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Virginia Frutos, psicóloga: "Darse cuenta de que tus padres se hacen mayores cambia la forma en que ves todo"

3 minutos
Ver a los padres envejecer es uno de los procesos más difíciles para los hijos. Cambian los roles y las rutinas, surgen las dudas y una nueva forma de ver la vida. Una experta nos lo explica.
Virginia Frutos, psicóloga: "Darse cuenta de que tus padres se hacen mayores cambia la forma en que ves todo"
Escrito por Luz Marina Carpio
Última actualización: 05 octubre, 2025

Darnos cuenta de que nuestros padres envejecen nos confronta con la fragilidad de la vida. Es un golpe en cámara lenta para ver que ya no somos quienes recibíamos los cuidados, sino que nos convertimos en cuidadores de quienes nos trajeron al mundo. Es algo natural, sí, pero eso no le quita el impacto al lío de emociones y cambios que llegan a la familia.

La psicóloga Virginia Frutos habla de la rabia y la tristeza, así como de la incertidumbre de saber si hacemos lo correcto. También es inevitable sentir miedo a lo desconocido, porque nos toca enfrentarnos a algo para lo que no tenemos experiencia. ¿Cómo hacer este viaje más fácil para tus padres y para ti? Descubrámoslo en esta lectura.

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No dudes de lo que haces, maneja las emociones

Uno de los procesos más difíciles que atraviesan los hijos es caer en cuenta de cómo los años pasan factura en sus padres y cómo, poco a poco, pierden su autonomía. Si bien no es algo que sucede de la noche a la mañana, nunca se está del todo preparado para esta transformación, porque cada caso es único, no se sabe cómo se asentará la vejez y si la salud o la vida se verán comprometidas.

Frutos explica que los hijos experimentan un vaivén de emociones entre el enojo y la tristeza. Lo primero, viendo que la vida transcurre y que asumimos un nuevo papel; lo segundo, porque somos testigos en primera fila de cómo ellos pierden su independencia y dejan de ser quienes nos cuidaban.

Según la psicóloga, no es un asunto fácil de gestionar, incluso es posible que no sepamos cómo hacerlo. Aunque sea una experiencia abrumadora, lo mejor es no dejarse llevar por la ansiedad, la tristeza, los nervios o la frustración. Es fundamental aprender a manejar las emociones intensas para afrontar la incertidumbre del futuro. Como destaca la experta, no dudes de si haces lo suficiente; seguro que lo estás haciendo bien.

Estás aprendiendo, no te culpes

No entiendas este cambio solo como un duelo, haz que tus padres se sientan valorados, y siempre que puedas, tenlos en cuenta para las decisiones, pídeles ayuda y hazles ver que su opinión importa. Incluso, anímate a hablarles del futuro.

Estos temas no son sencillos y quizás sientas la presión de actuar de la mejor forma. Considera que es posible cometer errores en el camino, pero no te culpes. Como dice Frutos, “a nosotros tampoco nos enseñaron a ser hijos en esta etapa de la vida. También estamos aprendiendo, con amor, con dudas, con errores”.

Si lo necesitas, pide ayuda a un profesional

Aceptar el proceso es clave para que no sea solo un desafío. Piensa en las historias gratas que les falta compartir; no dejes que el día a día te supere. Y si necesitas ayuda, pídela. Puedes aprender de las experiencias de otros, así que un círculo de apoyo siempre viene bien para desahogar tus sentimientos. Es parte del autocuidado que necesitas.

También es bueno contar con la ayuda de un psicólogo para gestionar las emociones y tener herramientas para manejar la realidad que trae consigo el envejecimiento de los padres.

Recuerda, al darnos cuenta de que nuestros padres envejecen, no hay un único camino correcto. Lo que sí está en tu mano es hacerlo más humano. Den juntos un paso a la vez. Como concluye Virginia Frutos, que tus padres se hagan mayores cambia la forma en que ves todo, pero “lo estás haciendo bien, o lo hiciste bien, con lo que sabías, con lo que podías dar”.

Crédito de la imagen principal: publicada en la página web de Virginia Frutos

Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.