Mimar nuestra autoestima

Mimar nuestra autoestima
Sara Clemente

Revisado y aprobado por Psicóloga y periodista Sara Clemente.

Escrito por Sara Clemente

Última actualización: 10 octubre, 2019

Tener una autoestima sana es primordial para cualquier ser humano. Ésta nos permitirá enfrentarnos a la vida con mayor confianza en nosotros mismos, y posiblemente repercuta en que logremos alcanzar nuestras metas y objetivos exitosamente. Además, seguramente contribuirá a que se nos abran más puertas y, por lo tanto, a que nos sentiremos más realizados.

Sïntomas de una baja autoestima

Sin embargo, antes de esto, es importante saber y ser conscientes de los síntomas que indican una baja autoestima. Estos son algunos de ellos:

  • Conformismo, falta de motivación: dejar de luchar por los sueños, por creer que no seremos capaces de conseguirlos. Nos creemos poco valiosos.
  • Timidez, miedo, inseguridad: infinitos miedos a quedar mal, a lo que piensen los demás de nosotros, a hacer el ridículo. Incapacidad de tomar la iniciativa.
  • Dejadez: se descuida el arreglo físico o, por el contrario, se puede pasar al otro extremo de arreglarse en exceso para tapar esa  falta de confianza en nuestra imagen natural. La persona no lleva hábitos de vida saludables y come mal, no hace ejercicio, no duerme adecuadamente…
  • Negatividad y rigidez: cualquier cosa que sucede, cualquier error cometido, es causa de falta de respeto hacia uno mismo, de desvalorización y auto-culpabilidad. La persona es poco comprensiva y poco flexible consigo misma.
  • Negación a los cambios y perfeccionismo: la persona se estresa en exceso ante cualquier cambio en su vida, incluso si ese cambio es positivo. Prefiere quedarse en su territorio conocido por miedo a no dar la talla en otro lugar. También será perfeccionista porque hacer algo mal sería causa de auto-culpas, riñas interiores, y más desvalorización personal.
  • Tratar mal a los demás: muchas personas con baja autoestima, arremeten contra los demás para sentirse ellos más valiosos, ya que si uno es capaz de convertir a alguien en víctima, sentirá que tiene poder y se situará por encima. Esa situación les alivia y les auto-engaña creyendo que son superiores.
Mujer mirándose a un espejo roto

¿Qué podemos hacer para aumentar la autoestima?

A continuación vamos a ver 8 hábitos que te pueden ayudar a tener una sana autoestima. Aplicarlos diariamente servirán como refuerzo de la misma, pues la autoestima siempre es algo que fluctúa.

1. Autoconocimiento

Si uno no se conoce, no se puede querer. ¿Alguna vez has querido a alguien que no conocías? Es poco probable, ya que el amor sale a la luz ante el conocimiento y descubrimiento emocional.

Es muy importante que sepamos cuáles son nuestras virtudes y nuestros defectos, ya que si no lo sabemos no podremos llevar a cabo los siguientes puntos. Muchas veces uno mismo no es capaz de mirarse de una manera realista, ya que la baja autoestima puede distorsionar la realidad, negativizando en exceso.

En ese caso, sería necesario contar con la ayuda de alguien experto. Acudir a terapia es conveniente no solamente de cara a conocerte a ti mismo, sino a que te proporcione técnicas para mejorar la mala imagen que tienes de ti mismo.

Una vez sabemos quiénes somos y hacia dónde vamos, podemos ponernos en marcha para vivir con efectividad.

Por ejemplo, un pájaro vuela como nadie, pero si lo metes en agua no tendrá nada que hacer. Una persona puede ser un as de la informática, pero puede que se le den mal las manualidades

2. Enfócate en tus virtudes

Todos tenemos virtudes y también defectos. Absolutamente todo el mundo los tiene, lo que pasa es que las personas que ves muy seguras, lo que hacen es enfocarse en sus virtudes por completo, dejando en segundo plano los defectos.

Hombre confiando en sí mismo

Los pensamientos son como una bola de nieve que se va haciendo más grande. Por ello, si tu centro de atención está en tus defectos, irá creciendo tu inseguridad y malestar. En cambio, si te enfocas en tus virtudes, tu seguridad irá creciendo.

¡Precaución! Enfocarte en tus puntos fuertes no significa ser altivo, creído o narcisista. No hace falta alardear de tus virtudes para saber que las tienes. No es necesario que nadie las conozca a fondo, salvo tu mismo.

3. Mantén a raya tus pensamientos

Las personas que tienen la autoestima baja, tienden a dar rienda suelta a pensamientos negativos sobre su persona. Se desvalorizan, piensan que son poco capaces, que los demás son mejores, etc… Incluso hay quien se autocritica e insulta continuamente.

Uno mismo debe respetarse y tratarse con cariño, ya que si no, va a ser imposible que su autoestima mejore. Trata de cambiar tus hábitos de pensamientos, cambiar el diálogo interior que tienes contigo mismo. Coge el hábito de hablarte con buenas y halagadoras palabras.

Ten paciencia contigo mismo y sobretodo sé muy flexible y comprensivo.  Arrojar negatividad contra nuestra persona, sólo servirá para hundirnos en la inseguridad cada vez más

Llevas un enemigo dentro, que no para de sabotearte y decirte: “no puedes”, “no eres capaz”, “eso no es para ti”, “no te lo mereces”, “no eres válido”, “lo harás mal, no lo intentes”… Sustituye a ese enemigo por un aliado que te valore y te diga: “puedes hacerlo”, “eres capaz”, “te lo mereces”, “te quiero”, “eres genial”, “inténtalo y, si no sale bien no pasa nada, irás aprendiendo y acabarás haciéndolo bien”….

