El sedentarismo infantil
La actividad física innata en los niños es un estilo de vida que debemos conservar, promover y fortalecer, sobre todo en una época en la que el sedentarismo infantil se ve más favorecido debido al mundo tecnológico en el que nos encontramos inmersos.
Si bien el uso de las tecnologías nos aporta muchos beneficios, también está incentivando o potenciando ciertas conductas que ponen en riesgo la salud física de las personas.
La consecuencia del aumento del sedentarismo infantil es que la prevalencia de enfermedades crónicas está aumentando en esta población. Por citar algunas: el sobrepeso, la obesidad, la diabetes mellitus, la hipertensión arterial o los problemas cardiovasculares.
Según un informe, el 85 % de los niños españoles no realizan los 60 minutos de actividad física recomendada por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Por eso, tenemos que fomentar un estilo de vida saludable para lidiar con el sedentarismo infantil. De esta forma, podremos evitar futuras enfermedades en los niños.
Si logramos realizar un cambio en el tipo de actividades que realizan e intentamos que las gestionen de manera adecuada, podremos conseguir eliminar o al menos reducir, el sedentarismo infantil.
“La falta de actividad destruye la buena condición de todo ser humano, mientras que el movimiento y el ejercicio físico lo conserva”.
-Plantón-
Los estilos de vida y la familia
Existen multitud de estudios en los que se establece una relación entre los estilos de vida del entorno familiar y la obesidad infantil, constatándose la existencia de estilos de vida similares entre padres e hijos.
Estas similitudes familiares en los hábitos alimentarios pueden explicar parcialmente modelos familiares y tendencias de obesidad que persisten en adultos en un 30-60 % de los casos. De forma significativa, destaca la influencia de la obesidad materna, que correlaciona de manera positiva con un mayor consumo de grasa de los hijos.
Además, en estos estudios se observa que existe una influencia en los niveles de actividad física de ambos padres en el grado de actividad de sus hijos. Así, los niños cuyas madres son activas y realizan deporte, tienen dos veces más probabilidades de ser activos y si son ambos padres los que realizan diferentes actividades deportivas, la posibilidad de un nivel óptimo de actividad en el niño es de 5 a 8 veces mayor.
Los adultos somos un modelo para los niños, de manera que su tendencia natural será actuar como nosotros. Es más, podríamos decir que prácticamente todo aquello que vean en nosotros que produce resultados positivos lo añadirán a su repertorio de conductas. Por tanto, si incentivamos un estilo de vida activo, lo más probable es que ellos terminen por adoptarlo.
“Si no fuese por el hecho de que la televisión y el frigorífico están alejados, algunos de nosotros no haríamos nada de ejercicio”.
-Joey Adams-
Creando nuevas formas de diversión
Una manera de cambiar la forma en que los niños invierten su ocio sería mostrarles otras formas de divertirse y pasar el tiempo libre. Hacerles ver a los niños que hay que dejar a un lado las videoconsolas, ordenadores, tablets, smartphones,… que les mantienen quietos durante tanto rato y salir a la calle a disfrutar de otro modo.
Tenemos que mostrarles que el mundo, mirado con la curiosidad adecuada, esconde retos tan fascinantes como aquellos que nos puedan plantear en una pantalla. Pero, del alguna manera, para lograr esto, hay que vencer la comodidad inmediata de jugar sentados y sin pasar frío o calor.
Impulsar un hábito como el deporte, y si es en familia, muchísimo mejor. El hecho de salir a la calle a correr, nos aporta infinitud de beneficios y nos proporciona en nuestro cuerpo sensaciones, tanto físicas como mentales, de estar bien.
Si queremos reducir o eliminar el sedentarismo infantil, los adultos tenemos que ser un vivo ejemplo de ello. De esta forma, si nosotros tenemos un estilo de vida saludable, en el que reine el deporte y la actividad física, este estilo se instaurará prácticamente solo en los niños.
Ya lo hemos mencionado antes, los niños aprenden con mucha facilidad a través del aprendizaje vicario, lo que ellos ven a su alrededor es más probable que lo hagan que aquello que no ven.
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