Descubre la filosofía como fuerza para existir
Nietzsche escribió en “Así habló Zaratustra” que “desde que hay hombres, el hombre ha gozado demasiado poco. Este, hermanos, es nuestro único pecado original. Y cuando aprendemos a gozar mejor, nos olvidamos de hacer daño a los otros y de inventar sufrimientos”. Este podría considerarse un buen motor para establecer la filosofía como fuerza para existir, según Michel Onfray.
En este caso, nos gustaría centrar la entrada en las teorías de un polémico y singular filósofo francés ya citado, Michel Onfray. En la obra de esta figura encontramos diferentes herramientas para definir motivos de gozo.
Lo cierto es que la filosofía puede se utilizada para todo. En muchas ocasiones hemos oído hablar de “filosofía de vida”, ¿no es cierto? Así pues, ya sea para mantener una relación de pareja, un estilo de vida o una actitud ante el trabajo, puede echarnos una mano en cualquier caso.
¿Quién es Michel Onfray?
Antes de descubrir el pensamiento de Michel Onfray, daremos un paso previo en su dirección y nos acercaremos a su biografía. Onfray fue un niño abandonado a los 10 años, que posteriormente logró terminar un doctorado en filosofía mientras trabajaba como empleando en un fábrica de quesos o en las vías ferroviarias francesas.
Desde que acabó su doctorado ha escrito un buen número de libros, como “El arte de despreciar a la muerte” o “Freud, el crepúsculo de un ídolo”. También ha sido profesor de instituto y creador de la Universidad Popular de Caen, donde imparte seminarios gratis sobre filosofía y hedonismo.
La filosofía como fuerza para existir
Nos centramos ya en el uso de la filosofía como fuerza para existir según el autor Michel Onfray. ¿A qué se refiere este reputado pensador en este sentido? Aquí volvemos a entroncar con el pensamiento de Nietzsche, cuyo pensamiento es categórico en este sentido; una prueba de ello es la frase con la que comenzamos este artículo.
Como hemos dicho, Onfray imparte talleres gratuitos sobre hedonismo, ya que el filósofo coincide totalmente con la identificación de diferentes necesidades humanas: de disfrutar, divertirse y vivir una existencia más alegre, sin tanta responsabilidad y dolor.
Para él, la reivindicación de autores como Epicuro o Spinoza, junto con Nietzsche es fundamental. Hemos de dar más valor a la práctica de la amistad, la generosidad, el amor o todo aquello que nos haga felices.
Además, Onfray recomienda no crear problemas donde no los hay. Él piensa que una mente entretenida, hedonista y que goza del mundo que le rodea no dispone del tiempo necesario para crear traumas y sufrimientos innecesarios.
En este sentido, una sociedad más hedonista, con un conocimiento profundo del placer y el entretenimiento, obviamente estará menos resentida, sufrirá menos y será mas generosa. Así frente al disfrute, la idea de hacer daño, de agredir, debería perder su sentido.
La amistad
Algo que valora mucho Onfray en su mundo es la amistad. Distingue entre un sentimiento de camaradería, muy útil para una diversión espontánea y transitoria, de otro mucho más profundo y honesto, en el que dos personas establecen relaciones realmente profundas y sinceras.
El goce
También Onfray reconoce que el goce no requiere de unas grandes exigencias. Si deseamos cambiar el mundo, seremos sufridores. Sin embargo, si conocemos qué podemos cambiar de nosotros mismos, tendremos la potestad de ser más felices y disfrutar más.
La individualidad
Otro punto fuerte de la filosofía del pensador francés es ser conscientes de nuestra propia individualidad. Cada persona es un mundo y como tal ha de pensar. Es necesario abandonar en ciertos momentos al colectivo para saber qué es lo que queremos nosotros, pues somos únicos como individuos.
“Somos individuos, solo hay individualidades, es una torpeza pensar en lo colectivo. Los progresos solo se deben a grandes individualidades”
-Michel Onfray-
La política
También Michel Onfray tiene hueco para hablar sobre política. En este caso no la recomienda en absoluto si realmente se quiere ser feliz. Él se considera libertario y entiende que la necesidad de control no es más que el producto de un miedo, de un espejismo, que hay que despejar para que no se convierta en un condicionante vital.
Un control que no solo pretendemos las personas sobre nosotros mismos, sino también sobre los demás. Especialmente los políticos, que dependen completamente del voto de sus compañeros y en último caso de la ciudadanía para ocupar su puesto. Así, Onfray aboga por una lucha contra el control, la explotación y la alienación que acompaña al poder político.
“En el terreno del análisis político, uno se da cuenta de que muy pocas veces puede ser feliz, hay que trabajar la explotación, la alienación, la miseria…”
-Michel Onfray-
Es evidente que podemos usar la filosofía como fuerza para existir y ser más felices y gozosos en las vida. Así al menos cree Onfray, de cuyo pensamiento se sacan lecciones valiosas para aprender a no crear sufrimientos innecesarios y ser nosotros mismos, con nuestra individualidad y nuestra propia capacidad para gozar.