Cómo ser mejor persona: claves para conseguirlo en el día a día

No hay que esperar a que lleguen momentos complicados para salir de ellos siendo mejores personas. Cada día es buen momento para dar lo mejor de nosotros mismos, cada instante es adecuado para actuar de manera correcta.
Cómo ser mejor persona: claves para conseguirlo en el día a día
Valeria Sabater

Escrito y verificado por la psicóloga Valeria Sabater.

Última actualización: 27 julio, 2023

Ser mejor persona es un arte en el que invertir tiempo y voluntades cada día. En este proceso de crecimiento humano nos serán muy útiles disciplinas como la psicología, la filosofía y la antropología. Son áreas que integran conocimientos valiosos en los que todos nos podemos habilitar. Puesto que, como bien señalaba Platón, «al buscar el bienestar de nuestros semejantes, también encontramos el nuestro».

Esta última idea es, sin duda, muy cierta. Porque ejercicios como la bondad, o el propio altruismo, como nos señalan en un estudio publicado en la revista PNAS, reducen incluso el propio dolor físico. Convertirnos en seres más nobles es un viaje en el que hallaremos nuevos descubrimientos y notables beneficios. En el siguiente texto te ofrecemos unas claves para iniciar ese interesante proceso.

«El único signo de superioridad que conozco es la bondad»

~ Ludwig van Beethoven ~

Claves sobre cómo ser mejor persona

A la hora de profundizar en cómo ser mejor persona, podemos basarnos en diferentes áreas. La antropología, la filosofía y la psicología son esas disciplinas que más se han preocupado en definir esta dimensión. Adoptar una perspectiva multidisciplinar puede enriquecer, por tanto, mucho más este aprendizaje.

Así, desde el Journal of Cross-Cultural Psychology  destacan cómo el concepto de la bondad humana es algo que trasciende a todas las culturas. Si bien la psicología positiva es un ámbito que siempre se ha interesado en esta materia, no podemos dejar de lado otras disciplinas. Solo así tendremos una visión mucho más amplia y apasionante a la hora de habilitarnos en este fin tal elevado.

Analicemos a continuación cómo nos pueden guiar esas tres perspectivas.



Ser mejor persona según la filosofía

La filosofía moral o la ética es la mejor perspectiva para guiarnos en este aprendizaje. Desde estas ramas encontramos guías inspiradoras con las que comprender mejor las acciones humanas. El origen del bien y del mal, los deberes, lo que es noble, correcto o incorrecto, encuentran en este marco una directriz idónea desde la cual partir en la materia que estamos abordando.

En este mismo sentido, Aristóteles señalaba que todas las personas tienen la capacidad de ser buenas y virtuosas. Esto es algo que nos recordaba en el que es uno de sus libros más interesantes: Acerca del alma. En este trabajo, aunque su tema central era el análisis del alma, se alzó como el primer manual de psicología desde una perspectiva biológica.

También sus obras éticas, como Ética a Nicómaco, resultan referentes muy interesantes para trabajar el propósito de ser un poco mejores cada día. Veamos sus claves.

1. Ser prudente

La prudencia se relaciona con la capacidad de ser reflexivos, de meditar antes de tomar una decisión, de aprender a tratar a los demás con respeto y aprecio. Es una competencia que requiere de un ejercicio constante de análisis, calma mental y buen juicio en la que todos podemos habilitarnos un poco más.

Las estrategias para trabajarla pueden ser las siguientes:

  • Medita tus acciones antes de llevarlas a cabo.
  • Controla tus impulsos.
  • Practica la reflexión y la introspección.
  • Haz uso de la escucha activa.
  • Analiza lo que te rodea, haz uso del pensamiento crítico.

2. La templanza

La templanza te permitirá ser mejor persona porque es un ejercicio muy valioso de control y regulación emocional. Gracias a esta virtud, dominarás mejor realidades internas como la ira, la rabia, el ego o la impulsividad. Asimismo, trabajos como los publicados en Frontiers in Psychology, nos indican que esta dimensión se compone a su vez de las siguientes áreas:

  • Capacidad para perdonar.
  • La habilidad de ser paciente.
  • La competencia de la humildad.

