El carácter nos pone a salvo de las fieras
Nuestro carácter nos permite ponernos a salvo. Evita que otras personas nos manipulen, que nos traten como si fuéramos tontos, que se aprovechen de nuestra persona. Sin embargo, el carácter a veces hay que forjarlo, pues debido a determinadas experiencias puede que haya perdido fuerza.
Gozar de una buena autoestima, ganar en asertividad y habilidades sociales, nos permitirá sacar ese carácter que nos ayudará. Porque tener carácter no significa no ser amable o que los demás no se vayan a acercar a ti porque pareces “borde”. Nada de eso…
“Decidor de frases ingeniosas: mal carácter”
-Blaise Pascal-
La historia de un monje oriental
Una vez un monje oriental vio cómo un alacrán se estaba ahogando. Así que decidió sacarlo del agua, pero cuando lo hizo, el alacrán le picó. Ante el dolor que sintió, el monje lo soltó dejando caer al alacrán y, nuevamente, el animal comenzó a hundirse… Entonces, intentó sacarlo y otra vez le volvió a picar.
La escena se repitió varias veces: sacarlo del agua, ser picado, soltarlo y volver de nuevo a intentar sacarlo del agua. Alguien que se había detenido a observar lo que estaba haciendo el monje le dijo:
-¡Por qué es tan testarudo! ¿No entiende que cada vez que saque el alacrán del agua este le va a picar?
Entonces el monje oriental le respondió:
–La naturaleza del alacrán es picar… Esto no va a cambiar mi naturaleza, que es ayudar.
“No olvidemos que las pequeñas acciones de cada día hacen o deshacen el carácter”
-Oscar Wilde-
Para tener un carácter consolidado hay que vencer los miedos, porque el miedo no permite que asumamos riesgos y la auténtica manera de vivir es arriesgándose en cada momento y cada vez que tomamos nuestras propias decisiones.
Como bien nos enseña la historia del monje oriental, nuestros valores tienen que ir por delante de cualquier temor. Incluso por delante de lo que otros nos recomiendan. Para ello, hay que alejarse de la búsqueda de aprobación externa, para que así no interfiera con lo que en realidad deseamos hacer.
¿Alguna vez te has descubierto comportándote como este monje oriental?
Las personas con carácter firme
Una persona posee un carácter firme cuando en su vida se mantiene fiel a unos principios personales, cuando está seguro con sus convicciones, y sobre todo cuando es capaz de dominarse y controlar sus impulsos.
Una persona con carácter también tiene miedos, la diferencia radica en la forma en que se enfrenta a ellos. No se aleja ni se paraliza, asume las situaciones de riesgo con audacia y firmeza, tratando de resolverlas adecuadamente sin desmoronarse ante la adversidad.
Vivir no es sencillo. El mundo puede ser maravilloso, pero también puede ser cruel
Mantener fuerte nuestro carácter, nos permite aceptar las cosas como son, no como uno quiere que sean. Nos ayuda a alejarnos de personas débiles que jamás se comprometen, y cuyo ego negocia con todo a su alrededor porque todo tiene precio o valor.
Cuando gozamos de un carácter fuerte, las personas tóxicas ya no tienen cabida en nuestra vida. Sabemos alejarnos de ellas y, si no hay otra opción que tenerlas a nuestro lado, sabemos poner límites para que su toxicidad no nos afecte.
Es muy importante que tengamos siempre presente la historia del monje oriental. La enseñanza que nos aporta arroja mucha luz sobre lo fuerte que tenemos que ser para seguir siendo nosotros mismos. Pues lo que nos recomiendan los demás, en ocasiones provoca que nuestro carácter se venga abajo. Hay que ser muy fuerte y tenaz para que esto no suceda.
¿Cuál ha sido tu experiencia? ¿Has debilitado tu carácter dejándote vencer por el miedo o por lo que otros te recomendaban hacer? Te animamos a que reflexiones sobre tus principios y valores, sobre quién eres, y que siempre te seas fiel a ti mismo.
“La meta no es poseer, sino dar. No es tener, sino ser; no es controlar, sino compartir, no es someter, sino estar de acuerdo”
-Rabino Abraham Joshua Heschel-