El tiempo pasa inexorablemente
Muchas veces nos quedamos pasmados ante cualquier situación de nuestra vida sin saber qué hacer. El tiempo pasa inexorablemente por delante de nosotros y así puede ocurrir durante horas, días e incluso años. Ante esta situación es muy importante darse cuenta que el tiempo es una de las pocas cosas que nunca vuelve, que es completamente irrecurrepable y mientras más los desperdiciemos, más tarde será para volver a invertirlo con cabeza.
Hay momentos de la vida en los que esto ocurre con mayor frecuencia. Por ejemplo, cuando tras un fracaso amoroso creemos que no vamos a encontrar a nadie igual y por tanto perdemos absolutamente todo interés por todo lo que nos rodea. Lo mismo ocurre cuando nos echan del trabajo y nos invade un sentimiento de preocupación y desesperación.
Sin embargo, ante este tipo de situaciones no queda otro remedio que levantarse, mirar con optimismo hacia el futuro, y ponerse nuevos objetivos que relancen de nuevo nuestra vida.
El tiempo pasa inexorablemente: el que se aburre es porque quiere
Mucha gente culpa de su situación de tedio y aburrimiento al “no tener nada que hacer con sus vidas”. Sin embargo, les vamos diciendo desde ya que eso no es así. Si por lo que fuese se pierde algún tipo de hobby o interés, siempre hay tiempo para buscar e interesarse por otros.
“Empezarás a aprovechar tu tiempo cuando seas consciente de que no es infinito.”
-Anónimo-
En un mundo tan globalizado como el de hoy en día, podemos acceder a cualquier tipo de información y entretenimiento sin ningún tipo de problema. Internet es además una grandísima herramienta para conseguirlo, donde podemos consultar y ver cualquier información que nos propongamos. Cine, música, videojuegos, documentales, libros, noticias de actualidad, etc. Todo esto y mucho más te espera en el apasionante mundo de la red. Recuerda que tienes prácticamente el mundo a tus pies.
Hay que sobreponerse y mirar hacia delante
Ante cualquier obstáculo en nuestra vida, no queda otra que levantarnos con más fuerza. De nada sirve estar lamentándose por tiempo indefinido pensando que “ya vendrán tiempos mejores”. Solo uno mismo tiene la capacidad para hacer que su vida cambie y tome el rumbo deseado. De nada sirve quedarse esperando un golpe de suerte en el sofá, como si las cosas cayeran del cielo.
Es normal que ante cualquier situación de adversidad nos cueste levantarnos. Al principio veremos todo de color negro y por tanto los comienzos serán duros. Pero una vez que los hayamos superando, nos daremos cuenta que ese tiempo de recuperación ha merecido realmente la pena.
La visión que tenemos del futuro y, en general, del tiempo, depende de nuestra perspectiva. De qué objetivos nos planteamos y cómo sobrepasamos los retos y cambios que nos encontramos. Así, ante el inexorable paso del tiempo, lo ideal es marcarse metas que vayan más enfocadas a cómo vivimos que a qué vivimos. Por ejemplo, querer vivir de forma tranquila y a gusto, en lugar de considerar el éxito vital el casarse y comprarse un coche. El tiempo pasa y la mayoría de sucesos están fuera de nuestro control, por lo que si dejamos nuestra felicidad en manos de lo azaroso será más probable que sintamos frustración y angustia.
“El futuro tiene muchos nombres. Para los débiles es lo inalcanzable. Para los temerosos, lo desconocido. Para los valientes es la oportunidad”.
– Víctor Hugo –
Por tanto, no tengas miedo a la vida. Invierte ese tiempo tan valioso en algo que te convierta en alguien mejor.