El doctor Francisco Lopera y un nuevo camino para tratar el alzhéimer

El doctor Francisco Lopera dirige un grupo que investiga el Alzheimer desde hace más de 30 años. Gracias a su ardua labor, lograron identificar una nueva vía para abordar esta temible enfermedad y, probablemente, para atacarla con eficacia.
El doctor Francisco Lopera y un nuevo camino para tratar el alzhéimer
Gema Sánchez Cuevas

Revisado y aprobado por la psicóloga Gema Sánchez Cuevas.

Escrito por Edith Sánchez

Última actualización: 02 febrero, 2020

Actualmente en el mundo hay cinco grandes investigaciones que buscan medicamentos para tratar el Alzheimer. Cuatro de ellas se desarrollan en Estados Unidos y una en Colombia. Esta última está dirigida por el doctor Francisco Lopera, quien estudia este mal desde hace más de 30 años y ha alcanzado avances asombrosos.

La diferencia entre el trabajo del doctor Francisco Lopera y el de otros investigadores es el hecho de que, en parte por azar  y en parte por una ardua búsqueda, encontró una nueva vía para abordar la enfermedad. Un sendero que tiene que ver con particularidades genéticas que halló en una de sus pacientes.

El alzhéimer es un tipo de demencia que genera grandes sufrimientos  a quienes la padecen y a sus familias. La pérdida progresiva de la memoria y de diferentes funciones equivale a una muerte lenta de la identidad, de los proyectos de vida, del ser. Muchas personas en el mundo esperan, si no una cura, al menos sí un tratamiento más eficaz que los actuales.

Pide una mano que estreche la suya, un corazón que le cuide y una mente que piense por él cuando él no pueda hacerlo; alguien que le proteja en su viaje a través de los peligrosos recodos y curvas del laberinto”.

-Diana Friel-

Hombre con alzhéimer mirando por la ventana

La vía de investigación del doctor Francisco Lopera

El doctor Francisco Lopera dirige una investigación  en la que ha contado con la colaboración del Instituto Nacional de Salud de los Estados Unidos, el Instituto Banner, la compañía Genentech, y, más recientemente, con expertos del Hospital General de Massachusetts y del Instituto Schepens de Investigación Ocular. El centro de su trabajo está en la Universidad de Antioquia (Colombia).

Invirtió mucho tiempo tratando de desarrollar un tratamiento para el alzhéimer. Se hicieron avances importantes, pero los medicamentos que están en el mercado son limitados. Por lo mismo, desde hace algunos años las investigaciones han ido centrándose en la prevención  más que en la curación.

De momento, hay métodos de detección precoz  cada vez más atinados. Sin embargo, se trata de procedimientos sofisticados que por ahora no están a disposición de cualquier persona, sino que solo se emplean en los grupos de investigación. Es probable que en el corto plazo todos podamos disponer de los mismos, lo que representaría un gran avance.

Un camino diferente

El doctor Francisco Lopera ha encontrado una nueva vía para la investigación y, probablemente, para el tratamiento de la enfermedad de Alzheimer. Todo comenzó en 1984, cuando él era un residente de neurología. A su consultorio llegó un paciente que tenía solo 47 años y ya estaba en la fase avanzada de la enfermedad.  Al adentrarse en su caso, supo que también el padre, el abuelo y los tíos de este paciente habían pasado por lo mismo.

Esto lo llevó a hacer una genealogía de esta familia y así encontró al primer grupo familiar con una modalidad hereditaria de Alzheimer. Después, ya como investigador, encontró otras dos familias con las mismas características. Tras 11 años de ese primer hallazgo, su grupo de trabajo comprobó que sí se trataba de alzhéimer y que en este caso la enfermedad se debía a la mutación de un gen.

Fueron pasando los años y aparecieron nuevos casos. En todos ellos, encontraron la misma característica. La llamaron “mutación paisa”, porque no había otros referentes en el mundo de esta. Sin embargo, lo verdaderamente excepcional todavía no había ocurrido.

Cerebro con enfermedad de Alzhéimer

Nuevos horizontes

El doctor Lopera explica que en el alzhéimer hay una especie de acumulación de “basura” en el cerebro. La misma está compuesta por una proteína llamada amiloide. Los fragmentos de esta se unen y forman algo así como un “pegote” que se adhiere a las neuronas y causa una cascada de fallas. La otra parte de “basura” es el tau, que envuelve la neurona, la encierra y la mata. El Tau es más nocivo.

Ahora bien, una de las pacientes que trató el doctor Francisco Lopera era parte de una de las familias que tenían la mutación y ella misma la presentaba. Sin embargo, a diferencia de todos sus parientes, ella no desarrolló la enfermedad tempranamente, sino que los primeros síntomas no aparecieron hasta haber cumplido los 70 años. Era un caso completamente excepcional y por eso los estudios se centraron en ella.

Después de hacerle estudios minuciosos en Boston, los expertos comprobaron que el cerebro de la paciente estaba repleto de amiloide, incluso más que en otros casos. Sin embargo, tenía muy poco tau. Las pesquisas les permitieron comprobar que en esa paciente había otra mutación que inhibía la producción de tau y, con ello, retrasaba el avance de la enfermedad.

El hallazgo fue publicado en la revista Nature Medicine y abrió un horizonte nuevo para los investigadores. Se cree que a partir de la información recabada con esa paciente se podría hacer una terapia génica, es decir, algo así como replicar su información genética en otras personas. También se contemplaría la posibilidad de desarrollar un medicamento que imite el mecanismo de la mutación protectora.


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  • Tribín, H. S., López, P. J. M., Rico, J. M. M., del Mar Moreno, L., Suárez, L., del Mar Sánchez, C., ... & Ariza, N. (2019). INNOVACIONES MÉDICAS REALIZADAS POR COLOMBIANOS O EXTRANJEROS EN COLOMBIA. Medicina, 41(1), 68-76.

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