Caos emocional o cuando el mundo se te derrumba
Hay momentos en los que lo único que vemos presente en nuestras vidas es agobio y falta de armonía. Nos cuesta salir de la oscuridad porque no comprendemos lo que nos sucede o no sabemos cómo gestionarlo. Son instantes en los que el caos emocional reina en nuestra cotidianidad.
Nuestro mundo se derrumba frente a nuestras narices y no sabemos qué hacer. Gritamos: ¡No más!, pero debido a la confusión, a lo impredecible que será el porvenir y nuestros errores del pasado, nos instalamos en esa situación.
Parece que solo hay sombras que cargamos en formas de frustración y otros malestares. Sin embargo, hay un modo de gestionar este caos emocional.
A continuación, te mostramos qué hacer ante esta situación, cuáles son sus características y los beneficios de estar al tanto.
“Encuentro esperanza en los días más oscuros y me concentro en los más brillantes, no juzgo al universo”.
-Dalai Lama-
Caos emocional, ¿de qué se trata?
Representa ese estado en el que estamos abatidos y confusos en relación a nuestras emociones. La mayoría de las veces lo asociamos con sufrimiento, sobre todo, cuando no sabemos qué hacer ante los problemas. No necesariamente es así el caos emocional. Puede tratarse también, de esos momentos en los que estamos invadidos de emociones positivas que no logramos gestionar.
Entonces, se trata de cuando no conocemos bien lo que nos ocurre. Puede que experimentemos diversas emociones, pero no sepamos identificarlas o ponerlas en palabras. También abarca el caos emocional, el no saber gestionar lo que nos sucede, aunque seamos capaces de hacer un buen análisis.
Por decirlo de otra manera, tal como lo sugiere el psicólogo y autor del libro Del caos emocional a la Paz interior, David Solá, en el caos emocional hay una contradicción entre el mundo emocional y el racional, lo que nos lleva a perder el control, guiando en muchos casos nuestro comportamiento por impulsos.
Características del caos emocional
El caos emocional suele contar con los siguientes atributos:
- Desorden. Las emociones dejan de estar bajo nuestro control, pueden dispararse algunas que no conocíamos y llevarnos a comportamientos no deseados.
- Confusión. Sentir falta de claridad nos lleva a no saber qué decisiones tomar. Por lo tanto, solemos postergarlas.
- Miedo. Contamos con temor a equivocarnos, porque no nos sentimos seguros. Se trata de una emoción que genera un desorden proyectado hacia el futuro.
- Remordimiento. Consiste en el sentimiento de culpabilidad que nos intranquiliza. Se trata de que genera un desorden proyectado hacia el pasado.
- Proyección. Creemos que se trata de un asunto externo, culpabilizamos a otros o incluso a las emociones, como si fueran ajenas a nosotros.
El caos emocional puede estar asociado al bloqueo emocional. Se trata de cuando nos protegemos para sobrevivir a una situación determinada.
En un comienzo puede ser una forma de salvaguardarnos, pero cuando queda ahí a nivel inconsciente, y no lo procesamos, puede llevarnos a no saber cómo gestionarnos. Pues en el futuro cuando ya no necesitemos protegernos, pueden salir a flote las emociones asociadas a esa situación, y llegar a invadirnos.
También, puede estar asociado a que experimentemos una situación nueva para nosotros, que resulte tan invasiva que paralice nuestra toma de decisiones.
¿Cómo afrontar el caos emocional de forma positiva?
Para comenzar, como sugiere David Solá, hay que saber que en pleno caos emocional es difícil tomar decisiones y componer lo que se ha descompuesto. Sin embargo, es posible gestionarlo de forma positiva, por ejemplo:
- A través del autoconocimiento. Conectar con nosotros es la mejor forma de saber, qué nos sucede, para qué estamos teniendo cierta reacción y qué camino queremos tomar. Esto nos ayudará a saber gestionar.
- Dar espacio al caos emocional. A veces queremos escapar tanto de él que lo único que hacemos es dejarlo para otro momento e ir acumulando sensaciones que cada vez lo van haciendo más grande. Será mejor, si asumimos que a cualquiera le puede pasar y nos permitimos un momento para dejar que fluya.
- No alargar el caos emocional. Si bien es importante dejar fluir las emociones, es importante no hacerlo “eternamente”; es decir, no quedarnos en ellas. Es importante avanzar, este será un modo de ponerle un límite al caos emocional.
- No todo viene de afuera. Si se trata de nuestro caos es porque tiene que ver con nosotros. Dejemos de otorgarle a otros lo que realmente tiene que ver con nosotros.
- Saber dónde podemos expresar el caos. Si bien es importante sacar lo que llevamos dentro, debemos ser asertivos a la hora de hacerlo. Todos los lugares no son adecuados para ello, incluso podrían empeorar la situación. Será más sano que busquemos un lugar donde podamos expresarnos con tranquilidad.
- Pedir ayuda. Muchas veces nos avergüenza decir: “necesito ayuda”, pero es normal requerir de un apoyo algunas veces. Podemos acudir a quienes les tenemos más confianza, o si lo creemos necesario podríamos ir a donde un profesional, un psicólogo será un gran guía en ese camino.
- No seguir a rajatabla algunas enseñanzas. En ocasiones existen creencias familiares o sociales que tomamos como mandatos. Esta situación nos lleva al agobio. Es más saludable, reconocer cuáles nos están aportando, y cuáles más bien nos llevan a la frustración, así podremos aprender de todas y evitar caer en otro caos emocional.
Realizar ejercicio físico también puede ayudarnos. Con él se liberan diversas hormonas y neurotransmisores que generan en nosotros una sensación de bienestar. Otro aspecto que puede facilitarnos transformar el caos emocional en armonía es realizar alguna actividad. Por ejemplo, el arte nos ayuda a transformar nuestras angustias.
Beneficios de estar al tanto de nuestro caos emocional
Ponerle atención a nuestro caos emocional nos llevará a ser más asertivos. Además, contaremos con otras ventajas como:
- Liberar tensiones.
- Ver el valor que tiene cada emoción.
- Soltar lo que nos hace daño.
- Vivir el aquí y ahora.
- Conocer nuestros límites.
- Saber cuáles son nuestros mecanismos de defensa.
- Transformar nuestras angustias en creatividad.
- Liberación emocional.
- Mayor capacidad para tomar decisiones.
- Autorrealización.
El proceso es gradual. No podemos esperar que de un día para otro aumentemos nuestro grado de control de manera sustancial. Y, que nunca más vamos a tener un caos emocional en nuestras vidas. Como todo ser humano, tendremos altibajos, lo importante es: ¡aprender de cada uno!
Salir de las sombras de lo abrumador que puede ser el desorden, el miedo, la confusión, el sentimiento de culpa, y el culpar a otros o ver las emociones como algo externo es posible. Consiste en bailar con las sombras, conocerlas, invitarlas a salir en el momento adecuado, aprender de ellas, y transformarlas en bienestar, poco a poco.
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- Solá, D. (2016). Del caos emocional a la paz interior: cómo lograr una sanación integral. Tyndale House Publishers.