Consecuencias más comunes de crecer con padres con un trastorno psicológico
En el mundo más de mil millones de personas padecen algún trastorno mental. Además, se estima que esta cifra puede ser mucho mayor ya que numerosos casos permanecen sin diagnosticar. Por lo mismo, son muchos los niños que sufren las consecuencias de crecer con padres con un trastorno psicológico, algo que en muchos casos marca su carácter, su personalidad y su funcionamiento interno.
Evidentemente, las afecciones mentales son realmente diversas. Por lo mismo, no es posible generalizar. Sin embargo, formarse en un hogar tocado por algún tipo de desorden psicológico tienen un enorme impacto. Veamos de qué maneras puede afectar esta situación al desarrollo de un menor.
¿Cuáles son las consecuencias de crecer con padres con un trastorno psicológico?
El vínculo de apego
El vínculo de apego es el lazo de afecto primario que se establece entre el niño y sus principales figuras de referencia. Este se consolida en función del grado en que los adultos atienden las demandas del niño y satisfacen sus necesidades. Si le proporcionan afecto y seguridad adecuadamente, se establece un vínculo seguro; lo cual ayuda a que la personalidad del niño sea saludable.
No obstante, cuando uno de los padres padece algún trastorno psicológico puede no estar en condiciones de atender al bebé de forma apropiada. Tal vez no sepa reconocer sus necesidades o no pueda responder a ellas adecuadamente. Si desatiende física, emocional o psicológicamente al pequeño (o si lo atiende de forma inconsistente) se establecerá un apego inseguro. Así, el niño crecerá sintiéndose desamparado y en peligro.
El estilo de crianza
A medida que el niño crece, el estilo de crianza juega un papel relevante en la formación de su personalidad. Se ha establecido que la crianza democrática es la más adecuada para un correcto desarrollo. No obstante, para el padre que presenta algún trastorno mental puede ser casi imposible implementarla.
Con frecuencia, los adultos que padecen trastornos de ansiedad sobreprotegen a sus hijos, limitando así el desarrollo de su autonomía y actuando de lastre para la confianza en sus posibilidades. También es posible que caigan en conductas autoritarias, manteniendo un nivel de exigencia demasiado elevado.
Por otro lado, quienes sufren depresión u otras condiciones a niveles severos pueden no estar disponibles emocionalmente para ejercer la paternidad de forma activa. Esto puede conducir a que los menores, durante su crecimiento, no reciban la presencia, el afecto y los límites que necesitan.
Criar es una tarea compleja que requiere conciencia y dedicación; y cuando se debe lidiar con las propias dificultades es complicado actuar de una forma óptima.
Aprendizaje social
Por otro lado, durante la etapa de formación, el aprendizaje vicario es uno de los fenómenos más relevantes. Es decir, los menores adquieren actitudes, estrategias y herramientas observando cómo se desenvuelven sus padres. Esto resulta peligroso en la medida en que, posiblemente, muchos de los patrones de pensamiento disfuncionales de los progenitores se transmitan a los hijos.
Puede adquirirse una visión pesimista, un sentimiento de víctima, un cúmulo de miedos e inseguridades y unas estrategias inadecuadas para lidiar con los obstáculos. Crecer observando ansiedad, pasividad, ira descontrolada o cualquier otro elemento disfuncional hace más probable que estos se integren en la personalidad propia.
Otras consecuencias de crecer con padres con un trastorno psicológico
Sin embargo, crecer con padres con un trastorno psicológico no es determinante. Es posible que en algunos casos el progenitor, consciente de su problema, actúe de forma activa para contrarrestar las tendencias que podrían ser negativas para sus hijos. Es decir, que se esfuerce por no transmitirles sus patrones de pensamiento disfuncionales. Tengamos en cuenta que quizás nadie mejor que ellos para comprender por qué sus hijos no deberían repetirlos.
Por otro lado, crecer con padres con un trastorno psicológico puede aumentar la empatía y la tolerancia de los niños. Han crecido observando una realidad dolorosa y no tan común, por lo que la experiencia puede aumentar su sensibilidad de manera notable.
Pero, ante todo, si el progenitor que presenta el trastorno se decide a buscar el tratamiento adecuado estará proporcionando un saludable ejemplo. Es necesario normalizar el cuidado de la salud mental y resaltar su importancia. Haciéndose cargo de su dificultad y tomando las riendas con ayuda profesional será para sus hijos ejemplo de superación y valentía. En cualquier caso, toda experiencia nos proporciona aprendizajes valiosos.
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