3. La justicia

Ser mejor persona implica también el saber ser justos con los demás y con nosotros mismos. Esta área conductual y actitudinal es el reflejo de quien sabe lo que está bien y lo que está mal, siendo capaz a su vez, de defender unos buenos valores éticos. Ser justos es ser sabios y en este ejercicio, también se integra la bondad.

4. La fortaleza

La fortaleza, según la filosofía, es esa noble virtud que nos permite hacer frente a los obstáculos. Gracias a ese impulso podemos también ayudar a los demás, ser esa figura transformadora y protectora. Aristóteles, en Ética a Nicómaco, la define también como «el dominio de uno mismo», una facilita el poder lidiar con las adversidades del destino mediante la determinación y una buena resistencia moral.

La meta de ser mejor persona es una aspiración cotidiana porque, en realidad, dicha tarea nunca se dará por finalizada. Siempre seremos criaturas imperfectas y falibles intentando ser mejores. No habrá día en que no nos demos cuenta de que hay algo de nosotros mismos que deberíamos desarrollar, corregir o cambiar. Ser consciente de ello, ya es un logro.

Cómo ser mejor persona según la antropología

Oliver Scott Curry es antropólogo de la Universidad de Oxford y miembro del Instituto de Antropología Evolutiva y Cognitiva. En el 2019 publicó en la revista Current Anthropology un interesante trabajo sobre la cooperación y en él, reflejaba siete reglas morales. Se trata de conceptos que nos pueden ayudar a ser mejor persona. Son los siguientes:

5. Preocuparnos por las personas

La preocupación por los demás es un valioso ejercicio lleno de intencionalidad. Solo desde la empatía y el interés por el bienestar ajeno, iniciamos conductas prosociales por el bien de todos. Para ser mejor persona es esencial que sintamos esa inquietud por saber qué sienten y qué necesitan quienes nos rodean.

6. Ayudar a nuestra comunidad

El altruismo y los comportamientos orientados a la ayuda de los demás, son un componente nuclear en ese propósito por ser mejores. Es así como construimos sociedades más éticas, más cohesionadas y respetuosas. Son, a su vez, acciones muy simples que podemos llevar a cabo cada día. Basta solo con alzar la vista y detectar qué necesidades existen en nuestra comunidad.

7. Ser capaces de apreciar los favores

Sabemos que hacer favores a los demás define nuestra nobleza y es un ejercicio positivo. Sin embargo, es esencial que también aprendamos a valorar lo que otras personas hacen por nosotros. Y esto, es algo que no siempre vemos. En ocasiones, nos habituamos a dar por sentado lo que nuestra familia, pareja o amigos llevan a cabo por nuestro bienestar.

Procuremos no caer en esa pasividad emocional y relacional. Valorar los favores, entenderlos como regalos llenos de afecto e intencionalidad, nos hace ser mejor persona.

8. Valentía para defender valores

Las sociedades más fuertes y nobles se erigen cuando las personas son capaces de defender los valores más enriquecedores. Esto es un ejercicio colectivo en el que deberíamos reflexionar. Porque en ocasiones, podemos derivar en el desinterés y en dejarnos llevar por lo que dice y defiende la gran mayoría.

Para ser mejor persona es necesario que seamos valientes para defender aquello que es ético, valioso y bueno para todos.

9. Respetar a las personas

El ejercicio del respeto ajeno nos puede parecer una obviedad en nuestro propósito por ser mejor persona. Sin embargo, en ocasiones, lo podemos descuidar. La Universidad de Groninga, en Países Bajos nos recuerdan que es un factor de gran relevancia en nuestros escenarios sociales. Es un ejercicio que integra lo moral y lo ético, sin descuidar lo emocional.

El respeto ajeno es un ejercicio de gran valor que conviene llevar a cabo en cualquier circunstancia: al comunicarnos, al trabajar, con conocidos y también con desconocidos.

