El perfil psicológico de un comprador compulsivo
Lo queramos o no, vivimos en una sociedad orientada al consumismo. Esta realidad está dando pie a que cada vez veamos con mayor frecuencia, un perfil comportamental muy concreto: el comprador compulsivo. Son personas que suplen sus carencias, que alivian sus preocupaciones, miedos o ansiedades mediante la adquisición de productos.
La “oniomanía”, o adicción a las compras, esconde en la mayoría de los casos, una falta de autocontrol, depresión y baja autoestima. Son sin duda situaciones muy complejas que pueden llegar a límites desgastantes tanto para el propio paciente como para la familia.
Cuando para ser feliz debes comprar, sin quererlo te conviertes en un comprador compulsivo
¿Cómo es un comprador compulsivo?
Uno de los grandes placeres, para muchas personas, es la acción de comprar. ¿Qué ocurre cuándo no nos podemos permitir gastar grandes cantidades de dinero comprando cosas que no necesitamos? Tan solo mirar, observar, probar… Todo esto, nos satisface, aunque la dicha no es completa.
Cuando comprar es algo que realizas de forma compulsiva porque, en determinado momento, te ha aportado placer, puede que te encuentres siendo un comprador compulsivo sin saberlo. Así, la compra compulsiva también se le conoce con el nombre de oniomanía y se caracteriza por ser una especie de “escape emocional”.
Componentes de la compra compulsiva
¿Realmente, comprar te produce placer o es una necesidad para poder ser feliz? Más bien, esto último es lo que caracteriza al comprador compulsivo que busca en cada compra una evasión, un sustituto, para no tener que enfrentarse al verdadero problema.
Por ello, estudios como el llevado a cabo Jessica V. Bolton. de la Universidad de Coventry, nos señalan que detrás del comprador compulsivo siempre hay un desencadenante emocional.
Si nunca has sido un comprador compulsivo y te cuesta mucho poder empatizar con este tipo de perfil, hoy te damos algunas razones por las cuales un comprador compulsivo compra ya como necesidad y no como una forma de placer:
- Siente un sentimiento de soledad y vacío personal: la persona compra creyendo que así está llenando ese vacío que siente. El problema es que esto es algo que provoca un placer momentáneo, ocasionando una compra mayor y más compulsiva para suplir un vacío que nunca se ve llenado.
- Le gusta la sensación de adquirir un nuevo producto: cuando la persona compra un nuevo producto, las emociones y sensaciones positivas que le abordan le empujan a hacerlo otra vez, algo que se convierte en un bucle del que es difícil salir.
- El miedo a perder una buena oferta: la persona vive en torno a las compras, por lo que si se encuentra en época de rebajas, el miedo a perder una buena oferta hace que sienta unos deseos incontrolables de comprar.
- Ahora bien, hay un último factor no menos importante: esas compras ofrecen un bienestar fugaz. A menudo, tras esa adquisición hay arrepentimiento, culpa, mala conciencia y la sensación de que uno sufre un problema.
Cuando comprar me controla
Como vemos, las acciones del comprador compulsivo no dejan de ser un tipo de evasión ante un problema mucho más serio. Tal vez, la persona se encuentre en un estado de depresión. Puede también, que haya un serio problema en su vida personal, pero el miedo a afrontarlo provoca que necesite “distraerse”.
- El gran problema surge cuando uno busca esa “vía de escape” en vez de afrontar el problema y solucionarlo de raíz.
- El problema no se solventa con la compra y esto lo frustra. El gran problema es que para suplir estas nuevas emociones negativas se recurre nuevamente a la compra. Al final, el comprador compulsivo se encuentra en un bucle constante donde no hay salida posible.
El bucle infinito
¿Existe un patrón de comportamiento por parte de los compradores compulsivos? ¿Cuáles son las fases por las que pasan? Existen nada más y nada menos que 4 fases de la compra compulsiva. Son los siguientes.
- Anticipación: los pensamientos y preocupaciones surgen en torno a un objeto, un producto concreto o sobre la propia acción de comprar.
- Preparación: empiezan las decisiones sobre dónde comprar, el pago, el detalle del producto…
- Compra: una experiencia que no solo resulta placentera, sino también excitante. El comprador compulsivo espera con ansias el momento anhelado de la compra.
- Decepción: en cuanto se realiza la compra y se gasta el dinero, surgen los sentimientos de culpa y decepción. Más tarde, surge la ira, rencor y el firme propósito de no repetir la conducta (algo que no se llega a cumplir).
A pesar de que el comprador compulsivo pueda creerse su propia mentira de no repetir la conducta, la verdad es que llegado el momento siempre recae. Es por esto por lo que se necesita una ayuda extra y, en determinado momento y caso, incluso el uso de fármacos.
Comprar era tan solo la punta del iceberg. La cruda realidad, la gravedad del problema, se encontraba justo debajo, donde no se veía nada a simple vista
La compra compulsiva es algo que afecta a más personas de las esperadas, por lo general mujeres, aunque esto no exime a los hombres de también padecerla. El gran error es creer que el problema está en comprar, cuando la realidad es que esto es solo una manifestación de algo mucho más doloroso y profundo.
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