Downshifting para escapar del estrés
¿Somos quizás una de esas personas que se exigen demasiado? La competitividad laboral y la persecución del éxito profesional son parte esenciales del desarrollo material de las personas. El problema comienza cuando en esta carrera por alcanzar el éxito material abandonamos el cuidado de lo que ya tenemos: salud emocional, espiritual y psicológica. Para ayudarnos con esta trampa ha surgido un movimiento conocido como downshifting.
Este movimiento puede aplicarse a cualquier campo de nuestra vida, desde nuestras relaciones personales hasta nuestro entorno de trabajo. De esta forma, podremos reducir el estrés del día a día, logrando varios efectos muy positivos sobre nuestro bienestar físico y mental.
¿En qué consiste el downshifting?
El downshifting consiste, en esencia, cuestionar el modo de vida moderno motivado por deseos y ambiciones materiales. Este movimiento inició su formación a mediados de los 80 en Estados Unidos y tiene como objetivo principal devolvernos un control consciente sobre nuestra vida, tomando decisiones consecuentes con las prioridades que tenemos, incluso cuando es necesario renunciar a algunos lujos o puestos de trabajo mejor remunerados.
Este estilo de ver la vida se inició con importantes ejecutivos que, aunque ganaban cantidades importantes de dinero, veían su calidad de vida amenazada debido a la carga laboral. Esto les llevaba a compartir menos con la familia o a invertir menos tiempo en sus intereses personales. Con el tiempo, esta percepción se propagó a todos los niveles y escalones laborales, con empleados que, aun sin un sueldo desorbitante, también se sentían atrapados en el día a día y en el estrés laboral.
Pautas para practicar el downshifting
Existen diversas pautas para darle forma al downshifting. Al principio no será fácil ajustar nuestro estilo de vida, pero con el tiempo y a largo plazo, la paciencia será recompensada. Algunas novedades positivas serán más tiempo libre, menos preocupaciones y mejores experiencias y emociones. Además, será más complicado que pasemos por momentos de crisis, ya que gozaremos de esa estabilidad emocional que da la sensación de ser coherentes con los deseos e inquietudes personales
Si te interesa el downshifting, algunas de las medidas que puedes tomar serían:
- Intenta no comprar con tarjetas de crédito. Lleva la cuenta de tus gastos y tu presupuesto y trata de pagar siempre en efectivo y desde una sola cuenta bancaria.
- Obtén conocimientos que te signifiquen ahorrar algo de dinero, usando toda la información que hay recopilada, por ejemplo, en Internet. Estos conocimientos pueden ser sobre cómo hacer algunas reparaciones o mejoras en tu casa que otra persona te cobraría por hacerlas.
- Centra tu vida en reducir la cantidad de productos que consumes, reciclar los restos, reparar tus pertenencias antes que comprar algo nuevo.
- Si tienes coche, reduce su uso todo lo que puedas. Como alternativa, utiliza el transporte público o muévete en bicicleta. Si conoces a otras personas interesadas en practicar el downshifting, no dudes en compartir el transporte con ellas.
- Haz el mayor esfuerzo por vivir cerca del trabajo. Esto te ahorrará mucho tiempo y hacer más comidas en casa.
- En el momento de hacer la compra, no dudes en comparar precios y solo compra aquello esencial y necesario. Es decir, en lo posible, renuncia a todos los gastos superficiales.
El downshifting para escapar del estrés laboral
De una manera más concreta, podemos practicar el downshifting para escapar del estrés laboral, lo que, a su vez, reducirá los niveles de estrés que sufrimos a todos los niveles de nuestro día a día.
Como hemos comentado, un buen método para ello es tratar de vivir lo más cerca posible de tu trabajo. Esto tendrá como principal consecuencia un aumento del tiempo libre que tendremos para practicar nuestras aficiones, al no tener que dedicar tanto tiempo de nuestro día, por ejemplo, hasta llegar a nuestro lugar de trabajo. Además, esto será especialmente determinante si vives en una ciudad grande, donde las distancias al trabajo pueden dispararse.
Por otro lado, no tener que dedicar tanto tiempo al transporte hasta nuestro puesto de trabajo también supondrá enfrentarnos durante menos tiempo al estrés del tráfico o a las aglomeraciones de gente en el metro o en los autobuses. Reducir el estrés generado en el trabajo hará que podamos disfrutar más de él, lo que nos permitirá terminar la jornada laboral menos cansados y con más energía para hacer planes que nos gusten.