10. Compartir nuestros recursos

Para la antropología, la acción de compartir nuestros recursos nos convierte en grupos sociales más fuertes y con mayores capacidades para avanzar. Desde un punto de vista individual, todos lograremos ser mejores personas si seguimos esta misma estela, este mismo patrón.

11. No envidiar lo que tienen otros

La envidia es ese elemento vitriólico que nos destruye como humanidad. Nadie gana nada anhelando lo que es o lo que tiene el otro. Atendamos y regulemos esta emoción para ser mejores personas.

La antropología nos enseña a ser mejores personas al compartir nuestros recursos, al crear sociedades más respetuosas que se preocupan por todos sus individuos.

Cómo ser mejor persona según la psicología

La psicología ha abordado de muchas maneras el estudio de cómo ser mejor persona. La perspectiva humanista y la psicología positiva son esos dos marcos de referencia indudables en esta materia. Abraham Maslow nos dejó en su libro El hombre autorrealizado (1973) pautas muy interesantes en esta materia.

El psicólogo, Martin Seligman, por su parte. abordó este tema de manera interesante, práctica y útil. Su trabajo Character Strengths and Virtues: A Handbook and Classification, elaborado junto a Christopher Peterson, es toda una referencia en la que inspirarnos. 

Conozcamos esas áreas en las que deberíamos focalizarnos según la psicología.

12. Autoconocimiento

Conocernos a nosotros mismos es ese umbral existencial que debería guiarnos en todo momento. Conocernos, tomar contacto con nuestro auténtico yo, es el timón que nos guiará en nuestro viaje para ser mejores cada día.

13. Practicar la aceptación

Aceptar las cosas tal y como son no es una forma de rendición o de pasividad. Esta práctica nos resta sufrimientos y nos permite navegar mejor en nuestras relaciones con los demás. Al aceptar a quienes nos rodean por lo que son, les respetamos mucho más. También evitamos el aferrarnos a expectativas imposibles.

14. Control de las emociones

¿Qué relación tiene la regulación emocional con ser mejor persona? Para la psicología es un pilar indiscutible. Analizamos los beneficios de esta competencia tan decisiva.

  • El control de las emociones nos impide derivar en actos dominados por la ira.
  • Actuamos y respondemos con mayor calma y equilibrio.
  • La buena regulación emocional nos permite relacionarnos mucho mejor.
  • Facilita una mejor comunicación.
  • Reduce la impulsividad.


15. Perdonar para ser mejores

Saber perdonar (y perdonarnos) no solo es un ejercicio de bienestar. Todos mejoramos como seres humanos al ser capaces de disculpar ciertas acciones en los demás. Es un modo de afianzar lazos, de apaciguar odios y acortar distancias.

16. La empatía

Pocas dimensiones mejoran nuestra convivencia como ese pegamento social que es la empatía. Este constructo psicológico nos ha permitido avanzar como especie. Solo quien conecta con quien tiene enfrente, entiende lo que necesita para actuar en sintonía. Ese puente entre nosotros se traza mediante ese ejercicio empático que nos hace ser mejores.

17. Sé compasivo y autocompasivo

La compasión es una dimensión de doble vínculo; debe actuar sobre nosotros y también sobre los demás. Gracias a ella desarrollamos conductas proactivas orientadas a mejorar la vida de quienes nos rodean. Asimismo, nada es tan importante para el bienestar como el diálogo compasivo con uno mismo.

«Uno de los objetivos de la educación debería ser enseñar que la vida es preciosa»

~ Abraham Maslow ~

Conclusión

Para concluir, no importa con qué enfoque nos quedemos, con el filosófico, el antropológico o el psicológico. Cada disciplina vertebra dimensiones comunes, puertas que debemos cruzar para impregnarnos de adecuadas virtudes y recursos para ser mejores. Y recordemos, esa tarea, no se termina nunca…

Siempre habrá una dimensión en la que mejorar un poco más, siempre existirá una competencia que nos permita evolucionar como seres humanos. En un mundo tan competitivo e individualista, esferas como las aquí descritas pueden beneficiarnos a todos.


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