Características de las personas con baja autoestima
En este artículo, exploraremos las principales características de las personas con baja autoestima y algunos consejos para trabajar en ella. Este análisis es fundamental, pues mantener una buena autoestima a lo largo del tiempo está relacionado con una mayor calidad de vida y bienestar emocional.
Sin embargo, la autoestima, como dimensión sensible a los acontecimientos —tanto internos como externos—, varía a lo largo de nuestra vida. Esto ocurre porque la percepción de nuestra valía personal está muy ligada a los hitos, positivos y negativos, de nuestra historia. Vamos, por tanto, a comenzar a analizar esta dimensión en profundidad. No te pierdas nada.
¿Qué es la autoestima?
Para empezar, podemos entender la autoestima como la forma en la que emitimos juicios sobre nosotros mismos. La pretensión de estos juicios suele ser inquisitoria, y pueden ser positivos o negativos.
Tomando como referencia el trabajo de Carl Rogers, muchos de los juicios negativos que hacemos sobre nosotros son consecuencia de la comparación entre nuestro «yo real» y un «yo ideal». En ocasiones, este ideal está construido a partir de modelos aspiracionales de belleza, fama y riqueza y, al no estar cimentado en nuestras características reales, incide negativamente en la forma en la que nos sentimos con nuestro propio ser.
Estas valoraciones que hacemos sobre nosotros son subjetivas y suelen estar cargadas de una alta emocionalidad. Es decir, están muy ligadas a los sentimientos que experimentamos hacia nosotros mismos. Si la valoración es negativa, entonces se tendrá una baja autoestima.
¿Qué caracteriza a las personas con baja autoestima?
Como se decía, una de las características principales de las personas con baja autoestima es el discurso interior negativo. Esto es, establecer un diálogo interno en el que se omiten los logros, el crecimiento o el esfuerzo. Dicho de otra manera, los elementos que hablan bien de nosotros mismos.
De este modo, este diálogo tiende a alimentar emociones como la inseguridad y la desconfianza en uno mismo.
No obstante, existen otros rasgos característicos de estas personas. Vamos a verlos a continuación de manera detallada.
1. Inseguridad y falta de autoconfianza
Las personas con baja autoestima tienden a ser inseguras e indecisas. Puede que les cueste mucho tomar decisiones o asumir riesgos, pues temen equivocarse y cometer errores. También tienen una actitud defensiva ante las críticas y son más sensibles a la presión de grupo, lo que también dificulta la toma de decisiones.
Así, continuamente experimentan sentimientos de culpabilidad y arrepentimiento, tanto por los errores cometidos, como por las oportunidades que han dejado pasar.
Por esta razón, y como advierte un trabajo publicado en Journal of Vocational Behavior, las personas con baja autoestima son más reacias a aceptar cumplidos positivos; incluso cuando estos provienen de personas cercanas. Otro estudio publicado en Journal of Vocational Behavior sugirió que una mayor autoestima puede ayudar a aliviar los efectos negativos de la pérdida de control en entornos laborales; de manera que una baja autoestima tiene el efecto contrario.
2. Miedo a los juicios negativos
Ligado a lo anterior, es posible que las personas con problemas de autoestima muestren una preocupación excesiva por el qué dirán. Es decir, que suelen asimilar bajo una lupa pesimista lo que entienden que puede ser la opinión de los demás.
Esto se explica por la importancia que tiene el apoyo social percibido para las personas. De hecho, sentir que los demás te apoyan (y que tienen buena opinión de ti) se correlaciona con una buena autoestima. Una percepción sesgada o errónea, en este caso, contribuiría a no mejorar en este aspecto.
3. Conductas evitativas
Es posible, asimismo, que ese miedo propicie conductas evitativas hacia nuevos retos por el miedo al fracaso y a cometer errores. También, puede manifestarse la tendencia a querer ubicarse en un segundo plano, ser invisible y así evitar llamar la atención.
