¿Cómo realizar una evaluación psicopedagógica?
La educación ha cambiado con el tiempo, mejorando cada vez más los procesos de enseñanza-aprendizaje. Esto ayuda a entender que hay personas que tienen unas necesidades específicas dentro del aula. Para poder identificarlas y colaborar con la adaptación del proceso, se necesita de una evaluación psicopedagógica. Esta será el eje fundamental de los adaptativos que se llevarán a cabo dentro de la entidad educativa.
Por lo tanto, es importante entender cómo se debe realizar un correcto examen de este tipo, teniendo en cuenta que es necesaria la presencia de un equipo multidisciplinario y de diversas herramientas que permitan completarla de manera satisfactoria. De todos estos aspectos hablaremos a continuación.
¿Qué es la evaluación psicopedagógica?
La evaluación psicopedagógica es un proceso para recoger, analizar y valorar diversos elementos que intervienen en la dinámica de enseñanza-aprendizaje. Se hace con el fin de precisar las necesidades educativas de estudiantes que puedan presentar en el desarrollo académico y/o personal. Asimismo, contribuye a concretar y fundamentar decisiones con respecto a los contenidos curriculares y las clases de ayudas que necesitan los niños con diversas capacidades.
Estas evaluaciones buscan determinar los requerimientos particulares de cada alumno, para dar una respuesta correcta y adecuada a sus problemas o déficits. Es decir, se usa para sacar datos y así tomar una decisión en la práctica orientadora dentro de aula.
La prueba debe centrarse en el modo de aprender del niño y los procesos de cambios que implica. Por lo tanto, se tienen en cuenta todas las condiciones sociales, individuales y ambientales que rodean al alumno. El resultado que se quiere lograr: mostrar al estudiante que puede aprender y hacerlo de manera realista.
Enfoque actual utilizado en instituciones para la evaluación psicopedagógica
Actualmente, la evaluación psicopedagógica trata de valorar las necesidades educativas especiales que presentan los sujetos. En este caso, uno de los modelos más usados es el diseñado por Reed y Schachter (Álvarez, 2010). Se valoran los problemas del niño como un proceso continuo; el modelo plantea principalmente dos fases.
La primera se denomina «periodo pre-ferral ». El objetivo de esta etapa es establecer las dificultades del alumno a través del informe del profesor. Con este fin, se inicia una valoración informal, para ir cambiado las estrategias de enseñanza. Esta modalidad permitirá al alumno adaptarse y seguir con el proceso de aprendizaje previsto. Una vez realizados los cambios, el maestro evalúa los resultados de la intervención; entonces puede encaminar.
En cuanto a la segunda fase, se denomina «periodo ferral », el cual consiste en una evaluación especializada que aplican profesionales; es lo que denominamos una evaluación psicopedagógica. Aquí se tienen en cuenta a todos los profesores y asistentes que trabajan con el estudiante.
Además, comienzan a tomar protagonismo la valoración del psicopedagogo, el cual se puede asesorar o apoyar en otros profesionales. En general, el equipo con el que trabaja lo conforman profesores, psicólogos y, en algunos casos, neuropsicólogos.
Esta valoración tiene un carácter científico técnico, debido al uso de un modelo de referencia evaluativo en la extracción de datos. Tal modelo se asemeja a los usados en una investigación científica. Otra de las características es el dinamismo, en donde el rendimiento no solo depende del alumno, sino también de las ayudas educativas que recibe.
Por último, la prueba ayuda a detectar las necesidades que presenta para acceder al currículo, en ellos podemos incluir: recursos materiales y servicios educativos, por ejemplo.
Técnicas e instrumentos de la evaluación psicopedagógica
La evaluación psicopedagógica necesita de instrumentos que den información fiable y válida. Esto tiene como propósito la toma de decisiones con base científica. Estos instrumentos provienen de campos de la educación, psicología, medicina y ciencias sociales. Asimismo, el enfoque actual tiene en cuenta los siguientes aspectos:
- La evaluación se realiza en la práctica diaria.
