El embarazo psicológico, un fenómeno histérico
El embarazo psicológico es sumamente raro en la actualidad. No obstante, este constituye una prueba viva de la capacidad de la mente para crear y consolidar realidades paralelas. El nombre técnico de este fenómeno es “pseudociesis”, aunque también se le conoce como síndrome de Rapunzel, embarazo imaginario o embarazo utópico.
También se considera embarazo psicológico o síndrome de Couvade a ese estado que presentan algunos hombres cuando sus parejas están realmente embarazadas. Algunos experimentan los síntomas de la gestación: sienten nauseas matinales, antojos, hipersensibilidad, etc.
“La maternidad tiene un efecto humanizador. Todo se reduce a lo esencial”.
-Meryl Streep-
De hecho, hay evidencia de que algunos animales también pasan por embarazos psicológicos. En particular, los perros. En ese caso lo que ocurre es que se incrementa una sustancia llamada prolactina, responsable de la lactancia. Esto lleva al crecimiento de las mamas y a que adopten juguetes u otros objetos como si fueran sus cachorros.
Las causas del embarazo psicológico en humanos
Los casos de embarazo psicológico se conocen desde hace varios siglos. Los datos disponibles indican que quizás en el pasado el fenómeno se presentaba con más frecuencia que actualmente. Hoy por hoy, solo hay un caso de estos por cada 22.000 de embarazos reales.
Las causas del embarazo psicológico en humanos son totalmente psicológicas. En prácticamente todos los casos existe un factor de presión sobre la mujer. Los más comunes son:
- El temor de quedar embarazada después de una relación sexual sin protección.
- El deseo de retener a la pareja, de complacerla o de ajustarse a sus expectativas.
- Soledad, depresión y baja autoestima.
- Presión familiar o social.
- Abuso sexual durante la infancia.
- Estado de ansiedad o altos niveles de estrés.
- Esterilidad o historia de pérdidas o abortos.
- Fobias sociales.
El embarazo imaginario no es un problema aislado. En realidad, no es un problema en sí mismo, sino la manifestación de un cuadro más profundo. Lo más probable es que el panorama sea complejo. Se trata de una condición delirante en la que, sin embargo, podría haber esquizofrenia o no. Lo habitual es que no la haya.
Los síntomas habituales
Las mujeres que tienen un embarazo imaginario presentan los mismos síntomas que aquellas con un embarazo real. Hay casos en los que la ansiedad provoca cambios en el sistema neuroendocrino y por eso las pruebas de embarazo dan resultado positivo sin que haya gestación. La única prueba 100% fiable es una ecografía.
En las mujeres que sufren este fenómeno hay síntomas como ausencia de menstruación, nauseas matinales y sensación de movimiento fetal. Lo más desconcertante es que también aumentan de peso, la barriga crece, los senos aumentan y todo corresponde a un embarazo normal. Hay muchos casos en los que el embarazo psicológico solo se detecta en el momento del parto.
Muchas mujeres con este problema no terminan de entender la experiencia. Al momento del parto creen que en realidad sufrieron un aborto o que su hijo murió y que todos quieren ocultar esos hechos. A veces este cuadro es preludio o forma parte de otro tipo de trastornos psicológicos o mentales.
¿Qué hacer?
Una mujer que tiene un embarazo psicológico necesita comprensión y apoyo, no descalificaciones por el autoengaño en el que se halla sumida. El problema en sí no es el embarazo mismo, sino lo que hay detrás de este. Por lo general se trata de un fenómeno histérico, por el que una mujer pretende afianzar su identidad femenina o rebelarse frente a alguna circunstancia que hay en su vida.
Como en otros fenómenos delirantes, de lo que se trata aquí no es de insistir a la mujer para que entre en razón, mostrándole las evidencias de su equívoco. De una u otra forma, el embarazo psicológico es una forma de defensa inconsciente, no un error de pensamiento como tal. La mujer necesita de ese embarazo para protegerse de otra realidad que le resulta extremadamente dolorosa y, por lo mismo, inabordable.
Estos casos deben ser tratados por un profesional de la salud mental. Lo que se busca es que la persona afectada, paso a paso, logre reconocer el conflicto que desata esta condición. También que consiga elaborarlo y abordarlo, recuperando las herramientas psicológicas que tiene para superarlo. Esto solo se logra mediante un proceso terapéutico adecuado que ofrezca comprensión, apoyo y acompañamiento.
Todas las fuentes citadas fueron revisadas a profundidad por nuestro equipo, para asegurar su calidad, confiabilidad, vigencia y validez. La bibliografía de este artículo fue considerada confiable y de precisión académica o científica.
- Márquez, A. C. (2002). Pseudociesis: Un caso de interés. Vitae: Academia Biomédica Digital, (13), 11-10.