¿Conoces las dos caras de la pasión por el trabajo?
Todos hemos tenido esa sensación de que el tiempo pasa volando cuando hacemos algo que nos gusta, o de que va extremadamente lento al realizar actividades que no nos agradan. Así, la percepción del paso del tiempo está ligada inevitablemente a nuestro estado emocional presente.
Además esto nos sucede en diferentes situaciones situaciones y en diferentes ámbitos, como en el trabajo. Cuando alguien habla con pasión de su trabajo, se nota que disfruta de él y que se implica. Sin embargo, una persona a la que no le gusta su trabajo refiere que le cuesta ir al trabajo y los días se le hacen eternos. Esto lo sabemos por conocimiento popular, ahora bien, ¿qué ha encontrado la psicología en relación con la pasión por el trabajo? ¡Descúbrelo!
“Nada en el mundo que valga la pena se ha conseguido sin pasión”
-Georg Willhelm Friedrich Hegel-
La pasión armónica y la pasión obsesiva por el trabajo
Pero, ¿qué es la pasión? ¿Alguno sabría definirla? La pasión es una inclinación fuerte hacia una actividad que nos gusta y que redunda en una sensación de bienestar cuando la practicamos. De esta forma, invertimos mucho tiempo y energía en ello. Así, puede convertirse en algo altamente valorado que llega a formar parte de la propia identidad, pasando a autodefinir a la persona.
Ahora bien, ¿la pasión nos hace bien o nos hace mal? Para comprender los efectos positivos o negativos que puede tener, Vallerand y su equipo (2012) proponen distinguir entre pasión armónica y obsesiva. La pasión armónica sería aquella que permite a la persona elegir abordar una actividad altamente importante, pero sin ser agobiante. Es decir, deja espacio también para otros intereses vitales.
Sin embargo, la pasión obsesiva llega a frustrarnos. La diferencia estriba en que no deja espacio para realizar otras actividades o interfiere en el estado que nos producen. Así, la persona persiste en llevarla a cabo de forma rígida, sin permitirse flexibilizar, sembrando así las semillas de emocines negativas que germinarán pronto. También conlleva costes a nivel personal, al desatender otras tareas o roles.
Los beneficios de la pasión armónica por el trabajo
La pasión armónica por el trabajo lo que hace es facilitar la energía emocional y la satisfacción en el trabajo. ¿Por qué? Porque permite realizar las tareas correspondientes de forma flexible. De esta forma, este tipo de pasión puede derivar en el “engagement”. ¿Qué es esto? Es el deseo de invertir esfuerzo en el trabajo que se está realizando aunque aparezcan dificultades, facilitando que la persona realice la actividad con niveles altos de energía y resistencia mental.
“La pasión llevará a los hombres más allá de ellos, de sus limitaciones y de sus fracasos”
-Joseph Campbell-
El engagement provoca en las personas sentimientos de significación, entusiasmo, inspiración, orgullo y reto por el trabajo. Es decir, conlleva un grado elevado de disfrute y concentración, lo que deriva en esa sensación de que el tiempo pasa “volando” cuando estamos trabajando.
Pero además de esto, la pasión armónica por el trabajo tiene un efecto muy beneficioso para nuestra salud, tanto física como mental. No es que simplemente “solo” nos produzca emociones positivas, es que también nos protege del desgaste laboral o síndrome del “burnout“. De hecho, los trabajadores que sienten pasión armónica son más resistentes al agotamiento emocional.
Estas personas refieren experimentar más bienestar y felicidad, sintiéndose más satisfechos en distintos ámbitos. Por ejemplo, se ha encontrado que tienen mayor control en el trabajo, además de un mayor rendimiento y de una mayor creatividad. Así pues, parece que experimentar pasión por el trabajo de forma equilibrada tiene unos efectos altamente beneficiosos para los empleados.
“Para ser feliz, lo primero que tienes que hacer es enamorarte de tu trabajo”
-Mary Lauretta-
Los peligros de la pasión obsesiva por el trabajo
La pasión obsesiva por el trabajo tiene un efecto muy claro: nos impide desconectar de él aunque estemos realizando otras actividades. De hecho, se relaciona con la adicción al trabajo. Esta incapacidad de alejarse mentalmente de las tareas laborales repercute de forma negativa en nuestro empeño a largo plazo.
Tanto es así que, aunque se le dediquen más horas al trabajo, los niveles atencionales caen, aumenta el estrés percibido y aparecen dificultades para conciliar la vida laboral y la familiar. Así, no es difícil imaginar que estas personas tengan mayores niveles de agotamiento emocional, depresión y burnout, disminuyendo los sentimientos de felicidad.
Pero las consecuencias negativas no quedan ahí, siguen incluso después de terminar la vida laboral y jubilarse. En esta etapa, estas personas muestran un peor ajuste psicológico, ya que no ven cubiertas todas sus necesidades. Por ello, refieren sentirse menos satisfechos con la vida.
Dicho esto, es necesario recalcar que es bueno tener pasión por el trabajo, pero esta debe ser armónica para que nos beneficiemos de todos los efectos positivos que tiene para nosotros. Eso sí, hay que tener cuidado, de forma que esta pasión no llegue a niveles obsesivos que nos sitúen en el otro lado de la moneda.
Imágenes cortesía de Ian Schneider, Carl Heyerdahl y Javier Molina.