El arte de andar en equilibrio en tiempos de inestabilidad

Para mantener el equilibrio hay que poner las emociones a nuestro favor y sobre todo, no mirar abajo. Recordemos que la esperanza siempre queda al frente, siempre delante de nosotros.
El arte de andar en equilibrio en tiempos de inestabilidad
Valeria Sabater

Escrito y verificado por la psicóloga Valeria Sabater.

Última actualización: 26 enero, 2024

En tiempos de inestabilidad, paciencia. En medio del caos, calma. En momentos difíciles es más necesario que nunca aprender al arte de andar en equilibrio.

Ese ejercicio requiere de un adecuado entrenamiento mental para permitir que el miedo nos deje dar pasos en línea recta, sin retroceder. No será fácil, es cierto, pero en la vida todo es práctica y aunque nos parezca imposible, podemos aprender a ser buenos funambulistas.

Los caminantes de las alturas son algo más que meros acróbatas o arriesgados equilibristas de alambres tensados. Son, por encima de todo, personas que han aprendido a templar los nervios y a desarrollar una elevada concentración mental. Los hay que se sirven de largas varas para mantener el equilibrio. Otros en cambio, confían en propio cuerpo, en su arte y en el entrenamiento para bailar por ese finísimo soporte suspendido en el aire.

Cuenta Marco Aurelio en sus Meditaciones que nada le sorprendía más que estas personas. Era común que en Grecia y Roma se celebran espectáculos en los que los funámbulos danzaban en altísimos alambres. El célebre emperador, famoso por su sabiduría, fue el primero en colocar bajo esas cuerdas redes y colchones. Una vez asegurada la protección de los artistas quiso saber cómo lo hacían, cómo se entrenaban.

Es solo confianza y calma mental. Le dijeron. Hay que pensar que no hay nada que te ate al suelo, es imaginar que de pronto, uno es un ser del aire y que el alma se vuelve ingrávida…

Hombre intentando andar en equilibrio

Cómo andar en equilibrio en tiempos de dificultad

Lo sabemos, ninguno de nosotros somos funambulistas ni acróbatas del aire. Es más, muchos hasta tememos las alturas. Sea como sea, hay algo evidente: a lo largo de nuestra existencia siempre estamos intentando mantener el equilibrio.

Lo hacemos cuando lidiamos con algún imprevisto, cuando perdemos algo que dábamos por sentado, cuando las preocupaciones son muchas o hay que hacer peripecias para conciliar la vida familiar con la laboral.

Hay momentos en que la vida tiembla y creemos estar suspendidos de un alambre. Tenemos la sensación de que a la mínima, caeremos al vacío y perderemos la calma, la estabilidad.

Andar en equilibrio no es fácil, porque todo lo que queda bajo nuestros pies siempre se mueve. Siempre hay algo que nos roba la preciada estabilidad. ¿Qué podemos hacer en situaciones así? ¿Cómo responder cuando llegan tiempos de dificultad?

Cuando el mundo se mueve: la importancia del equilibrio mental

En psicología existe un enfoque denominado balanced states of mind (BSOM). Es el modelo de estados mentales equilibrados desarrollado a partir de un estudio llevado a cabo por varias universidades y liderado por el doctor Shyh Wong.

Según este trabajo, en momentos de complejidad o de adversidad es más necesario que nunca atender esa calma mental con la que poder reaccionar mejor.

Andar en equilibrio implica entre otras cosas, saber manejar las dificultades, desarrollar estrategias de afrontamiento, solucionar problemas y mediar con nuestras emociones. Por ello, el modelo BSOM nos recomienda trabajar las siguientes dimensiones:

  • Controlar el estrés cotidiano. Si dejamos que nuestras tensiones y preocupaciones se cronifiquen caeremos en un estado de ansiedad. No hay que dejar para mañana lo que nos preocupa hoy.
  • Debemos controlar también los pensamientos automáticos. Esos que nos llenan de miedos, que nos invalidan e intensifican el malestar.
  • Es necesario a su vez, controlar esas emociones más adversas como son la angustia, la frustración, la ira o la apatía. Ellas nos hacen temblar, caminar con miedo y mirar al futuro con negatividad.
Hombre intentando andar en equilibrio

El secreto de andar en equilibrio reside en mirar hacia delante

El secreto de andar en equilibrio está, como hemos visto, en entrenar nuestra mente. En aliviar los miedos, las ansiedades, en dominar el diálogo interno y ese estrés que nubla la mirada y la claridad de pensamiento. A medida que vayamos mejorando estas competencias psicológicas, hay un aspecto que debemos considerar.

En tiempos de inestabilidad hay que mirar al frente. Como buenos trapecistas del aire, de nada nos va a servir mirar atrás y aún menos, poner la mirada en el vacío, en el abismo que se abre bajo nuestros pies. Andar en equilibrio implica situar la mirada al frente, en ese horizonte en el cual, amanece el mañana y todas las oportunidades que debemos aprovechar.

No importa lo delgado que sea el alambre por el que avancemos. No importa tampoco lo que nos rodee, ni esos vientos que nos embisten cada poco tiempo intentando derribarnos. Lo relevante es nuestra convicción en que eso que tenemos en frente, tiene la forma de la esperanza y el sabor de la estabilidad.

Encuentra lo que te ofrece equilibrio

Tal y como habíamos señalado al inicio, no todos los funambulistas son iguales. Hay quienes se ayudan de una vara para mantener el equilibrio, otros confían en su propio cuerpo, algunos bailan sobre la cuerda y hay quien sortea largas distancias soñando con batir un récord.

Nosotros no somos trapecistas del aire, somos personas intentando sobrevivir a veces, en una cuerda floja. Esa que nos trae la adversidad. En esos momentos, cada uno debe encontrar aquello que le ofrece equilibrio. Puede ser la familia, puede ser una afición, esa que nos da calma mental, motivación y un estado de ánimo positivo y motivador. Tener un recurso a mano nos vuelve más ligeros y evita también que miremos a bajo.

Tengámoslo presente, en tiempos de inestabilidad es más importante que nunca trabajar nuestro equilibrio interior para avanzar con mayor calma y solvencia. Todos podemos lograrlo.


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