5 formas en que el cierre cognitivo influye en nuestras vidas
Las distintas formas en que el cierre cognitivo influye en nuestras vidas son tan significativas como curiosas, porque si hay algo que necesita el ser humano es hallar un sentido a buena parte de lo que le sucede. Vivimos en un mundo incierto y cambiante donde la mente se esfuerza lo indecible por obtener un significado ante cada evento.
Al fin y al cabo, pocas cosas nos generan tanto alivio como hallar la respuesta a un «¿por qué?» de esas experiencias ambiguas y confusas, relaciones de pareja, trabajo y vacíos existenciales.
Somos buscadores de significados constantes y esto, como bien nos señalaba Viktor Frankl, impacta de forma directa en nuestra salud mental. Profundicemos un poco más.
Si hay una habilidad saludable en la cotidianidad es la de procurar resolver problemas de forma rápida, encontrando respuestas a los estímulos inciertos.
Formas en que el cierre cognitivo influye en nuestras vidas
El cierre cognitivo define la necesidad de tener una respuesta o explicación ante esas experiencias dominadas por las incertezas. El cerebro no suele tolerar demasiado la incertidumbre y, por ello, una de nuestras conductas más frecuentes es la de encontrar respuestas, a toda costa, que alivien la confusión y esos rompecabezas vitales del día a día.
Como curiosidad, cabe señalar que este es un concepto de la psicología Gestalt. Con él, describían ese proceso perceptivo y cognitivo mediante el cual las personas concluimos mentalmente figuras incompletas. Fue en 1996 cuando el psicólogo social Arie Kruglanski acuñó el término «necesidad de cierre», explicando este proceso en la revista Psychological Review.
Comprendamos, a continuación, esas formas en que el cierre cognitivo influye en nuestras vidas de manera positiva.
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1. Facilita tomar decisiones
Cuando nos encontramos en una encrucijada personal, solo una buena toma decisiones permite salir de ese desafío inesperado. Es en estos contextos cuando nos ayuda de forma significativa el cierre cognitivo.
La Universidad de Buenos Aires destaca en un artículo la relevancia de este proceso. Veamos, enseguida, sus beneficios:
- Motiva e impulsa hacia la búsqueda de soluciones.
- Se acompaña por una valencia emocional positiva y esperanzada.
- Permite formular más hipótesis ante una incerteza o situación ambigua.
- Encontrar una respuesta o solución es seguido de la instauración de un nuevo aprendizaje que nos dotará de experiencia.
2. Manejamos mejor las dificultades en materia afectiva
Imagina que llevas dos meses saliendo con una persona, la conociste en una aplicación de citas y todo parece bien hasta que, de pronto, desaparece y el mundo se te viene abajo. Cuando te hacen ghosting hay una necesidad desesperante de respuestas.
Ahora bien, contar con una buena competencia en cierre cognitivo permitirá navegar mejor en estas experiencias desesperantes. Y es que una de las formas en que dicho cierre influye en nuestras vidas tiene que ver con el ámbito sexoafectivo. Los mecanismos en que suele favorecernos son los siguientes:
- Reduce la angustia emocional.
- Impulsa la aceptación cuando un vínculo se rompe.
- Ayuda a encontrar un sentido (aprendizaje) a esa experiencia.
- Permite buscar explicaciones razonables en instantes de duda e inseguridad.
- Facilita dar un «cierre» a una etapa y transitar mejor por los duelos, a raíz de una ruptura.
3. Regulación más óptima del estrés
Otra influencia del cierre cognitivo en nuestras vidas es la salud mental. Todos sabemos, por ejemplo, lo que supone vivir con la sombra de la incertidumbre en nuestros horizontes. Desconocemos si perderemos el trabajo, si conquistaremos metas y si quien hoy dice querernos mañana nos deja.
Una publicación de Neuroscience and Biobehavioral Reviews indica que la incertidumbre es esa experiencia que hiperactiva la ínsula y la amígdala, regiones vinculadas al estrés y la sensación de amenaza. Disponer de una buena habilidad para ejercitar el cierre cognitivo contribuye de las maneras que, a continuación, listamos:
- Filtramos la realidad de un modo más objetivo y menos emocional.
