El poder de la ambición
Es muy habitual encontrarnos con personas que confunden el significado de la palabra ambición, asociándolo con algo malo o con connotación negativa. Nuestra cultura y sociedad nos han educado desde pequeños a no ser ambiciosos, a que no debemos pretender querer más de lo necesario, focalizándonos en el hecho de ser “humildes” constantemente.
El problema reside en que también nos han enseñado a confundir y asociar la humildad con la ausencia de abundancia, escasez o pobreza. ¿Estáis de acuerdo con esta concepción de ambos términos?
Un artículo que pude descubrir en Wikipedia , catalogaba y definía a la ambición únicamente como algo que dañaba al ser humano, un sentimiento negativo, malo y perverso que tiene origen en nuestras mentes cuando buscamos querer más. Además, añadía que viviendo y sintiendo este sentimiento dañábamos a los demás.
El problema dentro de esta pequeña definición y concepto, que la mayoría de las personas hemos integrado alguna vez en nuestras vidas, es que se puede confundir la ambición con la avaricia.
“Cuida tu ambición. Puede volar pero también arrastrarse.”
-Edmund Burke-
Por eso, me gustaría invitarte a reflexionar y entender el verdadero concepto de la ambición, para que deje de limitarte en el ámbito personal de tu vida, como lo ha podido venir haciendo hasta ahora, impidiendo conseguir muchas de tus metas o sueños.
¿Qué es la ambición?
Nos gustaría poder dejar claro, que el concepto y significado de ambición no es el deseo ciego por obtener fines como la riqueza o poder, sin importar los medios para la consecución de estos.
Es muy habitual pensar que una persona ambiciosa pasará por encima de los demás para lograr sus objetivos, pero esto no es real. De hecho, en muchas ocasiones, los deseos, metas y sueños de estas personas estarán orientados al beneficio de otros seres humanos.
“La ambición y el amor son las alas de las grandes acciones.
-Johann W. Goethe-
También es bueno ser conscientes de que la ambición no es el deseo de crecer indiscriminadamente porque sí, o sin sentido. Podríamos decir que es más bien el deseo que como seres humanos tenemos para buscar protección, seguridad y bienestar.
La ambición nos permite, en este aspecto, amplificar estos objetivos de seguridad y lograrlos a mayor escala para nuestras vidas. Es bueno dejar de confundir la ambición con defectos que tenemos los seres humanos.
Una persona ambiciosa requiere y necesita una gran causa que lo guíe a través de una barrera tan inmensa como lo es la adversidad, permitiéndole superar todo tipo de obstáculos, miedos y seguir dispuesto a vivir por su causa para los demás y conseguirla. ¿Os podéis imaginar cómo podría lograrse esto sin ambición?
Un ejemplo de ambición
Para entender lo que sí es la ambición, me gustaría invitaros a conocer el caso de Mason Wartman. Este joven americano, siempre quiso tener su propia pizzería. Fue empresario de una prestigiosa marca en Wall Street durante una temporada y motivado por la ambición, decidió arriesgarse, atreverse y cumplir su sueño personal.
Su día a día cada vez iba a mejor. Se dedicaba a vender porciones de pizza a 1 dólar, y gracias a sus precios tan accesibles para muchas personas, podía alimentar a muchos aquellos que no disponían casi de recursos para subsistir.
Un día, un cliente le propuso una idea brillante, que más tarde convertiría su negocio en su sueño más valioso: los clientes podían pagar por adelantado para que una persona sin hogar pudiese comer al final del día.
Mason decidió inmortalizar en su establecimiento la generosidad y amor de los clientes que acudían a su negocio y donaban cada una de esas porciones, colocando un post it de color. A día de hoy, la pizzería de Mason está completamente cubierta por esos papelitos de colores llenos de amor y calidez humana.
Ambición y motivación
En el ejemplo anterior podemos ver de forma clara como la ambición pudo crear un maravilloso proyecto. Y de esto trata la ambición, de un motor que nos impulse, que nos motive para alcanzar nuestros objetivos. Incluso en el budismo, donde se predica la humildad, postulan en favor de una sana ambición para ser mejores personas cada día. Además, también afirman que la humildad no está relacionada con la falta de riqueza. El problema está en nuestra relación con esa riqueza.
Si la ambición nos hace pisar a los demás para tener éxito, ahí empiezan los problemas. En este caso estaríamos hablando de una ambición insana y maliciosa. Pero si nuestra ambición va en beneficio de los demás, podremos estar felices de estar en la senda correcta. Que la ambición nos lleve a superarnos día a día favoreciéndonos a nosotros y a los demás.