Consejos para jóvenes para enfrentarse al cyberbullying
El uso de la tecnología implica que niños y jóvenes puedan ser víctimas de bullying más allá del ámbito escolar o de las zonas de recreo. El acoso cibernético o cyberbullying puede ocurrir en cualquier parte, incluso en casa, a través del correo electrónico, foros, chats, mensajería instantánea y medios sociales las 24 horas del día, los siete días a la semana. Además, el número de personas involucradas potencialmente es difícil de calcular. Para aquellos que sufren el acoso cibernético, los efectos pueden ser devastadores, haciendo que se sientan heridos, humillados, enfadados, deprimidos o incluso que tengas pensamientos suicidas.
Ningún tipo de intimidación ni a caso debe tolerarse, y hay que estar preparados para enfrentarse a ello y para prevenirlo. Pero no usar la tecnología para no sufrirlo sería lo mismo que no salir de casa para no convertirnos en el blanco de algún acosador. Los siguientes consejos pueden ayudarte tanto a protegerte del cyberbullying como a hacer frente al creciente problema del acoso cibernético.
Efectos del cyberbullying
Cualquier tipo de bullying tiene efectos muy negativos sobre la víctima, y puede producir depresión, ansiedad y baja autoestima. Pero, en muchos casos, el acoso cibernético puede ser aún más doloroso que el bullying cara a cara por tres motivos.
En primer lugar, porque el ciberbullying puede ocurrir en cualquier lugar en cualquier momento, incluso en lugares donde normalmente los jóvenes se sienten seguros, como en casa y en compañía de su familia. Cuando el acoso ocurre en un entorno que se considera seguro, los jóvenes pueden sentir que no hay escape.
La segunda razón que convierte al cyberbullying en un acoso peor que el bullying cara a cara es porque una gran cantidad de cyberbullying se puede hacer de forma anónima, cosa que no ocurre con el bullying tradicional. Esto puede hacer que la persona se sienta aún más amenazada y puede envalentonar a los agresores, ya que creen que el anonimato que les ofrece la red significa que son menos propensos a quedar atrapados. Y como los acosadores cibernéticos no pueden ver la reacción de sus víctimas, que a menudo van mucho más allá en sus acciones de lo que harían cara a cara.
En tercer lugar, el hecho de que el ciberacoso pueda ser presenciada por miles de potenciales personas lo hace mucho más dañino que el bullying cara a cara. Los correos electrónicos pueden ser enviados a cientos de personas, y los mensajes de los medios sociales o comentarios de sitios web a menudo pueden ser vistos por cualquier persona. El mayor alcance de la intimidación hace que pueda llegar a ser mucho más humillante.
Consejos para niños y adolescentes para enfrentarse al cyberbullying
Los jóvenes que hayan convertido en el blanco de acosadores cibernéticos deben evitar responder a los mensajes recibidos. Da igual que sean falsos o que resulten ofensivos. Respondiendo sólo se consigue empeorar la situación y provocar una reacción, que es exactamente lo que quieren los acosadores cibernéticos, así que no hay darles la satisfacción.
También es muy importante no buscar venganza contra un intimidador si se sabe quién es o cómo acosarlo, porque eso convierte a la potencial víctima inicial en un acosador cibernético. Una vez más, sólo se empeorará el problema y podría traer serias consecuencias legales.
En su lugar, es mejor responder a la intimidación cibernética de la siguiente forma:
– Guardar la evidencia del acoso cibernético, mantener los mensajes abusivos o capturas de pantalla de una página web, por ejemplo. Informar después a un adulto de confianza.
– Dar parte a la policía de mensajes sexuales inapropiados o amenazas físicas En muchos casos, las acciones del acosador tienen consecuencias legales.
– Ser implacable. El cyberbullying raramente se limita a uno o dos incidentes. Es mucho más probable que sea un ataque sostenido en un período de tiempo. Así que con el ciberacoso hay que ser implacable y seguir informando de cada incidente de intimidación hasta que se detenga.
– Prevenir el ciberacoso cuando se ha iniciado mediante el bloqueo del correo electrónico desde el que se reciben los mensajes y número de teléfono móvil desde el que se reciben llamadas y mensajes, y eliminar al acosador de los contactos en los medios sociales. También se puede informar sobre estas actividades al proveedor de servicios de Internet (ISP) y a los sitios web que utilizan.
Qué hacer si eres víctima de cyberbullying
– No te culpes. No importa lo que diga un acosador cibernético o lo que haga. Tampoco te avergüences de lo que eres o de lo que sientes. El ciberacosador es el que tienen un problema, no tú.
– Trata de ver el cyberbullying desde una perspectiva diferente. El ciberacosador es una persona infeliz, frustrada, que quiere tener el control sobre tus sentimientos para que te sientas tan mal como lo te hacen. No les des esa satisfacción.
– No te rindas y no empeores el acoso cibernético alimentándolo con respuestas y leyendo el mensaje una y otra vez. En su lugar, céntrate experiencias positivas. Hay muchas cosas maravillosas de las que puedes estar orgulloso.
– Busca ayuda. Habla con un padre, maestro, consejero u otro adulto de confianza. Ver a un consejero o psicólogo no significa que seas un bicho raro o que tengas algo malo.
– Aprende a lidiar con el estrés. Encontrar maneras de aliviar el estrés puede hacerte más resistente para que sentirte abrumado por el acoso cibernético. El ejercicio, la meditación, el lenguaje interno positivo, la relajación muscular y los ejercicios de respiración son todas buenas maneras de manejar el estrés provocado por el cyberbullying.
– Pasa tiempo haciendo las cosas que le gustan. Cuanto más tiempo pases con actividades que te gusten, como deportes, hobbies, salir con los amigos, por ejemplo, menos importancia tendrá en tu vida el cyberbullying.
Buscar apoyo y vías de escape
– Desconéctate de la tecnología y dedícate a estar con la gente o a hacer otras cosas.
– Encuentra otras personas que compartan tus mismos valores e intereses.
– Comparte tus sentimientos acerca de la intimidación y el acoso. Expresando lo que te está pasando podrás enfrentar mejor tus sentimientos, aunque no cambie la situación.
– Aumenta tu confianza. El ejercicio es una gran manera de ayudar a sentirte bien contigo mismo, así como para reducir el estrés. Practicar artes marciales o ir clase de kickboxing puede ayudarte a canalizar la ira.