¿Cuáles son las consecuencias de dormir poco?
Dormir poco se ha vuelto una costumbre para muchos adolescentes y adultos. En un mundo saturado por la inmediatez, la estimulación y la ausencia de paciencia para la espera, hay necesidades básicas, como el sueño, que se han visto alteradas en su saciedad.
Asimismo, los cambios constantes en el horario de trabajo, el cambio de la luz ambiental o el acceso a tecnologías desde cualquier parte ha hecho que esta costumbre se acentúe.
Las consecuencias de estos cambios se manifiestan en diferentes planos, como el cognitivo, el emocional o el biológico. Se ha llegado al punto de crear nuevos síndromes como el de sueño insuficiente. En el este, se priorizan otros cuidados antes que el del sueño.
Proceso del sueño
El sueño es un estado fisiológico imprescindible. Implica una disminución del estado de alerta y la conciencia con el fin de desarrollar procesos de integración de la actividad cerebral y modificar procesos fisiológicos en el organismo. Se rige por el ciclo circadiano, por el que se alterna un estado de vigilia y un estado del sueño.
Asimismo, es importante indicar que existen dos grandes etapas del sueño que se deben dar siempre en el mismo orden.
La primera etapa es el sueño No MOR, en la que no hay movimientos oculares rápidos. Esta se subdivide en 4 fases:
- No MOR1: el sueño es ligero, la persona se puede despertar con facilidad y aún hay percepción de estímulos interno y externos.
- No Mor 2: ocurre el bloqueo de acceso sensorial en el cuerpo, baja el tono muscular y el ritmo cardiaco. Las ondas cerebrales comienzan a disminuir para que el cerebro calibre su actividad.
- No Mor 3: siguen disminuyendo las ondas cerebrales, el bloque sensorial es mayor, se incrementa la producción de las hormonas del crecimiento.
- No Mor 4: junto con la etapa anterior son las fases en las que el sueño es más profundo. Hay predominio de las ondas delta.
En segundo lugar, se encuentra la etapa de sueño REM. La cual, se caracteriza por la presencia de movimientos oculares rápidos.
En ella, el tono muscular disminuye y el ritmo respiratorio y cardiaco es irregular. Es el momento del sueño donde el cerebro se encuentra más activo y se producen los sueños más lúcidos con un hilo conductor.
Activación cerebral y dormir poco
En investigaciones por medio de imagenología cerebral, se ha encontrado una reducción global de la actividad cerebral cuando se reduce el tiempo de sueño.
Aun así, se ha especificado que la mayor disminución de esta actividad se encuentra en la corteza prefrontal y en el lóbulo parietal. Esta medición se ha hecho especialmente con actividades verbales y se cree que es la consecuencia que sufre el cerebro por intentar mantenerse despierto y alerta.
¿Afecta a nuestras funciones cognitivas el dormir poco?
Hoy en día, conocemos que el sueño es fundamental para desarrollar un adecuado funcionamiento cognitivo diurno.
Se ha encontrado en investigaciones que la disminución de 1,3 horas diarias de sueño por una semana causan una disminución del 32 % del nivel de alerta. Esto tiene repercusiones tanto en actividades físicas como cognitivas.
Memoria y aprendizaje
La memoria y el aprendizaje son aspectos relacionados con un buen dormir. Se encontrado que, en el sueño, se consolida la información que adquirimos en el día, por lo cual es vital para el aprendizaje.
Por esta razón, la disminución en la cantidad de sueño diario va a repercutir en estas funciones. Dentro de las investigaciones encontramos que diferentes aspectos de la memoria se relacionan con diferentes fases del sueño.
Por ejemplo, la consolidación y codificación de información nueva en la memoria depende del sueño REM y la fase No MOR 2. Por lo tanto, no poder completar todas estas fases crea problemas para la consolidación de recuerdos. Los efectos se pueden trasladar, por ejemplo, al rendimiento académico.
Asimismo, hay una relación con el aprendizaje de nueva información. En este caso, el dormir poco disminuye la actividad del hipocampo, estructura vital para la codificación de la memoria, siendo un obstáculo también para la retención de información.
Atención
De igual manera, se ha encontrado que el dormir poco crea una somnolencia diurna que afecta directamente a la atención de la persona. En este caso, disminuye la capacidad de vigilancia, por lo que suele perder u omitir elementos relevantes para desarrollar una actividad.
