Claves para crear tu espacio de meditación
Cuando nos planteamos empezar a meditar, es normal que aparezcan dudas y nos hagamos preguntas al respecto. Por ejemplo: ¿cómo se medita?, ¿cuánto tiempo? Respecto al espacio de meditación, ¿cómo debe ser este espacio?, ¿debe tener alguna característica especial? A continuación desarrollaremos las claves para crear tu espacio de meditación.
Lo cierto es que hay distintas maneras de practicar la meditación. Sin embargo, cuando estamos empezando, tener un espacio de meditación que promueva un estado de tranquilidad y serenidad puede ser de mucha ayuda.
¿Qué es la meditación y para qué sirve?
Roger Walsh (1996) definió la meditación como ‘toda una familia de prácticas dirigidas a entrenar la atención, con la finalidad de aumentar la conciencia y poner bajo control voluntario los procesos mentales’. Dicho autor indicó que el principal objetivo de la meditación es desarrollar una profunda comprensión de la naturaleza, los procesos mentales, la consciencia, la identidad personal y realidad; tal como los estados de bienestar psicológico.
Por su parte, Guido Aguilar y Andrea Musso (2008) la definen como ‘un estado acrítico de observación, donde se observa el pensamiento sin pensar, el sentimiento sin involucrarse, así como cualquier otro contenido cognoscitivo de manera pasiva’.
Entre los efectos clínicos de esta práctica se ha encontrado que:
- Disminuye los niveles de ansiedad y estrés y reduce la intensidad de los pensamientos negativos y el enfado.
- Colabora a combatir el insomnio, depresión y uso de drogas.
- Ayuda en la adaptación al trabajo y a reducir la fatiga entre muchos otros beneficios.
- Contribuye al desarrollo de valores positivos: tal como la autoestima y autorrealización.
¿Cómo crear un espacio de meditación?
Aunque existen muchas formas de crear ese espacio de descanso y paz, las siguientes claves pueden ayudarte.
1. Ubicación del rincón de meditación
Para crear un espacio de meditación, lo primero que debes hacer es identificar un lugar donde te sientas cómodo. El dormitorio o un sitio tranquilo suelen ser espacios ideales. Debemos intentar evitar áreas de paso o lugares transitados que nos puedan desconcentrar. Lo mejor es elegir un aquel que te transmita buena energía, que te haga sonreír y sentir bienestar.
Este espacio no debe ser muy grande, pero sí tener una ubicación clara, ya que el orden de los muebles y la disposición espacial podrían tener un efecto indeseado de no estar el espacio de meditación bien delimitado.
2. Limpio y ordenado
Lo mejor es vaciar nuestro espacio de meditación de todo aquello que no es imprescindible. ¡Deja únicamente lo esencial y lo que te haga sentir bien!
Es bueno recordar que un entorno caótico afecta al desempeño, el humor y la concentración; de manera opuesta lo hará un entorno organizado y limpio. Busca espacios abiertos, donde te puedas mover con comodidad y calma y el aire transite con normalidad.
3. Aromaterapia
Recuerda que todos los olores que percibes estimulan el cerebro. El uso de aceites esenciales de plantas, como lavanda, la manzanilla, el incienso o la menta, pueden calmar el alma y el cuerpo.
Si eres sensible a los olores puedes colocar un sahumerio un rato antes de meditar. Deberás encontrar qué aromas funcionan mejor para ti.
4. Iluminación
Cuando creamos un espacio de meditación uno de los puntos principales es la iluminación. Hay quienes prefieren meditar con luz natural: los cuales suelen elegir espacios junto a ventanas, terrazas o jardines. Otras personas, por su parte, prefieren la luz tenue a la hora de meditar: en este caso el uso de velas es excelente.
Las velas pueden invitar a la calma sugerentemente y tienen la ventaja de poder ser aromáticas. No obstante, lo más importante es que recuerdes que un exceso de luz mantendrá tu cerebro demasiado activo y dificultará los estados más profundos de meditación.
5. Naturaleza
¡Decorar nuestro espacio de meditación con objetos referidos a la naturaleza siempre es una excelente opción! La naturaleza nos transmite energías renovadas y calma. Una buena manera de incorporarlas es a través de plantas, sonidos y olores: y obviamente un espacio donde transite el aire.
Por ejemplo: podemos incorporar diversas plantas, pueden ser floridas o aromáticas, o una fuente pequeña de agua cuyo sonido nos ayude a relajar. Recuerda que con la meditación buscamos contactar con nosotros mismos, pero también con nuestro entorno y la naturaleza.
6. Uso de colores
Cuando hablamos de espacios de meditación y decoración, muchos profesionales coinciden en que la elección de la paleta de colores tendrá un impacto directo en el cerebro y el estado de ánimo. Es por esta razón que los decoradores utilizan ciertos colores para oficinas, habitaciones o ambientes en general.
Para crear tu espacio de meditación, es recomendable hacer uso de una paleta pastel, ya que suelen ser más relajantes. Aun así, tal como en la iluminación, esto dependerá de cada uno y que colores colaboren a sentir paz y bienestar.
7. Tecnologías fuera
En este espacio no se permiten teléfonos ni dispositivos como televisores, ordenadores o cualquier otra tecnología que no tenga el objetivo de relajarnos. Estos dispositivos interfieren de manera negativa -en parte, por los campos electromagnéticos-, así que, si es posible, lo mejor es apartarlos o apagarlos.
8. ¡A sentarse en el suelo!
Existen millones de maneras de meditar: sentado, acostado, caminando, comiendo o como a ti se te ocurra. Si te estás iniciando, la recomendación es que vayas al suelo.
Sentarse en una superficie sólida ayudará a que mantengas la espalda recta en una posición correcta y te ayudará a ser consciente de tu cuerpo en su totalidad. Si no estás cómodo, puedes poner un almohadón debajo o acostarte, aunque este último puede hacer que te duermas.
Lo importante aquí es que adaptes la disposición del espacio a tus necesidades, para que te resulte efectivo y te motive a meditar siempre que puedas. ¡Éxitos!
“Cualquiera que haya practicado la meditación sabe qué difícil es hacer callar nuestra ‘conversación mental’ para conectarnos con nuestra mente más profunda, sabia e intuitiva”.
-Shakti Gawani-
Todas las fuentes citadas fueron revisadas a profundidad por nuestro equipo, para asegurar su calidad, confiabilidad, vigencia y validez. La bibliografía de este artículo fue considerada confiable y de precisión académica o científica.
- Walsh, R. (1996). Meditación. Natura Medicatrix: Revista médica para el estudio y difusión de las medicinas alternativas, ISSN 0212-9078, Nº 43 págs 16-22.
- Aguilar, G. y Musso, A. (2008). La meditación como proceso cognitivo-conductual. Suma Psicológica. ISSN 0121-4381 Vol. 15 N° 1: págs 241-258