- Las enseñanzas deben poder se extrapoladas al salón de clases.
- Diseñar el proceso para generar beneficios en el aprendizaje del estudiante.
- Hay varios procedimientos para evaluar, siendo fundamental la aplicación de todos ellos.
- El fin principal de la educación es aprender a aprender, desarrollar habilidades, pensamiento crítico y reflexivo.
- No existen alumnos estándar, es decir, cada niño construye su propio aprendizaje, lo que hace necesario que la evaluación se diversifique.
Todo esto muestra la necesidad de utilizar diferentes perspectivas y herramientas. A continuación, explicaremos cada uno de los recursos para aplicar la evaluación psicopedagógica completa.
Es importante aclarar que los profesionales deciden qué puede ser lo más beneficioso para el alumno.
La entrevista
Esta herramienta es esencial en la evaluación psicopedagógica, ya que permite obtener información directamente del sujeto y sus familiares. Mediante las exploraciones orales que hace el profesional, plantea una situación única para fomentar la comunicación.
A través de ella, se pueden consiguen referencias, contrastar datos, comunicar resultados y poner en marcha los resultados de la intervención. Por lo tanto, la entrevista toma la forma de relato, narrado por las personas que lo viven, mostrando su punto de vista. El entrevistador, genera un contexto adecuado para que tenga lugar la expresión de lo experimentado por los niños y los padres.
Pruebas psicopedagógicas
Existen diversas clasificaciones de estas pruebas, pero siempre es importante que las lleven a cabo profesionales. Esto es relevante, ya que, si no se tiene esta preparación, se puede hacer un mal uso de estas herramientas y generar una mala toma de decisiones en la adaptación y ayuda a los alumnos. En este caso, no enfocaremos en la planteada por Gates y Bazan (2002), dividida en las dos grandes categorías que enseguida veremos:
- Evaluación formal. Utiliza test estandarizados, como los empleados en el ámbito clínico, ganando protagonismos test como el WISC. Estos ayudan a identificar y documentar los problemas específicos de los alumnos. Dicha prueba ayuda a reconocer las necesidades de exámenes posteriores y las intervenciones especiales. De igual modo, muestra el rendimiento del alumno con respecto a la media, ayudando a detectar posibles dificultades. Además, proporciona detalles de cómo adquiere la información el niño, da pautas para realizar evaluaciones formales y evalúa el progreso.
- Evaluación informal. Esta se realiza con el fin de conseguir información relacionada con la planificación educativa y psicopedagógica. Por lo tanto, detecta áreas de déficits y verifica, descarta o demuestra las conclusiones obtenidas con la evaluación formal. Asimismo, contribuye a definir las necesidades educativas o conductuales del alumno y colabora en la formación de un programa para satisfacerla.
Observación
La observación es una de las herramientas más manejadas en la evaluación psicopedagógica. Por lo tanto, debe ser objetiva, específica y sistemática, todo con la meta de saber las conductas de un alumno en determinados entornos.
Esta técnica, permite el conocimiento de las expectativas y necesidades del niño, sus motivaciones, rasgos de personalidad y las dificultades relacionadas específicamente con el aprendizaje. Los resultados de la observación se categorizan en constructos, lo cuales son codificados para analizar de manera lógica información.
Existen diversos métodos para hacer la observación. En uno de ellos, puede que la persona que recoja la información se involucre en las actividades que realice. Otra opción, es que el observador se quede lejos de las actividades y se dedique solo a mirar qué hace el niño.
¿Es posible la combinación de instrumentos para la evaluación psicopedagógica?
El uso combinado de todas estas herramientas ayudará a conocer con mayor exactitud las necesidades de cada uno de los niños. El resultado será una adaptación y modificación del proceso de enseñanza-aprendizaje, lo cual es favorable para desarrollar de mejor manera las actividades escolares.
Esto no solo beneficia sus condiciones en el aula, también les permite apelar a herramientas útiles en su vida diaria.
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