- La sensación de incertidumbre se racionaliza, al pensar en nuevas estrategias de actuación.
- Trazamos significados vitales para despertar en nosotros la positividad y la esperanza.
Se mide la inteligencia del individuo por la cantidad de incertidumbres que es capaz de soportar.
4. Beneficios en tu vida laboral
Nuestros trabajos están dominados, en ocasiones, por variables algo confusas. A veces, tenemos un objetivo que cumplir, pero no sabemos cómo. Puede que el entorno laboral sea algo caótico, la competitividad muy elevada y los tiempos de ejecución muy cortos.
Es más, hay épocas que hasta nuestra responsabilidad laboral deja de tener un significado claro. ¿En qué puede ayudarnos el cierre cognitivo? Te lo explicamos:
- Tomarás mejores decisiones.
- Manejarás de forma óptima el estrés laboral.
- Un enfoque mental orientado al cierre cognitivo te permite ser más disciplinado.
- Lograrás encontrar respuestas y nuevas ideas en esos instantes de incertidumbre y caos.
- Facilita recordar qué significado tiene para ti tu trabajo. De ese modo recuperas la motivación.
5. Una buena estrategia en momentos de crisis existencial
Este dato es interesante. En Frontiers in Psychology resaltan que parte de nuestra sociedad, como son los mileniales, buscan más que nunca un propósito vital. Después de encadenar tantas crisis y con tantos desafíos globales, es común sentir cierta desafección y conflicto existencial.
Entre las formas en que el cierre cognitivo influye en nuestras vidas destaca, sin duda, la esfera de la pérdida del significado. Si nos iniciaran desde edades tempranas en tal competencia, lograríamos afrontar mejor estas experiencias, por ejemplo, de las siguientes maneras:
- Motiva a tejer nuevas ideas, metas y propósitos para sofocar esa angustia existencial.
- Impulsa hacia la búsqueda de respuestas en momentos de ambigüedad y confusión.
- Simplifica el desarrollo de un enfoque mental más proactivo, para vencer la indefensión o el estancamiento.
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¿Qué sucede si no logramos desarrollar un buen cierre cognitivo?
El psicólogo Arie Kruglanski creó en los años 90 la «Escala de Necesidad de Cierre», para evaluar esta competencia entre la población. Décadas más tarde, investigaciones como la publicada en Psychologica belgica, informan que este instrumento aún es útil; de hecho, podemos comparar este factor en diversas culturas y nacionalidades.
Por otra parte, sabemos que hay muchas formas en que el cierre cognitivo influye en nuestras vidas. No obstante, ¿qué sucede si una persona no lo asienta de modo óptimo? En caso de no disponer de unas buenas habilidades en esta dimensión, tendremos un riesgo mayor de sufrir problemas de salud mental, como estrés, ansiedad o depresión.
La pérdida del significado nos hace corromper los amarres psicológicos, la motivación y disminuye la capacidad de logro. Si no encontramos respuestas a esas experiencias dominadas por la confusión o las incertezas, el mundo parecerá un lugar amenazante.
Encontrar nuestros significados en instantes de adversidad actuará como ese timón capaz de guiarnos en los instantes más oscuros.
¿Cómo desarrollar un buen cierre cognitivo?
Debemos desarrollar un cierre cognitivo flexible y saludable, capaz de entender que siempre habrá realidades que no tienen explicación. En este mundo, no todo posee un sentido claro, la adversidad siempre tiene un componente caótico que toca aceptar. Más allá de este detalle, reflexionemos en cómo asentar esta herramienta de vida.
Ante un problema, evita quedarte bloqueado y no caigas en el pensamiento catastrófico; para ello, conviene aplicar un enfoque mental resiliente y racional. Sirven como técnicas pensar en diez soluciones ante un mismo problema e intentar dar explicaciones objetivas ante aquello que te angustia. También vale clarificar tus valores y propósitos en la toma de decisiones.
Para concluir, una mente abierta, flexible y que regula bien las emociones, es una mente saludable. Todos podemos entrenar ese universo interno, para movernos por esta realidad tan incierta con mayor eficiencia. Ponlo en práctica.
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