¿Eres carismático?
¿Cómo saber si tienes ese “don” para inspirar a los demás? Si no eres carismático o te gustaría mejorar en este sentido, no te preocupes. De hecho, existen técnicas que te permiten mejorar en esta faceta. Empieza por hacer un examen sincero de aquello que trasmites con tus gestos. Seguidamente, habla con alguien de ello, alguien que te conozca y con el que tengas confianza. Pídele el mismo ejercicio de sinceridad que has hecho tú.
Quizás pienses que no hace falta hacer un test o algo por el estilo ya que en el reparto de virtudes, el carisma no te ha sido entregado. Sin embargo aunque no sea algo innato puedes lograr que los nervios y la vergüenza se reduzcan y puedas ser tú quien inspire al grupo.
La persona carismática
Ser el centro de atención, que se le pidan consejos o inspirar a los trabajadores que están tu cargo son algunas de las aptitudes de alguien carismático. Quizás algunos les envidien por esa capacidad de encantar a los demás. Por tener siempre las palabras certeras o por irradiar seguridad en cada paso. ¿Una persona con carisma tiene un don especial o ha hechizado a los demás con sus artimañas?
Muchos confunden a un carismático con un ególatra insoportable y por ello sienten rechazo más que aceptación. Ahora bien, el que tiene esta “virtud” no hace ver a los demás como inferiores sino que los inspira para que puedan sacar lo mejor de ellos.
Charles de Gaulle o Winston Churchill son dos ejemplos “famosos” de personas que tienen una visión y logran que los demás se sientan identificados con ellos. En el libro “El líder carismático” de Jay A. Conger, se indica que la intensidad de las acciones de la persona carismática es el factor decisivo para que los demás le sigan.
Las virtudes del personaje carismático
Quizás varias de estas características te definan como persona, pero no te consideres alguien con carisma. Tal vez se deba a que aún no has podido desarrollar tus virtudes como corresponde o que la vergüenza, el temor y la timidez no te permiten explorar tu lado más “atrayente” hacia los demás.
La capacidad de escuchar al otro es fundamental para ser carismático. Al hacerlo se estarás demostrando aprecio y que los demás le importan. Pero no solo eso es necesario, sino también la buena comunicación de las ideas o pensamientos en el momento justo, y siempre como una opinión y no como una orden.
Estamos frente a alguien de confianza, estamos atravesando un momento complicado y con pocas palabras logra reconstruir el ánimo que pensábamos perdido por el camino ¿Cómo lo ha logrado? Escuchando, interpretando y eligiendo con maestría sus palabras, pero también el tono y su postura corporal.
Los factores que marcan la diferencia en un personaje carismático
Estas personas tan valoradas no se conforman con lo mínimo y no suelen aceptar un “no” como respuesta. Si perciben la injusticia o que algo no está bien harán lo posible por solucionarlo. Para un sujeto carismático siempre hay algo que puede mejorarse. Estar descontento por aquello que lo rodea lo hace actuar y cambiar lo que tiene en frente. No tiene problema en arriesgarse o sacrificarse si eso les permitirá lograr su objetivo.
La creatividad y la visión pueden definir a una persona con carisma. Tener buenas ideas, pensar a futuro y ser exitosos son consecuencias de su forma de actuar. No por nada suelen llevar adelante empresas o proyectos con la sensación de tener que invertir poco esfuerzo.
Como si todo esto fuera poco, los personajes carismáticos no critican a los demás sino que se muestran comprensivos con los errores ajenos, y no permiten que otros hablen de manera malintencionada. Además no usan el término “yo” sino “nosotros”. El egocentrismo y el carisma no pueden ir de la mano. El bien común es más importante que sus propios deseos.
¿Una persona carismática es un superhéroe?
Con todas esas virtudes podemos interpretar que una persona con carisma no es una persona de carne y hueso, sino alguien que vino de otro planeta. O un personaje digno de una película de acción. Por supuesto que genera veneración y admiración, pero no se trata de un superhéroe. Y lo mejor de todo es que… ¡tu puedes convertirte en uno!
No es imposible. Como primera medida debes trasmitir un punto de esperanza, esta es como la sal, le da un punto de sabor a cualquier mensaje. Incluso si no has tenido un buen día en el trabajo o tus problemas te sobrepasan. Muéstrate agradecido por lo que posees y habla de lo que te apasiona. La pasión nace de la pasión, del entusiasmo.
Irradiar seguridad es el segundo “imprescindible” para ser carismático. Tu autoestima ha de ser tan fuerte como vulnerable. La vulnerabilidad que implica todo ejercicio de sinceridad compartido. Piensa que es más fácil inspirar cuando das algo único y la otra persona lo percibe como tal. No son las palabras de cualquier amigo ante cualquier problema, son las palabras de tu amigo para ti.
En resumen, tu convicción puede llevarte a donde deseas, al igual que tu empatía. Pon la atención en el otro, conecta con sus emociones positivas y haz que se sienta como la única persona en el planeta. Una pizca de cada virtud y listo… ¡puedes ser carismático!
Todas las fuentes citadas fueron revisadas a profundidad por nuestro equipo, para asegurar su calidad, confiabilidad, vigencia y validez. La bibliografía de este artículo fue considerada confiable y de precisión académica o científica.
- Alonso, F. M. (1994). Carisma y liderazgo carismático: una aproximación empírica desde las perspectivas de Bass y Friedman (Doctoral dissertation, Universidad Nacional de Educación a Distancia. UNED).
- Giner, S. (2003). Carisma y razón: la estructura moral de la sociedad moderna (Vol. 205). Madrid: Alianza Editorial.
- Thieme, C., & Treviño, E. (2012). Liderazgo en Educación: Al final sólo el carisma importa. Espacio abierto, 21(1).