El proyecto MK Ultra, un programa de control mental
Todavía hoy nos ponen los pelos de punta los experimentos que los nazis llevaron a cabo con seres humanos. Varios de ellos estaban orientados a encontrar los mecanismos para controlar la mente de las personas. Lo que no todo el mundo sabe es que en los Estados Unidos se llevaron a cabo experiencias similares e incluso más tenebrosas. Una de ellas fue el proyecto MK Ultra.
La Segunda Guerra Mundial representó un cambio en la estrategia militar. Hasta ese entonces, nunca se le había dado tanta importancia al espionaje. Sucedió así porque los contendientes fueron conscientes del valor de la información contrastada para planear las tácticas de ataque.
Así mismo, el propio Hitler probó que se podía controlar la mente humana y manipular a millones de personas a realizar acciones que en otras condiciones habrían rechazado. Por eso, al término de la confrontación, el tema de la obtención de información y la manipulación de la mente era una de las grandes preocupaciones en Estados Unidos. Así nació el proyecto MK Ultra.
“La sola idea de que una cosa cruel pueda ser útil es ya de por sí inmoral”.
-Cicerón-
¿Qué fue el proyecto MK Ultra?
En realidad es muy difícil saber con precisión en qué consistió el proyecto MK Ultra. Cuando la prensa lo descubrió, a finales de los años 60 y parte de los 70, la CIA, que dirigía el programa, dio la orden de destruir todos los expedientes del mismo. Lo único que se pudo rescatar fue un pequeño grupo de documentos.
A partir de esa base de datos tan pequeña, comenzó a reconstruirse lo sucedido. Se añadió a esto un amplio número de testimonios de las víctimas. Sin embargo, en estricto sentido, nunca podrá saberse a ciencia cierta cómo se desarrolló el proyecto MK Ultra. Este contenía 150 líneas de acción y solo se conocen dos o tres.
Sin embargo, lo poco que se sabe nos habla de experimentos con drogas psicoactivas y neurológicas, así como de otros métodos. Se aplicaron sobre miles de seres humanos, sin su consentimiento. El propósito era observar el efecto de dichas drogas sobre las personas; saber si las inducían a revelar lo que sabían o determinar si era posible cambiar su mente al antojo.
Los experimentos con seres humanos
Según los datos disponibles, los “investigadores” del proyecto MK Ultra suministraron drogas, como LSD , de diferentes maneras y en distintas dosis para determinar de qué manera se comportaban “las personas contaminadas”.
También se emplearon métodos como choques eléctricos y terapias de hipnosis. En los años 50, cuando comenzó el proyecto, se hablaba mucho del “lavado de cerebro”. Esto es, una especie de reprogramación de la mente a partir de esos “tratamientos” especiales.
También se sabe que la CIA ensayó los efectos de varias técnicas de tortura. A veces, dejaban a los “voluntarios” varios días sin dormir y mientras tanto les repetían mensajes subliminales sin cesar. Otras veces aplicaban electroshocks sistemáticamente o medicamentos sintéticos de prueba en cantidades altas.
Los “voluntarios” psiquiátricos
Lo más execrable del proyecto MK Ultra fue que engañaron a miles de personas para que participaran en él. Básicamente conseguían a sus conejillos de indias a través de dos métodos.
El primero estaba dirigido a los hospitales psiquiátricos. En ellos, se les decía a los enfermos que se estaban ensayando nuevas terapias. Ninguno de los internos de estos hospitales fue informado de que se trataba de un experimento dirigido por la CIA y que entre los “expertos” que estaban a la cabeza había varios ex nazis.
De hecho, uno de los más activos colaboradores del Proyecto MK Ultra fue el psiquiatra Donald Ewen Cameron, quien resultó ser el primer presidente de la Asociación Mundial de Psiquiatría, así como el presidente de la Asociación Americana de Psiquiatría y la canadiense.
Otros “voluntarios”
Los experimentos no solo se hicieron con “enfermos mentales”, sino también con miles de ciudadanos considerados “normales”. Los reclutaban en el ejército, universidades, hospitales públicos, prostíbulos, hospicios y en todas partes en realidad. A cambio de unos cuantos dólares, aceptaban formar parte de esas pruebas. Sin embargo, nunca se les informaba del propósito real.
Muchos de ellos no sobrevivieron a los crueles experimentos. Otros quedaron con daños permanentes. El caso más publicitado fue el de Frank Olson, en Estados Unidos. En Canadá, por su parte, el gobierno terminó indemnizando a cientos de personas para ahogar el escándalo.
Lo sucedido se supo gracias a una investigación de prensa. Luego, en el Congreso de los Estados Unidos se conformó una comisión para indagar sobre los hechos. También se estructuró una comisión independiente. Al final, lograron que los documentos fueran desclasificados, en 1973, y por eso la CIA dio la orden de destruir los archivos.
El Proyecto MK Ultra muestra hasta qué punto son capaces de llegar los organismos de poder por obtener lo que se proponen. No tuvo lugar en una dictadura, sino en un país que se precia de ser el adalid de la democracia en el mundo. Ahora la pregunta inquietante, ¿habrá experimentos similares, en otros sitios, que aún no conocemos?
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- Frattini, E. (2012). CIA. Joyas de familia: Los documentos más comprometedores de la Agencia, por fin al descubierto. Grupo Planeta Spain.