El efecto Bannister: rompiendo el muro psicológico
Desde que nacemos comenzamos a identificar leyes que gobiernan el mundo. Entendemos, por ejemplo, que las aves pueden volar, pero los perros no, que el agua puede convertirse en hielo o que ciertos productos, si los ingerimos, pueden dañar nuestra salud. Sin embargo, aunque todo este conocimiento es crucial para desenvolvernos en el entorno, algunas de estas creencias que adquirimos pueden llegar a limitarnos; y solo al deshacernos de ellas, logramos avanzar. Esto es lo que ejemplifica el efecto Bannister.
Si echamos un vistazo a la historia de la humanidad, comprenderemos que son los inventores y los visionarios quienes nos han conducido a donde estamos. Esas personas capaces de ver más allá de lo establecido, lo suficientemente audaces para imaginar una realidad diferente y hacer posible lo que, hasta entonces, parecía imposible.
Avances tecnológicos, curas de enfermedades, nuevos modos (más cómodos y saludables) de vivir… Las contribuciones de estos talentos son diversas e innumerables; pero, como decíamos, todos ellos tienen algo en común: lograron romper el muro psicológico de su área.
¿Qué es el efecto Bannister?
El nombre de este fenómeno deriva de la historia del británico Roger Bannister: el primer hombre que logró correr una milla en menos de cuatro minutos. Hasta 1954, año en que Bannister obtuvo el logro, este parecía inalcanzable. Numerosos corredores de la época lo intentaron, fracasando una vez tras otra; y el convencimiento era tal que no solo los deportistas y la prensa, sino que también los científicos pensaban que era fisiológicamente imposible que un atleta traspasara esa línea.
Lo más sorprendente no fue que este corredor británico lo lograse, sino que, tras él, muchos otros lo hicieron. De algún modo, se había derribado ese muro psicológico y con esto se abrió la veda a nuevas marcas y récords. Lo que durante años se había perfilado como inimaginable se volvía ahora real y accesible. Y esto ha de llevarnos a preguntarnos cuántas de nuestras limitaciones son mentales.
Hoy en día para todos nosotros es natural que exista un electrodoméstico capaz de lavar nuestra ropa en automático, o que sea posible trabajar en remoto para una empresa, cuya sede se encuentra en el otro extremo del mundo. Vemos los aviones volar por encima de nosotros y tomamos medicamentos que erradican enfermedades que tiempo atrás resultaban mortales. Y es que todo lo que ahora es cotidiano fue solo una visión «poco realista» en su momento.
Así, puede definirse el efecto Bannister como el fenómeno cognitivo que tiene lugar cuando una persona demuestra que lo que se creía imposible, es posible; abriendo así el camino para que otros también lo crean y lo consigan.
El efecto Bannister en nuestras vidas
En definitiva, este hecho que marcó la historia puede servirnos para avanzar a título personal si extraemos algunas de sus enseñanzas y las aplicamos en nuestra vida. Y es que es posible que hasta ahora te hayas regido por lo que creías como cierto, lo que has escuchado y visto en tu entorno, y te hayas autolimitado para conseguir lo que realmente deseas. Entonces, ¿cómo puedes proceder?
Un llamado a la innovación
El efecto Bannister nos invita a cuestionar lo establecido. Nos insta a ver más allá de lo convencional, a desarrollar el pensamiento lateral y divergente y abrirnos a nuevas realidades y modos de proceder.
Cuando enfrentes un problema, un proyecto o una tarea, no busques respuestas en lo que ya conoces y, en cambio, ábrete a posibilidades nuevas y diferentes.
Esto no es sencillo de lograr, ya que para el cerebro humano es natural, cómodo y efectivo recurrir a información previa para enfrentar situaciones nuevas. De hecho, en esto consisten los heurísticos de pensamiento, en ciertos atajos mentales que empleamos para resolver problemas o tomar decisiones de forma automática, siguiendo las vías de pensamiento más fáciles y conocidas.
No obstante, si queremos un cambio, un avance o una mejora, hemos de vencer esas resistencias y límites mentales y pensar «fuera de la caja».
Inspírate en quienes ya lo han logrado
No todos nos convertiremos en grandes inventores y visionarios que transformarán y cambiarán el mundo, y eso está bien. Sin embargo, si tenemos un proyecto o una visión para nosotros mismos que nos resulta en cierto modo descabellada o inaccesible, lo mejor que podemos hacer en inspirarnos en quienes ya lo han logrado.
Si has crecido en una familia muy tradicional, en un ambiente estricto y convencional en el que todos los pasos de vida parecen estar marcados de antemano, probablemente no contarás con referentes para ese futuro diferente con el que sueñas para ti. Por esto, tu misión consiste en buscar esas figuras que ya siguieron el camino que deseas escoger y guiarte por sus pasos.
Puede que en tu entorno más cercano tus ideales parezcan poco realistas o, de plano, imposibles. Pero tal vez, en otros ámbitos, sean ya una realidad.
Persevera y utiliza los recursos a tu alcance
Por último, recuerda que, si bien la motivación y la confianza son importantes, existen otros elementos indispensables. Por supuesto, necesitas creer que aquello que persigues es posible, y es posible para ti, pero también es importante que tomes acción alineada. Es decir, que te prepares, que busques y utilices todos los recursos a tu alcance para lograr tu propósito y, sobre todo, que perseveres.
El efecto Bannister no se produjo únicamente por fe, sino también por disciplina. Para correr esa milla en tiempo récord, el británico necesitó preparación, apoyo y práctica; no descuides este aspecto.
En definitiva, te invitamos a cuestionar y derribar tus propios límites mentales. Ante un proyecto laboral o una meta personal, la innovación y la convicción pueden marcar la diferencia. Por eso, recuerda que todo lo que hoy existe pareció imposible en algún momento, y que fue la visión de alguien lo que lo hizo real. Atrévete a ser ese visionario para tu propia vida.
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