Aspectos psicológicos y fisiológicos del control mental
Son muchas las personas que a diario son explotadas en sus trabajos. El valor que aportan -a la empresa, a la sociedad- es muy superior a aquello que reciben a cambio. Además, un porcentaje alto es consciente de ello y no protesta por su situación. Tienen muy poco, pero el miedo a perder ese muy poco es enorme, mucho mayor que la confianza en su capacidad. Así, hoy hablaremos de un factor que influye en toda la ecuación: el control mental.
Lo mismo sucede con las desigualdades. Los pobres aceptan sistemas en los que cada vez son más pobres y los ricos más ricos, y no por méritos propios. Asimismo, en las sociedades machistas en las que vivimos, las mujeres gozan de menos oportunidades. En fin, en los sistemas en los que vivimos la mayoría de los ciudadanos están explotados de una u otra forma, lo que nos lleva a la pregunta, ¿por qué lo aceptan? Una posible respuesta la encontramos en el control mental.
Para tener a las personas controladas, ya sea a cambio de un salario, mediante obligaciones o creando normas, hace falta controlar la mente. El control mental va a permitir que las personas no se cuestionen su situación, que realicen sus trabajos por un sueldo mísero y ni siquiera hagan crítica de ello. Es decir, que se piensen libres cuando no lo son. Aquí, la psicología y el control mental juegan un papel determinante.
El control mental
El control mental se basa en obtener el consenso (o la ilusión de consenso). En hacer que todos estén de acuerdo en algo. Evidentemente, no todas las personas van a apoyar la misma idea por una sola razón. Habrá algunos que la acepten porque no encuentren otra salida o porque sientan que no van a ser capaces de cambiar. También existirán quienes crean que es la mejor idea posible o, simplemente, nunca se lo hayan cuestionado. Puede, incluso, que exista una interiorización psicológica. Fin último del control mental.
Dentro de las técnicas de control mental existen diversos tipos. Nosotros nos vamos a quedar con dos aspectos: el psicológico y el fisiológico. El aspecto psicológico tiene que ver con la interiorización de la situación de desventaja, la opresión y la discriminación del orden social existente y la afirmación de sus tradiciones, normas y valores, es decir, su ideología. Por su parte, el aspecto fisiológico tiene que ver con la manipulación tecnológica de las mentes.
El aspecto fisiológico encuentra su uso en aquellos en los que el control psicológico no funciona. Cuando las personas no se creen una ideología, se usan aspectos fisiológicos para lograr que la acaben aceptando, incluso aunque sigan sin creérsela. A continuación se explican estos dos aspectos en mayor detalle.
El aspecto psicológico del control mental
¿Cómo pueden las personas interiorizar una condición en la que salen perdedores? Para responder, existen diferentes mecanismos psicológicos. Uno de ellos es la transformación del aburrimiento y la frustración en agresión. Esta agresión, a su vez, es canalizada en apoyo a militarismo.
Un ejemplo lo encontramos en el gran apoyo que las intervenciones de Estados Unidos en Irak y Afganistán recibieron. Otro mecanismo lo constituye la desviación del inconformismo hacia el consumismo o para reforzar los valores religiosos. Tanto uno como otro, fomentan personalidades sumisas que creen en las autoridades superiores y en el orden social y económico existente.
“La esencia de la coerción psicológica consiste en que aquellos que actúan bajo su efecto tienen la impresión de que están actuando por iniciativa propia. La víctima de la manipulación mental no sabe que es víctima. Las rejas de su prisión le son invisibles, y cree que es libre. El hecho de que no es libre, sólo es aparente para los demás. Su esclavitud es estrictamente objetiva”
-Aldous Huxley-
Asimismo, estos factores se ven reforzados por el miedo a la libertad. El cual es cultivado por la educación, las tradiciones, normas y valores vigentes. Tampoco se pueden subestimar los medios de comunicación, los cuales refuerzan el impacto psicológico usando algunas técnicas como el “bombardeo” de noticias, que bloquea la crítica reflexiva. Por último, uno de los métodos más eficaces de control mental es el miedo. El cual, combinado con la ignorancia, puede desatar sentimientos de pánico e inseguridad, dando lugar a decisiones precipitadas.
El aspecto fisiológico del control mental
Con el aspecto fisiológico del control mental nos referimos a las respuestas del cerebro ante las ondas ondas electromagnéticas y radioeléctricas. Nuestros cerebros presentan diferentes frecuencias electromagnéticas que se relacionan con diferentes estados de conciencia. Así pues, encontramos las ondas que se corresponden con el sueño profundo y los estados de coma; las ondas theta que corresponden al sueño normal; las ondas alpha, correspondientes a un estado despierto relajado; y, por último, las ondas beta, la cuales se asocian a un estado plenamente despierto.
Los aparatos electrónicos pueden cambiar esas ondas instando a nuestro cerebro a entrar en diferentes estados. Evidentemente, no vamos a entrar en coma por las ondas de un teléfono, pero estas ondas, junto con la saturación de estímulos que provee el móvil pueden hacernos mantener un estado plenamente despierto incluso cuando queremos dormir. De forma similar, existen aparatos que pueden generar desorientación sensorial y que son usados en el control de masas.
Aunando ambos aspectos del control mental y otros no comentados, se puede conseguir el control de las personas logrando que interioricen una ideología. Estas formas de control son la esclavitud moderna. Para salir de ellas, nada mejor que un pensamiento crítico y una buena educación.