Autoestima: el poder de la amistad con uno mismo
La autoestima es el pilar que construye nuestro bienestar y nuestro crecimiento emocional. La manera en que nos sentimos en relación a nosotros mismos afecta al resto de aspectos de nueva vida; es decir, que de lo que nos estimamos depende cómo funcionamos en el trabajo, en el amor, en el sexo, en la familia, etc.
No hay, de hecho, ni una sola dificultad psicológica que no sea atribuible a una autoestima deficiente. Esto es así porque de todos los juicios a los que nos sometemos a lo largo de nuestra vida no hay ninguno tan importante como el nuestro propio.
En otras palabras: necesitamos de la autoestima para lograr una vida plena. Cada uno de nosotros es una edición exclusiva y limitada, pero tenemos que conocernos para creérnoslo y marcar la diferencia.
Aprender a aceptarse y a quererse
El proceso de mejora de la autoestima requiere que indaguemos cuál es nuestra zona de autoderrota y por qué estamos atrapados en ella. Superar una baja autoestima es un proceso que requiere de un gran trabajo personal que requiere examinarse profundamente.
La autoestima positiva es el sentimiento, la experiencia y la convicción de somos aptos para la vida. Así, nuestra mente es una herramienta básica de supervivencia, un pilar central de una autoestima saludable. Por eso vivir conscientes de esto acaba generando un nivel apropiado de conocimiento sobre nuestras acciones.
1. Autoaceptación
Si nos aceptamos de pleno rechazamos automáticamente la posibilidad de negar o desestimar cualquier aspecto de nosotros mismos: nuestros pensamientos, nuestras emociones, nuestros recuerdos, nuestro físico, nuestro carácter, nuestra personalidad, etc.
Por eso a través de la aceptación estamos rechazando la posibilidad de pelear contra nosotros. O sea este punto resulta ser la valentía o el coraje para ser nosotros mismos, sin medias tintas. Por eso nuestra autoestima no puede ser más alta que nuestra autoaceptación.
2. Enjuiciarnos desde nuestros valores
Para proteger nuestra autoestima debemos saber evaluar nuestro comportamiento de la manera adecuada. Para eso primero debemos tener la certeza de que los parámetros a través de los cuales nos juzgamos son nuestros y no de otros.
A veces nos valoramos en case a lo que nos sentimos obligados a aparentar aunque no estemos de acuerdo. En este sentido debemos considerar cómo tenemos que evaluar nuestras acciones. Debemos ser honestos y compasivos a la hora de valorar el contexto y las circunstancias de nuestras conductas así como las alternativas que percibíamos como accesibles.
3. Eliminar la culpa
En aquellos asuntos en los que nos sintamos culpables de manera justificada debemos tomar medidas para eliminar la culpa, pues no tiene sentido que nos limite a sufrir pasivamente.
4. Reconocer la existencia de subpersonalidades
Es importante que seamos honestos con nosotros mismos y reconozcamos la existencia de “subpersonalidades”. O sea, debemos intimar tanto con nuestro niño y adolescente interior como con aquella persona que fuimos un día y hoy rechazamos. De esta manera comenzaremos a vernos completos e integrados en vez de divididos.
5. Vivir activamente
Asumir la responsabilidad de nuestras acciones, nuestro sentimiento y nuestro bienestar nos hace conscientes de nuestra propia existencia. La independencia y la productividad es una virtud básica de la autoestima, por eso el trabajo es una manera de mostrar autorresponsabilidad.
6. La autoconfianza y el autorrespeto
La autoconfianza y el autorrespeto solo pueden obtenerse a través de la autenticidad del ser. Tenemos que tener el coraje de ser quienes somos y mantener la coherencia entre como pensamos/sentimos/actuamos en nuestro interior y como lo hacemos en relación con el mundo. No nos podemos entregar al submundo de lo inexpresado y lo no vivido.
7. Apoyar la autoestima de los demás
Tratar a los demás con respeto, benevolencia y buena voluntad es necesario para apoyar nuestra propia autoestima. A través de la ayuda nos hacemos conscientes de lo importante que es respetar los tiempos y permitirnos seguir nuestros propios ritmos.
8. Debemos renunciar al autosacrificio.
Debemos aceptar que no vivimos para servir a los demás ni viceversa, que el autosacrificio no contribuye a nuestra autoestima y que hace falta valor para ser honradamente egoísta.
La cara menos dulce pero más necesaria para el cambio duradero
Como vemos, elevar nuestra autoestima otorga recompensas, pero también exige afrontar desafíos. Por eso sea cual sea el momento vital en el que nos encontramos puede ocurrir que “abandonar” la comodidad de lo familiar implica renunciar a nuestra zona de confort y tener que explorar un mundo desconocido.
En cualquier caso podemos encontrarnos con que igual ya no amamos a nuestra pareja, no disfrutamos con nuestro trabajo o nuestros amigos se molestan por nuestro cambio de intereses.
Obviamente esto puede llevarnos a pensar que aunque no siempre nos gusta cómo nos sentimos es algo a lo que ya estamos acostumbrados. Nos da miedo no “reconocernos” en nosotros mismos.
Por eso debemos advertir que ser capaces de tolerar cierto grado de desorientación es muy importante de cada al crecimiento. Tenemos que estar dispuestos a “aguantar la incertidumbre y la confusión” hasta que alcancemos de nuevo el sentido de lo normal.
La autotortura nunca es una opción de vida satisfactoria, por muy acostumbrados que nos sintamos. Por eso debemos esforzarnos por crear un nuevo concepto de nosotros mismos y esto conlleva un profundo proceso de readaptación.
Los demás deberán dejar de comportarse de cierta manera, por lo que tenemos que ser conscientes de que ellos también se verán abocados a superar ese proceso de readaptación. Probablemente tratarán de manipularnos para que volvamos al concepto anterior de nosotros mismos, por lo que debemos ser fuertes.
En definitiva, la mejora de nuestra autoestima implica el desarrollo de un proceso de resistencia interno y externo que puede resultar incómodo pero que, por otro lado, es totalmente indispensable para mantener un cambio duradero.
Una buena autoestima hace las cosas diferentes, por lo que una vez que tengamos claro qué cambiará en nuestra vida, sabremos comprometernos a realizar el viaje y descubriremos que la realidad puede ser mucho más bonita con la vida.
Fuente bibliográfica: Cómo mejorar su autoestima. De Nathaniel Branden