Élan Vital: la fuerza que nos empuja a realizarnos

¿Qué es lo que nos empuja a seguir hacia delante y desarrollar nuestros potenciales a pesar de las circunstancias?
Élan Vital: la fuerza que nos empuja a realizarnos
Gema Sánchez Cuevas

Revisado y aprobado por la psicóloga Gema Sánchez Cuevas.

Escrito por Sonia Budner

Última actualización: 01 febrero, 2022

¿Quién no ha visto crecer raíces de las patatas que tiene almacenadas en casa? Estas no han sido plantadas de nuevo ni cultivadas, sin embargo sin encontrarse en las condiciones más favorables, siguen luchando por su supervivencia, por su ciclo vital, por su desarrollo… Esto es el élan vital o impulso vital, un concepto del filósofo francés Henri Bergson en su obra La evolución creadora del que hablamos a continuación.

El élan vital es una conceptualización de la fuerza vital que permite a todos los organismos vivos adaptarse a las situaciones que la vida les pone en su camino. Carl Rogers se refirió a ella como tendencia actualizante y Ralph Waldo Emerson la denominó fuerza vital. Como vemos, diferentes autores a lo largo del tiempo han utilizado diferentes conceptos para hablar sobre ella. Profundicemos.

La percepción y Henri Bergson

El élan vital es el impulso que ha originado la evolución de los seres vivos y que ha forzado su desarrollo y evolución. Una fuerza que tendría mucho que ver con nuestra percepción del tiempo, en concreto, con la forma de percibir el presente según Bergson.

Para este autor el espacio no es externo ni objetivo, al igual que el tiempo no es interno ni subjetivo. Lo único que existe es el presente, el cual está unificado en la percepción que procede de la fuerza vital de cada individuo. Además, esta idea es utilizada en el campo de la psiquiatría para manejar las distorsiones de la percepción en algunos trastornos como la esquizofrenia, en el que la unidad perceptiva se rompe.

Bergson defendió la idea de que esta fuerza vital no puede provenir de la razón. De hecho, nos dice que la inteligencia se desvía de la visión del tiempo y tampoco permite crear. Al contrario, la razón estaría al servicio de este impulso vital o élan vital. La razón está en conexión con la vida, pero no es la vida en sí misma.

Mujer mirando un reloj pensando qué hacer antes de que sea tarde

Carl Rogers y la tendencia actualizante

Rogers sostenía que la motivación humana más importante es la propia realización. La motivación o drive es intrínseca a cada ser vivo y se manifiesta a través de las emociones. Esta tendencia innata a desarrollar todas las potencialidades se da para asegurar la conservación y el enriquecimiento de cada ser vivo.

En realidad, es una capacidad latente para comprenderse a sí mismo y para desarrollar la eficacia que necesitamos para actuar adecuadamente y obtener la satisfacción que ello supone.

“No se trata de una comprensión completa y absolutamente correcta, sino de un grado de comprensión imperfecto, pero suficiente en cada paso del proceso de adaptación y de integración que es la existencia humana”.

-Carl Rogers-

Según esta idea, el ser humano se encuentra en proceso continuo de mejora, crecimiento y cambio. El élan vital es el impulso que genera el esfuerzo que llevan a cabo las personas para autorrealizarse. En definitiva, es la fuerza que nos hace buscar la felicidad.

Somos nosotros los que sabemos

Rogers defendía también que es cada persona y cada organismo el que mejor sabe lo que le conviene y la dirección del desarrollo de sus plenas potencialidades. Es cierto que parecen ser necesarias algunas condiciones favorables para ello, pero no necesariamente son las mismas para todos. De esta manera, seríamos cada uno de nosotros los que conoceríamos intuitivamente nuestro camino para desarrollarnos completamente como persona.

La intervención terapéutica que Rogers desarrollo a raíz de esta teoría del élan vital o tendencia actualizante fue la de ver al terapeuta como un acompañante. Este ayuda al individuo mientras adapta sus recursos para satisfacer las necesidades que requiere cada situación. En realidad, sería un apoyo para que cada cual pudiera ordenarse y encontrar su camino para realizarse.

“Si valoramos la independencia, si estamos perturbados por la creciente conformidad del conocimiento, de los valores, de las actitudes, que nuestro sistema actual induce, es posible que deseemos establecer condiciones de aprendizaje que permitan la singularidad, la autodirección, y para el aprendizaje autoiniciado “.

-Carl Rogers-

Mujer con los brazos abiertos al aire libre

Los potenciales son únicos

Según todo lo anterior, los seres humanos estaríamos destinados a desarrollarnos de diferentes maneras de acuerdo con nuestra propia naturaleza. Al contrario que una flor, el potencial de cada uno de nosotros es único y singular.

Rogers creía que los seres humanos son básicamente buenos y creativos. Se vuelven destructivos cuando su autoconcepto es deficiente o alguna restricción externa interfiere en el proceso de desarrollo.

Esto ocurre porque para que se dé la autorrealización la persona debe alcanzar un estado de congruencia. De esta manera, la autorrealización a la que esta fuerza vital nos empuja desde dentro se produce cuando el “yo ideal” en congruente con su autoimagen.

Todas estas teorías sobre el élan vital, la tendencia actualizante o la fuerza vital que defendieron algunos autores hace referencia a que es este impulso el que conduce a la construcción de la confianza en el ser humano y la base sobre la que se ha erigido poco a poco la educación emocional.

 


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