Amnesia: tipos y características

Se trata de uno de los trastornos de la memoria más usual. Puede ser de dos maneras: retrógrada o anterógrada. Conoce cada una de ellas.
Amnesia: tipos y características
Gema Sánchez Cuevas

Revisado y aprobado por la psicóloga Gema Sánchez Cuevas.

Última actualización: 15 enero, 2024

Uno de los trastornos de la memoria más conocidos es la amnesia. Este se trata de un problema clínico que causas déficits importantes a la hora de codificar, almacenar y recuperar la información de la experiencia. Ahora bien el proceso psicológico básico de la memoria es complejo y multifactorial, lo que deriva en que la amnesia sea en ocasiones un síntoma complicado de explicar con precisión.

En este sentido, los pacientes con amnesia han sido una fuente de incalculable valor a la hora de comprender un poco mejor cómo funciona nuestra memoria. Investigar los diferentes déficits que nos podemos encontrar nos ayuda a entender más en profundidad la estructura y la funcionalidad de la memoria. La mayor parte del estudio en este tema se ha realizado en torno al síndrome amnésico, un síndrome en el que la memoria episódica se encuentra dañada.

Ahora bien, cuando investigamos la amnesia en la memoria episódica lo hacemos entorno a una organización temporal del daño. Es decir, podemos organizar la amnesia en dos tipos: (a) retrógrada, si ha olvidado aquello que ha ocurrido antes de la enfermedad o accidente, y (b) anterógrada, si está dañada la capacidad de generar nuevos recuerdos. A continuación en los próximos apartados vamos a explicar estas dos categorías de un modo más amplio.

Amnesia retrógrada

La amnesia retrógrada se caracteriza por la incapacidad de acceder a recuerdos anteriores al momento en el que se produce la lesión en la memoria. El periodo de tiempo afectado puede ser variable, desde el olvido de unos días hasta toda una vida. Es importante tener en cuenta que los síndromes, trastornos y lesiones que cursan con este tipo de amnesia, la capacidad de crear nuevos recuerdos está intacta; también se encuentran intactos otros tipos de memoria, como la implícita y la procedimental.

Árbol con forma de cabeza

El origen y causa de este trastorno suele ser de carácter orgánico. Es decir, es la consecuencia de daños a nivel cerebral, concretamente puede ser ocasionada por lesiones en el hipocampo, los ganglios basales o el diencéfalo. Aunque no es menos cierto que la amnesia retrógrada se puede dar sin ningún tipo de lesión, lo que se ha denominada amnesia psicogénica o funcional.

Uno de los pacientes más estudiados con un caso de síndrome amnésico muy acusado fue Clive Wearing. Este sujeto era incapaz de recordar cualquier información que hubiese ocurrido antes del accidente en 1985. Accidente que ocasionó la destrucción de su hipocampo y daños graves en sus lóbulos temporales. Además de la amnesia retrógrada, Clive también sufría una amnesia anterógrada que no le permitía crear nuevos recuerdos; La vida de este paciente suponía vivir en un continuo presente del que no podía escapar.

Amnesia anterógrada

Al contrario del trastorno de tipo retrógrado, la amnesia anterógrada supone la incapacidad de crear nuevos recuerdos después de la lesión. Eso sí, cualquier información que se haya almacenado antes de la lesión permanece almacenada en memoria sometida a fenómenos normales de olvido. Al igual que el anterior, en la mayoría de los casos esta lesión es el producto de una lesión orgánica, donde las estructuras hipotalámicas y temporales se encuentran dañadas.

Una cualidad especial de este trastorno es que solo se encuentra dañada la codificación de la memoria explícita. Esto quiere decir que el sujeto, a pesar de su incapacidad por crear recuerdos, puede aprender nuevas habilidades procedimentales o implícitas. Por ejemplo, si un paciente con amnesia anterógrada toca todos los días el piano, irá mejorando con el tiempo; eso sí, no recordará de manera explícita haber tocado el piano, para él cada día sería como el primer día.

Maceta con forma de cabeza con mariposas

Uno de los casos de amnesia anterógrada más famoso fue el caso de HM (las siglas del paciente Henry Molaison). Este sujeto tuvo que someterse una cirugía para paliar unos ataques epilépticos graves. En este procedimiento quirúrgico se le extrajo gran parte de estructuras hipotalámicas. Esto supuso el fin de sus ataques de epilepsia, pero también le causó graves lesiones en la memoria.

HM era incapaz de recordar nada nuevo después de la operación, pero sus capacidades ejecutivas y procedimentales se encontraban intactas. A la hora de entablar una conversación con él, era coherente y a primera vista no parecía padecer ningún problema; pero al abandonar la conversación y volver con él, ya no te recordaba.

Antes hemos mencionado que los dos tipos de amnesia son independientes: una puede aparecer sin que aparezca la otra. Cabe recordar en este sentido que, en particular, la realidad del síndrome amnésico es mucho más compleja. Lo más normal es que las lesiones afecten a multitud de núcleos cerebrales, lo que desencadena amnesias de carácter mixto. Aun así, el estudio de estas amnesias “puras” es  interesante para conocer mejor cómo funciona nuestra memoria.


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