El mito de Asclepio, dios de la medicina
El mito de Asclepio, o Esculapio para los romanos, no nos habla solamente del dios de la medicina, sino también de toda una familia dedicada a las artes de la curación. Aunque casi todos los dioses tenían algún poder curativo, Asclepio fue quien mejor dominó estos conocimientos, al punto de llegar a tener el poder de resucitar a los muertos.
Se cree que el mito de Asclepio está basado en la leyenda de un personaje egipcio llamado Imhotep. Este personaje vivió unos 2 000 años antes de que tomara forma el mito del dios griego. Era un erudito al que se considera el padre de la medicina moderna y el primero que ejerció esta profesión como tal.
Imhotep fue el autor de un amplio recetario farmacológico y, que se sepa, el primer ser humano que describió los casos clínicos desde una perspectiva racional y no mágica.
Llegó a utilizar los opioides como anestésicos y realizó las primeras descripciones anatómicas de que se tenga noticia. Se cree que el mito de Asclepio se inspiró en este personaje de la vida real.
“La medicina es el arte de disputar los hombres a la muerte de hoy, para cedérselos en mejor estado, un poco más tarde”.
-Noel Clarasó-
El origen del mito de Asclepio
Como es habitual entre los griegos, hay varias versiones del mito de Asclepio. La más conocida indica que este personaje era hijo del dios Apolo , soberano del sol y de las artes, y de una mortal llamada Coronis o Corónide.
A Coronis se le describe como una mujer de gran belleza. Tan bella era que robó el corazón del dios Apolo, quien cayó rendido a sus pies cuando la vio.
La historia cuenta que se unieron cerca de un lago y que, para lograrlo, el dios tuvo que convertirse en un cisne. Coronis quedó encinta.
Después de esto, Apolo tuvo que volver a Delfos, pero le ordenó a un cuervo blanco que cuidara a su mujer mientras él no estaba. Sin embargo, aprovechando la ausencia del dios, Coronis se hizo amante de un guerrero llamado Isquis. El cuervo se dio cuenta y voló rápidamente a avisar a su amo.
En el camino encontró a una corneja y esta le advirtió que no era buena idea llevar malas noticias, pero el cuervo la ignoró. Apolo quedó completamente consternado. En medio de su ira, maldijo al ave y la condenó por siempre a llevar plumaje negro. Desde entonces se le consideró un “ave de mal agüero”.
Asclepio, un niño brillante
Cuenta el mito de Asclepio que Apolo fue hasta donde estaba Coronis y, lleno de ira, disparó una de sus flechas contra ella, atravesando el pecho de la mujer. Cuando la vio morir, el dios se arrepintió y trató de revivirla, pero ya era tarde. Después la llevó a la pira funeraria. Así, cuando el cuerpo de Coronis se consumía por el fuego, Apolo decidió sacar al hijo de su vientre.
Tal hijo era Asclepio y Apolo decidió encargar de su crianza y educación a Quirón, el centauro sanador. De este modo, el niño creció bajo la tutoría de un maestro que conocía a fondo las artes curativas. Así, desde temprana edad, se familiarizó con las plantas medicinales y las técnicas de tratamiento.
Tantas habilidades sanadoras llegó a tener Asclepio que, incluso, aprendió a resucitar a los muertos. Esto despertó la ira de Zeus, quien pensó que era un peligro revertir la condición de los mortales. Así que, valiéndose de un cíclope, envió un rayo y mató a Asclepio.
Un dios venerado
Apolo, enfurecido por el asesinato de su hijo, dio muerte al cíclope que había ejecutado el plan de Zeus. Luego, usando sus poderes, consiguió que Asclepio llegase al Olimpo y se convirtiera en un dios. Desde entonces, muchos mortales comenzaron a rendirle culto y a implorar su favor cuando necesitaban ayuda con una enfermedad.
La muerte de Asclepio también hizo que se desarrollaran grandes virtudes en la familia que había dejado en la Tierra. De este modo, su esposa, Epíone, adquirió el poder de calmar el dolor. Su hija, Higea, se convirtió en el símbolo de la prevención en salud.
Panacea, otra de sus hijas, se volvió sinónimo del tratamiento; Telésforo se transformó en el símbolo de la convalecencia y Macaón y Podalirio se hicieron los protectores de médicos y cirujanos.
Más adelante se dijo que Hipócrates era descendiente de Asclepio; la insignia de este dios, una serpiente enredada en una vara, se convirtió en el símbolo universal de la medicina.
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- Morales-Puebla, J. M., Fernandez, M. A. A., & Delgado, A. D. (2011). Asclepio. El Dios griego de la medicina.
- Apuntes de Ciencia
- , (3), 53-57.