4. Fuera etiquetas

Desetiquétate por completo. No unas tu valía personal a nada exterior. Ni a tu puesto de trabajo, ni a tus posesiones, ni al éxito amoroso, etc… Tu persona no tiene nada que ver con lo que tengas.

Probablemente si tienes la autoestima baja te sentirás peor que los demás o poco valioso. Por ejemplo, por estar en paro, por tener un piso pequeño, por no tener pareja, etc… La buena noticia es que nada de eso importa.

Se puede tener una sana autoestima sin necesidad de tener grandes cosas materiales, porque lo que importa no está ahí fuera, sino dentro de uno mismo. La clave está en darte valor por lo que eres como persona, por tus valores, tu forma de ver la vida, tu forma de tratar a los demás, tu bondad o tu integridad.

5. Responsabilidad propia

Cada persona debe asumir su propia responsabilidad. No vale echarle la culpa a los demás de nuestras inseguridades y problemas. Los demás nos influyen también, pero al final es uno mismo quien hace elecciones y no los demás, por ello somos los responsables de nuestra vida.

Hombre seguro de sí mismo

Lo que pasa afuera es una cosa, pero luego tú eliges qué hacer con esa situación

Si, por ejemplo, alguien no te trata bien y decides igualmente comenzar una relación, luego no se le puede echar la culpa de la infelicidad al otro. Porque nosotros lo elegimos en algún momento, por inexperiencia, confiabilidad, etc… pero es nuestra responsabilidad, e igual que comenzamos en algún momento, también podemos terminar.

Siempre se pueden tomar decisiones que cambien las situaciones. Otra cosa es que se cuente con la seguridad y valentía de enfrentarse a los cambios.

Mientras sigas echando las culpas fuera de ti, no ganarás autoestima. Así, si evades responsabilidades, no te pondrás en marcha para cambiar. En cambio, si empiezas a asumir responsabilidades y ves que el timón de tu vida es tuyo, empezarás a hacerte cargo de tu vida y a atreverte a tomar decisiones para cambiar lo que no te satisface.

6. ¿Cuál es tu propósito? ¿Estás en el camino correcto?

Es importante no dejar que nos lleve la corriente. Todos podemos manejar nuestra vida y no dejarla a merced de la suerte.

Debemos plantearnos metas y crear planes de acción para acercarnos a ellas. Si careces de propósitos en la vida, no podrás desplegar tus herramientas para conseguir lo que te propones. Y al final esto hará que te estanques en tu desarrollo personal.

La autoestima se va forjando a lo largo del tiempo, tomando como base experiencias y sucesos. Entonces, si evitas enfrentarte a situaciones y propósitos, no podrás mejorarla. 

7. Cuídate y halágate a menudo: clave para la autoestima

¿Qué haces cuando quieres a alguien? Normalmente, nos sale de dentro cuidarle y sacar lo mejor que lleva dentro. Parece que no vemos sus defectos y multiplicamos sus virtudes.

Lo mismo debes hacer contigo mismo. Cuidarte con una dieta equilibrada, practicando ejercicio, escuchando tus deseos, persiguiendo tus sueños, dándote algún capricho, disfrutando de lo que te apasiona, siendo capaz de decir “no” cuando así lo desees, etc…

Y, además de cuidarte, no olvides halagarte. Enfócate en lo mejor que tienes y explótalo, halágalo y siéntete orgulloso de ello. Eres un ser único y todos poseemos virtudes, lo que pasa es que algunas personas no son capaces de verlas porque están muy enfocadas en los defectos.

Mujer besando espejo

Ya el hecho de atreverse a enfrentarse a algo que produce temor, es un motivo de autohalago. Porque ya estás haciendo algo para mejorar tu vida y eso se merece un reconocimiento.

Quién no ha oído la frase “no exageres, tú que me miras con buenos ojos”. Cuando se mira desde los ojos del amor todo se ve diferente, eso debes conseguir, amarte de una manera en la que seas capaz de ver todo lo bueno que tienes. Cuando te empieces a querer más, te será fácil ver tus virtudes.

8. Aceptación personal

Sin aceptación, no hay bienestar ni seguridad. Cuando no aceptas tus defectos, éstos se hacen más fuertes, en cambio, cuando empiezan a reconocerse y a aceptarse, es cuando curiosamente se van minimizando.

La perfección, entre otras, es una causa de falta de aceptación. No paramos de oír cuando llega el verano los métodos para empezar la “operación bikini”, cuidados de la piel para lucir siempre joven, dentífricos que nos prometen un blanqueamiento dental de película, etc… Nos inculcan que tenemos que estar siempre estupendos. Pero debes tener claro que todo en la vida tiene su lado bueno y malo, en todo hay una balanza de pros y contras.

Debemos saber que todos tenemos un lado bueno y malo, tanto físicamente como en rasgos de la personalidad. Acepta que eres humano y como todos, tienes tus cosas buenas y también malas.

Tendemos a aceptar sólo lo bueno, y no nos damos cuenta que lo menos bueno también nos sirve, está ahí para algo. No hay arcoíris sin lluvia, sin embargo, el ser humano disfruta y halaga la belleza de un arcoíris, pero se queja y rechaza la lluvia.

Todo tiene sus dos vertientes y se complementan, si rechazas tus defectos, se resentirá tu autoestima, debes aceptarlos y curiosamente cuando se aceptan suelen mejorar

Aceptarse no significa resignarse. Está bien que si algo no nos gusta. Intentemos mejorarlo. Aceptarse es no sentirse molesto por cosas que no nos gustan de nosotros mismos, sino que, aunque nos gustaría cambiar ciertas cosas, somos capaces de no rechazarlo y aceptar que en este momento soy así. Sin molestias, angustias o sentimientos negativos.


Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.