Charlando con nosotros mismos, los pensamientos distorsionados
Seguro que no te das cuenta, pero en tu mente a veces pueden aparecer pensamientos distorsionados. Todos, a lo largo del día, tenemos mil charlas con nosotros mismos. La mayoría de las veces rumiamos alguna preocupación dándonos diversos razonamientos sobre una u otra solución.
El psicólogo Albert Ellis llamó a estos pensamientos hablados autocharlas, ya que conforman una especia de diálogo interno. Sin embargo, Aaron Beck ganó la partida al denominarlos pensamientos automáticos. El problema aparece cuando estos pensamientos automáticos se convierten en pensamientos distorsionados, afectándonos negativamente.
Podemos definir los pensamientos distorsionados como aquellos que son rígidos, inflexibles, absolutistas, limitadores, y que no se ajustan a la realidad.
Obviamente, tomar en consideración estos pensamientos automáticos, no solo nos conllevará cierto grado de sufrimiento, también limitará nuestra vida.
Qué son los pensamientos automáticos
Es una nomenclatura que ser refiere a algo muy concreto. Se trata de mensajes que nos mandamos a nosotros mismos tratando de justificar y razonar situaciones cotidianas. Eso son los pensamientos automáticos.
Se les llama automáticos porque aparecen de forma espontánea, no pueden controlarse, sino que irrumpen en la mente y, por absurdos que sean, son creídos totalmente aunque no resistan el más mínimo análisis racional.
Es muy fácil darse cuenta de lo que es en realidad un pensamiento automático con un ejemplo: nos hemos enfrentado a una entrevista de trabajo de la que hemos salido con una sensación positiva, a pesar de no haber sabido responder a una de las muchas preguntas que nos hicieron.
A lo largo del día, probablemente, no podremos evitar el pensamiento automático de que justo esa pregunta que no respondimos era la más importante y que, por tanto, no vamos a ser los elegidos para el trabajo.
Cuando los pensamientos automáticos se convierten en pensamientos distorsionados
Todas las personas aprendemos a vivir con nuestros propios pensamientos, aunque estos resulten distorsionados e irracionales.
Sin embargo, en ocasiones esospensamientos distorisionados pueden llegar a hacernos mucho daño e influir excesivamente en determinados aspectos de nuestra vida convirtiéndose en pensamientos distorsionados. Los principales tipos de pensamientos distorsionados son los siguientes:
- Filtrados: se toman detalles negativos y se magnifican, con lo que quedan minimizados los aspectos positivos de la situación. Por ejemplo: el caso anterior sobre la entrevista de trabajo.
- Polarizados: las cosas son blancas o negras, o hay éxito o hay fracaso. No se tienen en cuenta los términos medios. Por ejemplo: hoy me ha salido mal la comida, soy un desastre, nunca más me pondré a cocina porque no valgo para eso.
- Sobregeneralizados: de un simple incidente, se extrae una conclusión a la que se dota de un carácter general. Por ejemplo: he suspendido el examen del carné de conducir, nunca voy a sacármelo.
- Pensamientos ajenos interpretados: sin mediar palabra, se cree adivinar lo que los demás piensan, siempre desde una perspectiva individual. Por ejemplo: ese chico me ha mirado al pasar, eso es que le gusto mucho.
- Catastróficos: se espera el desastre. Por ejemplo: ¿y si voy a ese viaje y se cae el avión?
- Culpables: los demás son siempre responsables de nuestros fracasos: Por ejemplo: no apruebo el examen porque el profesor me tiene manía.
- “Deberías”: siempre hay normas rígidas que debemos cumplir. Por ejemplo: debería hacer más ejercicio, así nunca voy a adelgazar.
¿Cómo escapar de los pensamientos distorsionados?
Para que los pensamientos distorsionados no sean los que controlan nuestra vida se hace necesario adquirir un buen manejo en técnicas de introspección y de autocontrol.
En primer lugar, por tanto, tenemos que aprender a analizar nuestras autocharlas y distinguir en ellas qué pensamientos distorsionados aparecen con mayor frecuencia, haciéndonos conscientes de cómo actuamos en un sentido o en otro dejándonos llevar por dichos pensamientos distorsionados.
En segundo lugar, resulta aconsejable acudir a técnicas de psicología cognitiva que nos permita luchar contra esos pensamientos distorsionados.
Por ejemplo, es eficaz crear una frase que nos sirva de talismán en contra del pensamiento negativo. Esto es, cada vez que en nuestra mente nos surja el pensamiento distorsionado, contestar con una frase que contenga un pensamiento racional y lógico sobre el mismo.
También es eficaz la técnica del espejo. Al surgir el pensamiento distorsionado nos imaginamos a nosotros mismos, como si nos viéramos reflejados en un espejo, habiendo superado la situación negativa a la que nos aboca ese mal pensamiento.