Un diario de gratitud para ser más feliz
En el último reencuentro con las amigas de siempre, estas Navidades, quise regalarles algo. Les dediqué unas letras tras una foto nuestra, dentro de un bonito diario. La idea es que cada una recoja en su diario lo que quiera. Aunque les sugerí llevar a cabo un diario emocional, o un diario de gratitud.
A nivel racional enseguida surgen las preguntas ¿Por qué un diario? ¿Para qué registrar lo vivido como si fuéramos adolescentes? ¿Por qué emocional o de gratitud? ¿Para qué expresar nuestro agradecimiento? ¿Si escribimos nos vamos a sentir mejor? ¿Nos servirá para expresar nuestras emociones? En realidad, reflexionar y escribir sobre nuestro sentir día a día puede servirnos para reconocer, valorar y agradecer todo lo que tenemos y a quien tenemos.
Un diario emocional para sentirnos mejor
Escribir un diario emocional es una opción sencilla y eficaz para conseguir un mejor bienestar psicoemocional. Conocerse a uno mismo, descubrirse y reconocerse es un primer paso para ser feliz. Ser consciente de cómo manejamos nuestras emociones y conflictos diarios es una vía del autoconocimiento y supone un viaje vertiginoso y aventurero que bien merece la alegría de vivir.
Si registramos en un diario nuestras vivencias y situaciones, pensamientos previos, emociones sentidas y reacciones, podemos hacer consciente nuestra forma de actuar. Así, al cabo de unos días o semanas podremos valorar con más facilidad esa forma propia de actuar, pensar y sentir que caracteriza nuestra personalidad. Si algo no va bien, podemos intentar cambiarlo.
Cómo empezar nuestro diario emocional
Sencillamente, necesitas una libreta o folios y un bolígrafo o incuso el mismo ordenador sirve. No hace falta que lo hagas a diario, pero sí que elijas el momento y el lugar adecuado para estar tranquilo, y te sientes periódicamente cuando haya una probabilidad baja de que te puedan interrumpir. Piensa en lo acontecido durante el día, describe cada situación relevante y cómo te has sentido frente a ella.
Comienza por revisar las situaciones que consideras más importantes, la decisión que has tomado ante una duda, cómo te has comportado en una determinada situación, qué has sentido y qué pensabas cuando sentías esas emociones. No juzgues los hechos, piensa en cómo te han hecho sentir. Al practicar la escritura emocional, serás consciente de las emociones y pensamientos que a menudo no te paras a reconocer.
Después de unas semanas, puedes leer tu diario y preguntarte sobre las emociones que se repiten, las que ni aparecen, y sobre los pensamientos que tienes o lo que haces en cada una de las situaciones. Entonces podrás cambiar algunos aspectos de tus pensamientos para que las situaciones te hagan sentir de otra manera. Incluso podrás aprender a gestionar tus emociones para que no te afecten negativamente.
Diario de gratitud, razones para ser feliz
La gratitud, revisada recientemente en un estudio llevado a cabo por la Universidad de Valencia, y desde la Psicología Positiva en el ámbito de la psicología humanista y existencial, se relaciona con el bienestar, la felicidad, la salud, la resiliciencia y la prosocialidad. Así, numerosos estudios y teorías avalan la idea de practicar la virtud de la gratitud como motor de mejora de nuestro bienestar y felicidad.
“La gratitud no es sólo la mayor de las virtudes, sino la madre de todas las demás”
-Marco Tulio Cicerón-
Del latín gratitúdo, la gratitud es el sentimiento que nos obliga a estimar el beneficio o favor que se nos ha hecho o ha querido hacer, y corresponder a él de alguna manera, según la RAE.
Como decía Santo Tomás de Aquino, la gratitud se compone de reconocimiento, agradecimiento y retribución. Ser conscientes de todo lo que la vida nos ofrece, agradecerlo y devolver esos beneficios en forma de retribución a la persona o la vida nos hace sentirnos mejor.
Para qué un diario de gratitud
Podemos aprender y practicar la gratitud para ser más felices. Un primer paso sería comenzar por anotar las cosas materiales básicas por las que estás agradecido, y cómo te hacen sentir. Continúa por ti mismo, cómo de agradecido te sientes por estar vivo, o por estar rodeado de familia y amigos. Reflexiona sobre tus habilidades, fortalezas y virtudes, y escribe sobre tus situaciones y experiencias del día a día.
Si además te enfocas en las emociones y los sentimientos que te afloran al sentirte agradecido, potenciarás muchas más de estas situaciones y las emociones de alegría, bienestar y felicidad se multilplicarán.