El peligro de la evitación experiencial es que se correlaciona con la aparición de trastornos emocionales. De esta manera, se entraría en un bucle en el que la falta de autoestima lleva a la evitación y esta alimenta los sentimientos negativos productos de la baja autoestima.
4. Falta de asertividad
En consiguiente, un rasgo de la baja autoestima suele ser la falta de asertividad, es decir, poca capacidad para manifestar de manera clara los deseos y las necesidades. Sumado a esto, puede existir una tendencia a que las personas con problemas de autoestima sean incapaces de decir «no», y terminen adquiriendo compromisos no deseados o realizando acciones en contra de su voluntad.
5. Dependencia emocional
Por otro lado, la dependencia emocional y la idealización de otros son también características de la baja autoestima. Ante una valoración negativa de sí mismos, las personas con baja autoestima pueden construir versiones idealmente perfectas de las personas allegadas, sobre todo de aquellas de quienes dependen emocionalmente.
Un estudio divulgado en Personality and Social Psychology Bulletin informó que las personas con baja autoestima tienden a manifestar comportamientos asociados con la búsqueda indirecta de apoyo. Esto es, desarrollar acciones como enfurruñarse, lloriquear o mostrar tristeza para obtener apoyo social. De manera parcial, esto está relacionado con su dependencia emocional.
6. Autoconcepto distorsionado
De manera adicional, un rasgo importante asociado a la baja autoestima es sacar del foco de atención a las cualidades. Es decir, desnudar al objeto de nuestra mirada, de nuestros logros y de nuestro potencial.
La baja autoestima también puede llevarnos a ser demasiado críticos, inflexibles y exigentes con nosotros mismos, es decir, poner en práctica un perfeccionismo desadaptativo. Esto se observa en gran medida en el ámbito educativo y en el de la satisfacción corporal.
7. Tendencia al autosabotaje
Finalmente, la tendencia a pensar en cosas como «no tengo suerte» o «nunca seré capaz de lograr eso» es también una característica de las personas con baja autoestima. Es posible también que muestren actitudes negativas y poca voluntad frente al cambio.
De forma inconsciente, estas ideas llevan a comportamientos que sabotean esos mismos logros. Por ejemplo, si un estudiante cree que será incapaz de aprobar una asignatura, es más probable que dedique poco tiempo a estudiarla. El resultado será, efectivamente, un suspenso.
De igual modo, se ha relacionado la baja autoestima con el autosabotaje en las relaciones de pareja. En principio, este se manifiesta en diferentes aspectos de la vida de la persona, como lo son las relaciones laborales, familiares, de amistad y demás.
¿Cómo fortalecer la autoestima?
Por fortuna, podemos actuar para sentirnos mejor con nosotros mismos. Tenemos la oportunidad trabajar de manera consciente e intencional sobre la forma en la que nos evaluamos y obtener resultados que nos beneficien.
Estrategias como escribir un diario y registrar allí la forma en la que estos logros nos hacen sentir pueden aportar mucho al fortalecimiento de nuestra autoestima. Esto es porque nos ayudará a reconocer nuestros triunfos y nos impulsará a perseguir nuevas metas día a día.
También es importante echar un vistazo a cómo expresamos nuestros pensamientos, ¿somos asertivos? ¿Cómo ponemos límites a los demás en las parcelas que nos conciernen?
La importancia de acudir al psicólogo
Por último, podemos buscar ayuda profesional para intentar identificar el origen de estos sentimientos negativos hacia nosotros. Esta acción puede cobrar una gran importancia para tu bienestar emocional, ya que la baja autoestima está presente (y desencadena) en trastornos como los alimentarios o la depresión muy a menudo.
Por tanto, date un tiempo para cuidar de tu salud mental y transformar tu vida en un camino más amable. Y, por supuesto, recuerda: no tienes por qué hacerlo en solitario.
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