Coge tu corazón roto y conviértelo en arte

Meryl Streep nos invita a reflexionar sobre nuestro valor, sobre lo que somos y sobre lo quedamos.
Coge tu corazón roto y conviértelo en arte
Sergio De Dios González

Revisado y aprobado por el psicólogo Sergio De Dios González.

Escrito por Valeria Sabater

Última actualización: 02 octubre, 2024

Coge tu corazón roto y conviértelo en arte. Esta fue la frase con la que Meryl Streep culminó su maravilloso y rotundo discurso cuando recogió en 2017 su merecido Globo de Oro. Fue poco más de un minuto donde las palabras se convirtieron en arte y donde cada fragmento fue como una píldora revulsiva que nos llenó de admiración.

No queremos hablar aquí sobre el verdadero propósito de dicho discurso ni de su destinatario. Donald Trump no tardó demasiado en recoger el testigo del mensaje para publicar una respuesta. Una réplica que, como cabría esperar por la trayectoria del personaje, no estuvo a la altura de la calidad moral y afectiva de nuestra veterana actriz.

“La falta de respeto invita a la falta de respeto, la violencia incita a la violencia, y cuando los poderosos usan su posición para intimidar a los demás, todos perdemos”.

-Meryl Streep-

Por nuestra parte, deseamos ahondar en el broche final de su discurso; en esa frase que, a modo de epílogo, recoge a la perfección un principio de superación y de crecimiento personal absoluto: “Coge tu corazón roto y  conviértelo en arte”. Esta frase, en realidad, fue un consejo que Carrie Fisher le dio a Meryl Streep hacía ya bastante tiempo.

No todo el mundo sabía que tras la imagen de la princesa Leia se escondía en realidad una mujer valiente, toda una guerrera que había hecho frente a las adicciones, a un trastorno bipolar y a una lucha continua por hacerse un hueco como guionista en Hollywood. Carrie Fisher tomó conciencia de algo que también le había enseñado su madre, la excepcional actriz y también recientemente fallecida Debbie Reynolds.

El arte, sea cual sea su forma y su canal de expresión, es un modo maravilloso de liberar emociones, de sanar corazones rotos. Y no solo eso. El arte, además, nos dignifica como personas al permitirnos dar lo mejor de nosotros mismos para compartirlo con otros.

Te proponemos reflexionar sobre ello.

carry-fisher-debby-reynolds

El arte como catarsis, el arte como expresión y belleza

El objetivo del discurso de Meryl Streep fue profundizar sobre la crisis de valores en la que vive un país en el que, por parte de un estamento determinado, se está olvidando de un aspecto muy concreto. El arte no es solo entrenimiento. El arte es cultura, es la magia de la diversidad, de la libertad y un medio donde conformar un legado de inspiración y aprendizaje común.

El arte, además, es terapia. Todos tenemos en mente más de una película y un libro que llegó hasta nosotros en el momento preciso, en el instante más necesitado. Sin embargo, muchos de nosotros no somos únicamente receptores pasivos del mundo del arte, algunos, también hacemos uso de él como medio de expresión, como catarsis y como instrumento magnífico para dar voz a nuestras emociones, para expandir nuestra libertad y a su vez, llegar a otros.

El arte activo, el ejercicio artístico que se practica con las manos o el cuerpo es sanador. Un ejemplo, ilustrativo a la vez que entrañable, lo pudimos ver en la película “Donde reside el amor” (1995). En esta película coral donde nos explican la vida de varias mujeres, una de ellas tenía una costumbre muy concreta. Cada vez que sentía una decepción, que era traicionada o cuando la tristeza se abrazaba a su corazón, rompía un vaso, una taza o un plato.

Tazas rotas

Más tarde, recogía con minucioso cuidado cada pedacito roto de esos cristales o cerámicas y las pegaba a una pared. Al cabo de los años se dio cuenta de que había creado toda una obra digna de admiración. En aquella pared multicolor, caótica y diversa, se escondían en realidad los pedazos rotos de su corazón convertidos en arte.

El arte como empatía

Volvamos al discurso de Meryl Streep. En sus palabras nos recordó una vez más cómo el mundo del arte y la empatía se relacionan de un modo maravilloso. De hecho, si hay una dimensión que bombea con fuerza en el corazón de toda persona vinculada al mundo artístico, ya sea la interpretación, la música, la poesía, la pintura o la escritura  es sin duda la empatía.

“El arte es la expresión del alma que desea ser escuchada”.

Por ello, Meryl Streep no dudó en declarar “que se le había roto el corazón” al ver cómo el presidente de Estados Unidos se mofaba del periodista del New York Times, Serge Kovaleski, aquejado de unas deficiencias motoras a causa de una enfermedad congénita.

empatía arte

En realidad, tras ello, hay algo que no nos pasa desapercibido. El mundo del arte y el mundo empresarial del que procede el nuevo inquilino de la Casa Blanca proceden de dos escenarios completamente opuestos. No podemos pasar por alto que en el contexto empresarial las palabras “empatía” e “Inteligencia Emocional” se etiquetan ahora bajo el término “innovación“. Es decir, son dimensiones desconocidas y hasta no hace mucho inútiles y completamente improductivas.

Para concluir, en vista de que estamos abocados a vivir unos tiempos algo extraños, complejos y muy contradictorios, no podemos olvidar estos canales tan maravillosos y reconfortantes que nos ofrece el mundo del arte. Son un medio de expresión a la vez que de conexión con nuestras emociones y las de los demás.

El arte nos hace humanos y a su vez, crea personas extraordinarias. Como la propia Meryl Streep.

Te dejamos con su discurso.

 


Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.