Año nuevo, vida nueva
Dicen que “año nuevo, vida nueva” y soy de las personas que están dispuestas a vivir todas las fases emotivas, de cada uno de los episodios de mi existencia. Si he de reír, me entusiasmo con ello, y a veces he pensado que sufrir no es tan malo cuando luego podemos sentirnos reconfortados, porque hemos sorteado los avatares de la existencia…
Como tú, tengo mis días buenos y no tan buenos, y como tú, disfruto de las fiestas y también me deprimo… Sonrío, recuerdo y planeo… ¡¡¡Me encanta el año nuevo!!! Y miro al futuro con ilusión, aunque realmente no hay vida nueva con la llegada de un nuevo año, seamos sinceros, nos persiguen por siempre las decisiones que hemos tomado en el pasado y sus consecuencias, algunas nos satisfacen y otras no tanto…
Y aún así, hay 365 posibilidades de equivocarme para intentarlo de nuevo, o quizá con un poco de suerte lograr eso que espero, son para sentirnos entusiastas ¿o no es cierto?
Año nuevo, nuevas metas
Dejo atrás los días navideños que me hacen sentirme irremediablemente dolida por aquellos que he perdido, o por los fracasos que he sentido, y me encamino hacia una nueva oportunidad, insisto, de retomar las cosas que vamos dejando en el tintero, y ¿por qué no?
Vivir que es lo que hacemos… Gastar con entusiasmo la existencia. No he tomado la agenda para proponerme perder los kilos que lo sé, me sobran, los enfrentaré cuando esos vaqueros se rebelen ante mi osadía con los turrones y caramelos. No importa, siempre pensé que esas son pequeñas preocupaciones que se pueden arreglar con un poco de voluntad…
Eso no es lo que me propongo en el año nuevo… Y, aunque siempre he pensado que los propósitos para el año que comienza siempre son algo que nos apremia por cosas que en realidad parecemos dispuestos a olvidar a medida que se caigan las hojas del calendario, este año si me he hecho algunos propósitos: no enfadarme por lo que no tiene solución y contar hasta 100 antes de dejar que las cosas o las personas puedan arruinar mi entusiasmo.
Borrón y cuenta nueva
Sé que habrá momentos en los que no podré evitarlo. Para eso también he reflexionado, tomaré con calma las contrariedades de la vida, mantener el control es algo que nos hace fácil la vida, estresarnos y atormentarnos lejos está de ayudarnos…
Olvidaré los agravios y le dejaré a los demás el empeño de creernos designados para perdonar a éste o aquel. He hecho borrón y cuenta nueva de mis desencuentros, si alguien quiere conservarlos no seré yo, porque quiero disfrutar estos 365 días, sin el lastre del año que se ha extinguido…
No recuperaré cariños perdidos, ni momentos en que me he equivocado, así que me empeñaré en disfrutar la vida como venga, sonreír cuando va bien, y tener paciencia cuando no va tan bien.
Haré mi esfuerzo, no es fácil, pero tampoco es imposible. Sé que yo no soy perfecta, y pretendo recordarlo a medida que avancen los días…y en mi imperfección asumiré que puedo sin querer herir a alguien más, ser egoísta, desconfiada y tantas cosas que con facilidad nos permitimos, lejos de esperar que alguien más el entusiasmo y la buena vibra, voy a empezar por mi misma…
He descubierto que por solo imitación, cuando somos de una manera, muchos están dispuestos a devolver el gesto…¿quieres unirte conmigo? Si tú comienzas este 2013 siendo como te encantaría que fueran contigo…podemos mejorar nuestros días y los de los que nos rodean, creo que vale la pena y que es la mejor forma de comenzar un año nuevo, ¿te apuntas?