El poder de la tendencia actualizante
Todos tenemos la posibilidad de ser felices y sentirnos plenos con nosotros mismos y nuestro entorno. Pero muchas veces nos encontramos espacios que no nos facilitan esa sensación y retrasan nuestro crecimiento personal. En este caso, se emplea la palabra “retrasan” y no “frenan”, porque existe un concepto acuñado por Carl Rogers que se llama “tendencia actualizante”. De hecho, éste es una de las bases en las que se asienta su teoría de su famoso “enfoque centrado en la persona”.
La actualización constante
Rogers sostiene que todos los seres vivos (humanos, plantas y animales) tenemos una tendencia innata hacia la actualización. El se refiere a ello como la tendencia hacia el ser lo mejor que podemos ser en este momento de tiempo y espacio, aún cuando las condiciones no sean facilitadoras de este proceso.
La tendencia actualizante siempre se induce al movimiento. A veces más rápido y a veces más lento. Depende mucho de nosotros, de la percepción que tengamos de nuestro entorno y del entorno en sí.
La tendencia actualizante y el entorno
Cuando las condiciones, por ejemplo, en una familia son facilitadoras del desarrollo personal, los miembros de esa familia potencian su “tendencia actualizante”. Y así, día a día, van siendo lo mejor que pueden ser, van creciendo a nivel personal de una manera muy veloz, hasta sentir que en ese momento están plenos. Pero ese proceso no termina ahí sino que continúa por el resto de su vida.
En cambio, en una familia donde las condiciones no son estas y sean algo disfuncionales, el crecimiento es mucho más lento, pero aún así, se da. ¿Cómo es posible? Porque las personas logran ser lo mejor que pueden dentro de ese entorno y de esas condiciones. Y si las condiciones cambian a mejor, la “tendencia actualizante”, en consecuencia, se despliega mucho más rápido.
Enfoque centrado en la persona
Este concepto es una de las bases de la teoría de Rogers, el “enfoque centrado en la persona”. El experto psicólogo confía en que la otra persona que tiene enfrente posee dentro de sí mismo todo lo que necesita para crecer. Y, por tanto, para desarrollarse y ser feliz. Sólo lo tiene que encontrar y el psicólogo es algo parecido a su “guía”.
Aplicación
Las aplicaciones que podemos darle a este concepto son variadas, pero, en particular, se va a destacar una, de la que luego podéis deducir otras muchas.
Siempre es bueno tener momentos de introspección. Aquellos en los que te preguntas qué sientes, por qué lo haces de esa manera, cómo actúas ante determinadas situaciones o cómo ante otras… Esto nos ayuda a entendernos mejor y a conocer y revisar partes que no nos gustan de nosotros y potenciar las que nos gustan.
Lo recomendable en momentos así, es que, en el momento en que detectamos algo que no nos gusta, no tenemos que rechazarlo. Es parte de nosotros y desecharlo sin más no nos va a hacer crecer. En cambio, si en vez de rechazarlo, lo aceptamos como algo que está ahí y que queremos cambiar, ya hemos dado el ansiado primer paso.
La aceptación (que no implica necesariamente que nos tiene que gustar) de esa parte que vemos como negativa, hace que, seguidamente tendamos a poner en marcha la “tendencia actualizante”. Y ese motor pasa a desplegarse con más fuerza. Por ende, gracias a esa introspección, pueden empezar a aparecer posibles formas de cambiar lo que no nos gusta. Así, pasamos a “actualizarnos” a la mejor versión de nosotros mismos.
El desafío no es fácil, pero vale la pena intentarlo, de todas maneras creo que con la idea puesta, cada uno sabrá descubrir cómo puede desplegar su “tendencia actualizante” y ponerla en marcha con más fuerza para ser lo mejor que puede ser hoy.