Cuando volver a casa tras vivir en otro país es un reto
Si alguna vez te has ido a vivir a otro país de una cultura muy distinta, te habrás dado cuenta de hay adaptaciones que son todo un reto. Choques culturales, una lengua diferente, personas distintas… Sin embargo, esto tan solo es el principio de un periodo de adaptación. Sin embargo, de lo que no se habla tanto es de la readaptación cuando volvemos a casa, que puede ser igualmente dura si el periodo que hemos pasado fuera ha sido largo.
Cuando estás lejos de tu hogar es normal que sientas nostalgia. No obstante, seguro que jamás habrás pensado que si algún día regresas tendrás que re-adaptarte a tu propio país. Será una sensación extraña, ¿sentirte extraño en tu propio hogar? Un coche cultural inverso, tener que volver a aprender a vivir en tu país. Esta sensación es más común de lo que piensas.
Fue duro tener que adaptarme a un nuevo país, pero lo más difícil fue volver a casa y darme cuenta de que ya no encajaba ahí.
El tiempo y esfuerzo en adaptarse
En el momento en el que llegas a un nuevo país tienes que adaptarte a todo lo que hay en él. Esto no implica solo costumbres, sino también paisajes, lugares y personas. Para ello, la paciencia y el esfuerzo serán fundamentales. Tienes que afrontar de nuevo la tarea de vincularte al lugar en el que vas a estar durante un determinado tiempo, que al igual que lo has hecho tú, habrá cambiado.
No obstante, esto es algo que ya sabes. Sin embargo, lo que pasas por alto es que todo esto que ahora estás haciendo deberás llevarlo a cabo una vez regreses a tu país. Es raro, pero no hay peor sensación que la de sentirse extraño en un lugar que creías ya conocido, aquel en el que creciste y que ahora te resulta en parte ajeno.
No te estreses demasiado si te sientes confuso o si las dudas sobre tu propia identidad se hacen eco en tu cabeza. Es algo totalmente natural que tiene que ver con este choque cultural inverso que estás experimentando. Te sentirás torpe, un poco extraño rodeado de todas esas personas que son familia, pero que la distancia y el escaso contacto han provocado que te acostumbres a su ausencia.
El choque cultural inverso no debemos tomarlo como algo antinatural, pues quien más o quien menos lo ha sufrido cuando ha viajado y ha hecho su vida en otro lugar.
Empiezas a pensar en tus amistades, en lo mucho que te has perdido de ellas. ¿Y dónde está ese lugar al que te encantaba ir a comer? ¡Vaya! Lo han trasladado, le han cambiado el nombre o lo han cerrado. Muchas cosas cambian pasados los años y si sufres el choque cultural inverso, observar cómo todo está “fuera de sitio” supondrá una doble dosis de tensión.
Aprendiendo a volver a vivir en nuestro país
La frustración se hará notar debido a las nuevas costumbres adquiridas en el que un día consideraste un país extraño, pero que ahora ves mucho más cercano que el que fue el lugar de tus primeros años. Te darás cuenta de que los supermercados tienen productos distintos, de que las horas de las comidas son diferentes y puede que el malestar se apodere de ti.
Pero este revés no durará mucho. Piensa en cuánto tardaste aprender a vivir en el país al que te fuiste. ¿Qué fue lo primero que hiciste? Seguro que acierto… romper el aislamiento. Salir, conocer gente y lugares será esencial para librarte de esa barrera que te está limitando.
Abraza esta nueva manera de reconciliarte con tu lugar de origen y aprovecha para conocer lugares que seguro que nunca habías descubierto. No rechaces la nueva identidad que adquiriste en el país al que te fuiste a vivir y no intentes ahora suprimirla. Esto sería nefasto para tu autoestima, pues has ampliado tus miras y esto es positivo.
Volver a casa puede ser una experiencia gratificante si te sacudes todos esos sentimientos negativos que se están apoderando de ti. Ahora ves el mundo desde dos perspectivas diferentes y ya eres todo un experto en superar choques culturales. No intentes evitarlos, pues son naturales. Al igual que, seguramente, tendrás que recuperar la fluidez con la lengua y dejar poco a poco de pensar en la que te habías acostumbrado.
Volver a casa y sentir que no encajas no tiene que ser algo negativo, sino una nueva experiencia que te aportará muchas cosas positivas.
La mayoría de las personas que, como tú, pasan un gran periodo de tiempo fuera de su país de origen tienen que reaprender a volver a vivir en él cuando regresan. Algo totalmente natural que no debe causarte una tristeza más allá de la nostalgia que puedas sentir por haber dejado el lugar anterior.
Seguro que hay muchas amistades con las que puedes volver a contactar y, si no es así, siempre podrás hacer nuevos amigos. Actúa como cuando llegas a un nuevo lugar y disfruta de esta nueva experiencia que estás viviendo. Sin ninguna duda, te enriquecerás.
Imágenes cortesía de Brandon Kidwell