Tu amor me permitió ser libre
Erich Fromm en su libro “El Arte de Amar” nos recuerda que “el amor no es un sentimiento fácil para nadie sea cual fuere el grado de madurez alcanzado”. ¿Significa esto que amar es sinónimo de sufrimiento por muy claro que tengamos todo? ¿No se puede ser libre estando en pareja o queriendo a otras personas? Trataremos de dar respuesta a estos interrogantes a continuación.
No obstante, antes de avanzar, merece la pena recordar que Erich Fromm no vincula el amor únicamente a una pareja de enamorados en su excelente obra. Trata de dar respuesta a los sentimientos que surgen del amor fraterno, entre padres e hijos, con los amigos, etc. Al fin y al cabo, todas ellas son formas de amar.
¿Qué es ser libre?
No es sencillo explicar el concepto que subyace de la expresión “ser libre”. Si atendemos a sus significados literales, la propia RAE aporta diferentes acepciones relacionadas con la libertad, como puede ser la conciencia para obrar y pensar con voluntad propia, pero siempre bajo los preceptos de un orden superior.
Es decir, que la RAE nos introduce en un mundo de reglas más allá de la propia conciencia humana en cuyo marco podemos obrar con libertad siempre que no se sobrepase lo establecido como correcto, legal u obligatorio, según se mire.
Es decir, que la propia palabra libertad nos ofrece una capacidad de ser libres limitada si atendemos al concepto como tal. ¿Significa esto que el propio amor podría ser una regla en si mismo dentro de la cuál sentirse libre? Sigamos investigando hasta llegar al fondo de la cuestión.
“Las cadenas de la esclavitud solamente atan las manos: es la mente lo que hace al hombre libre o esclavo”
-Franz Grillparzer-
¿Qué es el amor?
Al hablar de amor entramos dentro de un mundo de conceptos muy variados según el punto de referencia desde el que lo observemos. Así, se pueden buscar diferentes significados variando la perspectiva. Desde un punto de vista artístico, religioso o filosófico, el amor puede tener significados algo diferentes.
No veían el amor igual un poeta romáNtico como Byron o Becquer, con su visión salvaje y atormentada de los sentimientos, que un psicoanalista de renombre como Freud, que formó su visión a través del contacto con pacientes.
Actualmente, conceptos como el amor siguen siendo bastante difusos y todavía emergen diferentes teorías sobre ellos. Puesto que las actitudes, experiencias y emociones de cada uno están involucradas, es complejo crear una definición sensata que sirva para todos.
No obstante, podemos centrar el concepto del amor en la virtud, el afecto, la compasión, el apego, los sentimientos y emociones positivas, etc. Es decir, un torrente de sensaciones que permiten al ser humano sentirse mejor consigo mismo y con su entorno.
“Amo como ama el amor. No conozco otra razón para amar que amarte. ¿Qué quieres que te diga además de que te amo, si lo que quiero decirte es que te amo?”
-Fernando Pessoa-
¿Puede el amor hacerte libre?
Llega el momento de intentar dar respuesta a la gran pregunta. ¿Realmente el amor puede hacer libre a una persona? Lo cierto es que sí, aunque debemos matizar ciertos puntos antes de contestar con rotundidad a esta cuestión.
Como hemos dicho, cada persona puede ver el amor desde un contexto diferente. Lo que para mi puede ser un campo de experimentación sentimental y emocional para otra podría centrarse en los aspectos meramente filosóficos.
No obstante, atendiendo al concepto de la libertad como la capacidad del ser humano para actuar con propia voluntad bajo un entorno de reglas, y sabiendo que el amor, desde cualquier perspectiva, tiene una serie de condicionantes como el afecto, la fidelidad o el cariño, es evidente que sí se puede ser libre gracias al amor.
Ahora bien, no se ha de confundir nunca el amor y la libertad con la felicidad. Las relaciones pueden estar plenas de afecto y ser caóticas, tormentosas e incluso vacías. Nada de esto está reñido, pues ninguno de los conceptos de libertad y amor implican necesariamente felicidad.
El amor, ser libre y la felicidad
Un ser actuará libremente y con enorme amor hacia otras personas o seres, pero este hecho no tiene por qué hacerle feliz. Es más, cualquiera puede ser amada o amado y no sentir en ningún momento el ser libre y encontrar el mundo maravilloso que cree merecer.
Sin embargo, un ser que se conoce bien y sabe de sus necesidades, límites y capacidades, sí que puede ser libre al sentirse amado y gozar de todas las bondades que este concepto, sentimiento, emoción o como se le quiera llamar puede llegar a provocar en nosotros.