Embotamiento afectivo: ¿en qué consiste?
Las emociones son adaptativas; nos guían, nos ayudan a tomar decisiones y sobre todo a tomar conciencia de cómo estamos y de qué situaciones o personas son saludables para nosotros. Sin embargo, cuando la respuesta emocional está ausente, entones hablamos del embotamiento afectivo.
Este puede aparecer como consecuencia de algún trastorno mental o ante situaciones altamente traumáticas. En cierta forma, a través de este fenómeno, nuestra mente se “protege”, se evade, se aísla. Pero, ¿qué más sabemos sobre esta alteración de la afectividad? ¿En qué trastornos aparece típicamente?
Embotamiento afectivo: ¿en qué consiste?
El embotamiento afectivo es una psicopatología que afecta al área emocional y afectiva. Se puede definir como una incapacidad para experimentar emociones en situaciones que, por sus características, deberían generarnos algún tipo de respuesta emocional.
Así, una persona con embotamiento afectivo se siente indiferente, a nivel emocional, antes los estímulos del medio (y también ante los estímulos internos). Estos estímulos, tanto internos como externos, en situaciones normales, nos generarían algún tipo de emoción (ya sea positiva o negativa), pero al fin y al cabo nos harían sentir “algo”.
Incapacidad para sentir
De esta forma, se produce una indiferencia afectiva y emocional, una ausencia de respuesta emocional. La persona se muestra impasible porque no siente nada.
Decimos que es una psicopatología de la afectividad porque, en condiciones normales, las personas sentimos. Y es que las cosas, las personas y las situaciones, generan emociones en nosotros (y esto es algo saludable).
Psicopatologías asociadas al embotamiento afectivo
El embotamiento afectivo puede aparecer de forma aislada, en una época determinada de nuestra vida, por X razones, o puede aparecer como consecuencia de alguna psicopatología subyacente. Así, forma parte de la sintomatología de algunos trastornos mentales. Entre ellos encontramos:
Esquizofrenia
La esquizofrenia es un trastorno psicótico que incluye síntomas positivos (alucinaciones, delirios, pensamiento desorganizado…), negativos (embotamiento afectivo, afectividad aplanada, anhedonia…) y cognitivos (dificultades o alteraciones en la concentración, en la memoria…).
Así, dentro de los síntomas negativos de la esquizofrenia se incluye el embotamiento afectivo. Cuando la sintomatología propia del trastorno es solo negativa, entonces hablamos de esquizofrenia negativa.
A través de esta alteración, las personas con esquizofrenia pueden sufrir respuestas emocionales inexistentes ante las experiencias vividas. Se produce así una ausencia de respuesta emocional. Esta condición aparece sobre todo en mujeres con el trastorno, y su presencia implica un peor pronóstico del trastorno.
¿Expresión o emoción?
Según un estudio de Donnoli et al. (2007), el embotamiento afectivo en personas con esquizofrenia afecta únicamente a la expresividad de la emoción en sí, pero no al sentimiento subyacente. En este sentido, los investigadores se plantean si lo que está limitado es la reacción física de la emoción (por ejemplo, la gesticulación facial, los cambios en el tono de voz…) o si también está suprimido el sentimiento que subyace a la emoción.
Limitación motora
Se ha observado también que en algunas de estas personas existe una limitación a nivel motor, y se postula que esta podría ser la que explicara el embotamiento afectivo. ¿Por qué? Porque esto dificultaría que la persona pudiese gesticular adecuadamente, o realizar determinados movimientos asociados a la expresión de emociones.
Depresión
En la depresión también es muy típico el embotamiento afectivo. Sin embargo, es importante destacar que este no aparece como consecuencia del trastorno en sí, sino como consecuencia de ciertos tratamientos farmacológicos para la depresión.
Así, los fármacos antidepresivos y antipsicóticos podrían causar embotamiento afectivo. Los antidepresivos que más se utilizan para tratar la depresión son: los ISRS (inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina) y los ISRN (inhibidores de recaptación de serotonina y noradrenalina), que son antidepresivos duales.
Embotamiento afectivo no es anhedonia
Es importante realizar una pequeña diferenciación entre el embotamiento afectivo y la anhedonia, porque son conceptos que pueden generar confusión. La anhedonia es la pérdida del placer y del disfrute en actividades que antes sí nos hacían disfrutar, y es un síntoma propio de la depresión.
En cambio, el embotamiento afectivo, como decíamos, no es un síntoma propio del trastorno. Además, en este caso no hablamos de una pérdida del placer, sino de una ausencia de respuesta emocional (incapacidad para sentir). Sin embargo, ambas condiciones pueden coexistir (sentir ausencia de placer sumado a una pérdida del disfrute en aquello que antes sí nos gustaba).
Trastorno de estrés postraumático (TEPT)
Otro de los trastornos donde aparece el embotamiento afectivo es el trastorno de estrés postraumático o TEPT. El TEPT es un trastorno que se deriva de una experiencia traumática o altamente estresante. Conlleva síntomas como: recuerdos intrusivos del evento traumático, evitación de los lugares o actividades relacionadas con el evento, pensamientos negativos, trastornos del sueño… Y entre ellos, el embotamiento afectivo (u otras alteraciones emocionales).
En el TEPT, el embotamiento aparece sobre todo en situaciones positivas (la persona pierde el interés hacia ellas). Así, en este trastorno también puede aparecer cierta anhedonia, unida al embotamiento afectivo.
Como vemos, el embotamiento afectivo es una alteración de nuestra afectividad con ciertas implicaciones. Así, implica una ausencia de la respuesta emocional, eso es, una indiferencia afectiva, que es claramente desadaptativa.
¿Por qué? Porque las emociones son como una brújula que nos guía y nos ayuda a tomar decisiones, y si somos incapaces de experimentarlas, nuestro funcionamiento diario puede verse alterado. Por suerte, es una patología tratable y que en algunos casos (donde no hay un trastorno de base) puede, perfectamente, desaparecer con el tiempo. Sin embargo, siempre recomendamos pedir ayuda profesional.
“Escucha tus emociones, no las ignores, y procura expresarlas por los canales adecuados, de lo contrario te harán daño”.
-Anónimo-
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- American Psychiatric Association –APA- (2014). DSM-5. Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales. Madrid: Panamericana.
- Belloch, A., Sandín, B., Ramos, F. (2010). Manual de Psicopatología. Volumen II. Madrid: McGraw-Hill.
- Donnoli, V.F., Santos, L.G., Almeida, T.S., Ferreyra, P. (2007). Aplanamiento afectivo en la esquizofrenia: estudio cualitativo. Revista Argentina de Clínica Neuropsiquiátrica.
- Punset, E., Bisquerra, R., Gea A. y Palau, V. (2015). Universo de emociones. Web proyecto de mapeado de las emociones.