Cómo superar el conflicto entre suegra y nuera
Ni Edison contra Tesla, ni Batman contra Joker, ni Quevedo contra Góngora, ni Miguel Ángel contra da Vinci… Ejemplos de grandes rivalidades históricas que se quedan en casi nada si las comparamos con un clásico… ¿sabes a qué conflicto no referimos? En efecto: al eterno conflicto entre suegra y nuera.
Si eres nuera, y estás leyendo esto, tranquila, hay solución. Si eres suegra, tranquila, no siempre eres la “mala”. Si eres la pareja, apunta, también tú tienes que actuar para mejorar la situación. ¡Vamos allá!
¿De dónde procede este conflicto entre suegra y nuera?
Lo más frecuente es que aparezca el conflicto porque ambas, suegra y nuera, no comprenden qué tipo de espacio les corresponde con respecto a quien está en medio, que suele ser la pareja. Ambas, en cierto sentido, acaban viendo su territorio invadido.
Por parte de la suegra, se puede percibir intromisión en los asuntos económicos de la familia, en asuntos laborales, en la crianza de los hijos, etcétera. Y muchas veces, la nuera es percibida como alguien que quiere entrometerse en la familia y quiere apartar a su pareja de la misma.
La relación puede ser más tensa cuando la madre no termina de aceptar que su descendencia ha crecido, es independiente y que está formando su propia familia, como ella ya hizo en su día. Todo se agrava más si la nuera no es capaz de entender las emociones de su suegra.
Este conflicto puede surgir también porque las expectativas que la suegra tenía respecto a su nuera, no se cumplen. Esto provoca una especie de rechazo implícito, casi invisible e involuntario, pero que puede ser sentido e intuido.
Debemos tener en cuenta que las personas que pasan a formar parte de nuestra familia política son personas que no hemos elegido directamente. Sin embargo, son relaciones inevitables (en principio) y, por lo tanto, es necesario trabajar para que sean lo más sanas posibles.
Pequeños cambios para solucionar el conflicto entre suegra y nuera
Existen infinidad de maneras distintas de gestionar el conflicto. Pero vamos a dejar una serie de recomendaciones que pueden facilitar la proclamación de la paz:
- Definir los roles de cada una con firmeza.
- Respetar los espacios.
- Acordar las visitas para que no se conviertan en una invasión.
- Mantener una comunicación fluida.
- Resolver los conflictos cuando surgen, no callarlos para evitar que se magnifiquen.
- Nunca faltar al respeto.
- No hacer campaña de desprestigio contra la otra.
Importancia del papel de la suegra
Desde la perspectiva de la madre de la pareja se pueden tomar una serie de medidas útiles. Evita estas acciones:
- Tomar decisiones por la pareja. Los consejos siempre son bienvenidos, pero al final la decisión última es de la pareja, que tiene todo el derecho del mundo a equivocarse.
- No intentes estar siempre en primer lugar. Tienes una posición privilegiada y tu descendencia y tu nuera lo saben. Pero no impongas esa posición.
- Nunca uses a tus nietos para manipular a tu nuera.
- No impongas tu modelo de gestión del hogar, de crianza o tus normas.
- Acepta que tu descendencia es adulta.
- Acepta las normas de la casa. En tu casa tienes tus normas, deja que la pareja tenga las suyas propias en la suya. No son ni mejores ni peores que las tuyas. Simplemente, son las suyas y habrán sido acordadas.
- Acepta a tu nuera tal y como es. Lleva muchos años siendo como es, con sus virtudes, sus defectos y sus manías. Si no se adapta a tus expectativas y gustos, tendrás que aceptarlo.
- Ofrece tu ayuda, pero no la impongas.
Consejos para las nueras
Si te ha tocado el papel de nuera y tienes conflictos con tu suegra, también hay medidas que pueden resultarte útiles para desescalar el conflicto. Algunas de ellas las tienes a continuación:
- No compares a tu suegra con tu madre. Acepta que tu suegra es una persona y tu madre otra. Las comparaciones solo llevan al conflicto.
- No uses lo que te cuenta tu pareja sobre su madre contra ella. Te lo ha confiado porque, seguramente, además de su pareja, seas su mejor amiga. No traiciones su confianza.
- Tampoco utilices a tus hijos para hacer campaña en contra de tu suegra. Ellos no tienen la culpa de los conflictos que tú tengas con ella.
- Haz que tu suegra se sienta valorada. Agradece su ayuda y su opinión, pero hazle entender que, aunque la decisión final es vuestra, tendréis en cuenta sus consejos.
- Ante todo, nunca faltes al respeto a nadie.
El papel de la pareja como mediadora
Si, por el contrario, te has visto envuelto en un conflicto entre tu pareja y tu madre, debes saber que también puedes ayudar a resolver el conflicto. Aquí tienes algunas directrices:
- No seas una veleta. Posiciónate en caso de tener que hacerlo.
- No hables mal de ninguna de las dos a sus espaldas. Ayuda a que limen sus asperezas sin echar leña al fuego.
- Ayuda a delimitar la influencia de cada una de ellas en tu vida.
- Sé conciliador. Fomenta una buena relación entre tu pareja y tu madre.
- Si el conflicto no se resuelve, plantéate separar esos dos ámbitos de tu vida. No es necesario que tu madre y tu pareja se vean.
Superemos los estereotipos sociales
Las guerras entre suegra y nuera son mucho más llamativas que otros conflictos que se producen entre familias políticas. Centrar la atención en las peleas protagonizadas por mujeres suele responder a procesos inconscientes favorecidos por el sistema patriarcal y heteronormativo en el que vivimos.
Por eso, antes de pedir a tu madre que supere el síndrome del nido vacío o a tu novia que entienda que tu madre es “otro amor de tu vida”, revísate tus ideas y actitudes. Probablemente, la dinámica que está ocurriendo tiene más elementos, como tu otro progenitor o la educación que habéis recibido.
En ningún lugar se ha escrito que madre y nuera tengan que ser rivales, ni que tu relación tenga que ser monógama, heterosexual o que tengas que convivir con tu pareja e ir a comer todos los domingos a casa de tus padres. Ajusta tu relación y tus prioridades siempre apuntando al bienestar de todos los individuos y no hacia lo que “debería ser”.
Normalicemos algunos desencuentros
Como hemos dicho, la familia política no es algo que podamos elegir y, como siempre, habrá unas personas que nos caigan mejor que otras. Los motivos pueden ser varios: porque no existe buen feeling, porque no tiene un tipo de personalidad que encaje con la tuya o porque actuáis con una escala de prioridades distinta.
Al igual que pasa con cualquier otra persona cuando la conoces, puede pasarte con tu suegra o tu nuera y, por ello, te harás mucho bien cuando normalizas la situación. No conviene exagerar el problema, que normalmente no va más allá de algunos desencuentros anecdóticos. Con pequeñas modificaciones en la forma de relacionarse, el conflicto entre suegra y nuera pasa a un segundo plano.
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- Cárdenas, E. J. (1999). La mediación en conflictos familiares: lo que hay que saber. Lumen/Humanitas.
- Romero Cladera, C. La influencia de los estereotipos de género en el comportamiento y las preferencias de juego en niños y niñas de preescolar.