Asimismo, le cuesta mantenerse concentrado en una misma actividad por mucho tiempo. Si a esto se le suma el aumento de su tiempo de reacción, puede crear problema como un accidente de tráfico o la pérdida de un examen por falta de tiempo.
Tiempos de reacción
En el caso de dormir poco, los tiempos de reacción suele aumentar notablemente. Asimismo, la persona es más propensa a cometer errores en el momento de realizar actividades. Por lo tanto, necesitan más tiempo para realizarla y, aun así, puede que tengan problemas para resolverla adecuadamente.
Esto afecta en múltiples aspectos de la vida, como la parte académica, ya que puede hacer que no entienda o no realice adecuadamente lo que se le pide. También, se pueden observar problemas en actividades automáticas como manejar un coche, ya que puede reaccionar de manera tardía en una situación cotidiana.
¿La esfera emocional se afecta al dormir poco?
Este es otro aspecto significativo que se observa cuando dormimos poco. Se ha encontrado que el déficit de sueño provoca cambios temporales del estado de ánimo, creando sensaciones de depresión y ansiedad en la persona.
De igual manera, el dormir poco afecta nuestra inteligencia emocional y el pensamiento constructivo. Esto tiene consecuencia en varios factores, en primer lugar está el funcionamiento intrapersonal. El dormir poco, disminuye la asertividad, el sentido de independencia y la actualización personal.
El segundo lugar, afecta al funcionamiento interpersonal, en el cual se reduce la empatía hacia otros y la calidad de relaciones. Se ha visto una disminución específica para reconocer los gestos emocionales relacionados con la alegría y el enojo. Como consecuencia, se afecta notablemente la relación con los demás.
Por último, hay problemas para el adecuado manejo del estrés. Por lo tanto, la persona muestra dificultades para controlar algunos de los impulsos en estas situaciones. También, hay un retardo en la activación del sistema de gratificación, lo cual puede aumentar el estrés en el desarrollo de algunas situaciones.
Relación del dormir poco y las actividades fisiológicas
El sueño guarda una relación muy estrecha con las actividades fisiológicas, siendo vital para regular nuestra actividad cognitiva, emocional y física. Entre los principales sistemas encontramos:
- Inmunológico: la disminución en el sueño debilita el sistema inmunológico, forzando los órganos en su actividad y aumentando el riesgo de contraer alguna enfermedad.
- Cardiovascular: se ha encontrado que las personas que tienen problemas en el sueño, tienen más riesgo de sufrir problemas como hipertensión, cardiopatías o insuficiencias cardiacas.
- Endocrino: dormir poco aumenta los niveles de cortisol y disminuye la hormona tiroidea. Por ende, hay más riesgo de sufrir de obesidad, diabetes y fatiga crónica.
Síndrome de sueño insuficiente
Este es un trastorno en el que persona de manera persistente no obtiene la cantidad y calidad de sueño nocturno necesario para tener un buen estado de alerta en el día. Su origen no es orgánico, sino que reside en factores externos. Principalmente, se da por una restricción voluntaria del sueño motivada por otros intereses que entrar en competencia, como divertirnos o trabajar.
Suele darse principalmente en adolescentes y jóvenes en edad escolar. En ellos se observa una frecuente somnolencia diurna, sensación de sueño no reparador. También, vemos la necesidad de una ayuda externa por la mañana para no levantarse demasiado tarde: la madre o el padre despertadores.
Entre los factores que se relacionan con este síndrome de dormir poco están:
- Cambios de la adolescencia.
- Dispositivos electrónicos.
- Horarios y carga académica.
- Uso de sustancias estimulantes.
- Factores emocionales o de estrés.
Conclusión
Para terminar, hay que recalcar nuestra necesidad de dormir una cantidad de horas. Como hemos visto, no hacerlo tiene consecuencias emocionales, cognitivas y físicas negativas. Por lo tanto, el sueño es fundamental para nuestro rendimiento en diferentes planos, como pueden ser el físico y el mental.
Por ende, es importante pensar los riesgos que entraña dormir poco. Así, muchas veces es preferible dar prioridad al sueño antes que a otras actividades. A la larga, nuestro cuerpo y los resultados de nuestro esfuerzo lo agradecerán.
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