asimismo, es pertinente tener en cuenta que no todas las sugerencias son válidas en todos los casos, por eso es necesario que el lector profundice en las características particulares de su situación.

Chica adolescente rebelde ignorando a su madre

En primer lugar, es importante fomentar una relación positiva y cercana con el adolescente; pues así será más fácil comprenderlo y acompañarlo en su proceso de independencia.

Además, señalar que, si no la tenemos, siempre tendremos la oportunidad de construirla. Para hacerlo, es fundamental que conozcamos las particularidades y los intereses del adolescente: precisamente gracias a ellas vamos a poder conectar con él. Dicho de otro modo, vamos a tener que pisar su terreno y para ello es mejor que sepamos por dónde nos movemos.

Vamos con esas 7 ideas generales que nos pueden ayudar a tratar con adolescentes rebeldes:

  • Establecer límites. Es necesario que en la convivencia familiar haya una serie de normas a respetar. También es importante que el hijo sepa cuáles son las consecuencias de saltarse esas normas.
  • Invertir tiempo y energía para mejorar la educación de los hijos. Si hacemos esto las probabilidades de encauzar la situación aumentan considerablemente.
  • Ser firme en las decisiones, y no dudar en mantener un estilo de vida honesto con lo que estamos predicando. Debemos dar ejemplo y hazles las ventajas de comportarse funcionalmente.
  • Evitar comparaciones. Compararlo constantemente con sus hermanos o amigos puede dañar su autoconcepto y hacerlo hasta el punto de ser desafiante por este mismo motivo.
  • Evitar presiones innecesarias. Los adolescentes tienen que tener sus propias metas. Los adultos debemos acompañarles en los procesos de elección, pero no debemos presionarlos par que cumplan las metas que nosotros no pudimos cumplir.
  • Aceptar que nuestros hijos no son perfectos. Si nuestro hijo se equivoca, él deberá asumir las consecuencias, aunque eso nos duela y sintamos el deber de protegerle.
  • Ser sincero con ellos. La sinceridad es una herramienta que no solemos utilizar mucho con los hijos. Las relaciones familiares están tan jerarquizadas que a veces obviamos unas de las técnicas más efectivas para acercarnos a los adolescentes.

Cuando la comunicación, la confianza y la amistad no funcionan

Es pertinente mencionar que habrá casos en los que padres y adolescentes no logren establecer una relación positiva y cercana. Si esto ocurre, y además la conducta del joven pone en riesgo su propia integridad y la de los demás, lo mejor será acudir a un especialista que apoye en el proceso. Seguramente habrá que abordar problemáticas más complejas, que van más allá de una lucha por su autonomía.

Para tener en cuenta

En definitiva, los adolescentes son, casi simultáneamente, desconfiados e ingenuos, ilusionados y apáticos, comunicativos y cerrados, protectores y amantes de los riesgos. Es decir, muchos son una contradicción pura con ricos matices, por eso nos despistan tanto.

adolescentes rebeldes bebiendo

La mayoría de ellos están preocupados por su imagen social, ya sea directamente o intentando demostrar que no les importa lo que piensen los demás. Agradecen la ayuda, pero en una primera instancia lo que más agradecen es la confianza y la oportunidad de equivocarse. En este sentido, muchas veces no es necesario entenderles ni temer por ellos, solo acompañarles.

Los hijos adolescentes parecen los más difíciles de educar, pero si lo consigues, tus enseñanzas durarán para toda la vida.


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