Éric Sadin y los desafíos de la inteligencia artificial

Éric Sadin es un filósofo que advierte sobre los riesgos del mundo que se está inaugurando con los avances de la inteligencia artificial. En particular, señala el peligro de que el ser humano sea controlado por poderes ajenos a su propia conciencia.
Éric Sadin y los desafíos de la inteligencia artificial
Sergio De Dios González

Revisado y aprobado por el psicólogo Sergio De Dios González.

Escrito por Edith Sánchez

Última actualización: 23 marzo, 2023

Éric Sadin es un filósofo francés que ha despertado un gran interés por sus profundas reflexiones en torno a un fenómeno que nos concierne a todos: la inteligencia artificial. Para este pensador no se trata de un simple avance tecnológico, sino de una ruptura de la civilización tal y como la conocemos. Por lo mismo, no duda en decir que se trata del desafío filosófico más importante del siglo XXI.

Sadin señala que la evolución de la tecnología ha sido exponencial en los últimos años. En un comienzo, tenía que ver con el tratamiento de la información de una manera funcional y, en especial, cuando el volumen era muy grande. Hoy en día, según el experto, la tecnología es capaz de «crear verdades» y de controlar las acciones humanas.

Frente a esto, el filósofo llama la atención sobre un hecho clave: si bien la inteligencia artificial es cada vez más inteligente, los sujetos sobre los que recae su acción no solo no rechazan esto, sino que lo reciben con agrado e incluso con fascinación. Los aparatos y sus funcionalidades cautivan a la gente.

«La inteligencia artificial se erige de aquí en adelante en una suerte de superyó, dotado de la intuición de la verdad y llamado a guiar en toda circunstancia nuestras vidas hacia la mayor eficacia y confort imaginables».

-Éric Sadin-

Éric Sadin y la inteligencia artificial

Es importante dejar en claro que Sadin no es un pensador «anti-tecnología». Lo suyo es analizar el impacto de las nuevas tecnologías en el marco de la civilización e identificar los desafíos que plantea. Una de sus preocupaciones es el hecho de que muchos de los aparatos ya no tienen el cometido de «ayudar» al ser humano, sino de «sustituirlo».

Como resulta obvio, es probable que la deriva de este frenesí tecnológico cambie, pero muy improbable que se frene por las ventajas competitivas que aporta. Sadin cree que estamos cerca de entrar de lleno al transhumanismo. El principal reto, en este sentido, será la fusión entre el cerebro humano y la computadora, para dar lugar a una realidad superior: la superinteligencia.

En el marco del transhumanismo, se espera que la vida sea mucho más larga, que podamos conservar la salud física y mental durante muchos años, pero, sobre todo, que nuestras capacidades cognitivas se vean extraordinariamente vitaminadas. Hasta ahí, todo muy bien. El problema es que esto será dirigido y controlado desde fuera de la conciencia  individual. Ese «mundo perfecto» será manejado por conciencias e intereses externos al individuo.

Mujeres trabajan con lentes de realidad virtual
Que la inteligencia artificial deje de ayudar a los humanos para reemplazarlos por completo en el área laboral es una de las inquietudes que acarrean los avances.

Las tres dimensiones de la «vida algorítmica»

Para Éric Sadin hay tres dimensiones involucradas en lo que llama la «digitalización de las conciencias» o «la vida algorítmica». Una es la ontológica o relacionada con el ser; la otra es la epistémica o asociada a la producción de verdades; finalmente, está la dimensión ético-política, la cual tiene que ver con la conducta humana ética y el poder.

Uno de los grandes riesgos que advierte Sadin es el hecho de que la inteligencia artificial se ha convertido en productora de verdades. Los algoritmos están en capacidad de analizar situaciones, sacar conclusiones y proponer rutas. El ejemplo más sencillo lo dan las redes sociales. Con base en lo que una persona consulta o califica, los algoritmos deciden qué información «deben» mostrarle a cada usuario y cuál no.

Lo anterior ocurre en todas las escalas, incluyendo la ciencia. Por lo tanto, para Sadin se inauguró un nuevo régimen: la verdad algorítmica. Este es universal y no contempla excepciones. Es la primera vez en la historia que ocurre; corresponde a la dimensión epistémica y tiene muchas implicaciones.

Éric Sadin señala los desafíos de la inteligencia artificial
El filósofo francés destaca lo arriesgado de dejar que la tecnología controle el día a día del ser humano.

Lo real y lo neutral

Sadin también sostiene que esta nueva versión del mundo lleva a una «desaparición de lo real». Para él, lo real genera incertidumbre y marca límites. En ese nuevo «mundo perfecto» que se pretende construir a través de las tecnologías persigue un fin: eliminar la incerteza. En otras palabras, eliminar lo real.

Otro de los peligros está en el hecho de que todos esos avances se presentan a los ojos del gran público como «neutrales». Es como si detrás de toda esta estructura no hubiese ninguna otra intención que la de facilitar y mejorar la vida humana. Sin embargo, no es así. Ya sabemos que los algoritmos también nos convierten en buenos clientes y en electores mansos.

En últimas, Éric Sadin nos previene sobre un hecho indiscutible: estamos cambiando de civilización. Como siempre, esto trae beneficios, pero también riesgos. Los que están implícitos en el mundo de la inteligencia artificial son suficientemente importantes como para no perderlos de vista.


Todas las fuentes citadas fueron revisadas a profundidad por nuestro equipo, para asegurar su calidad, confiabilidad, vigencia y validez. La bibliografía de este artículo fue considerada confiable y de precisión académica o científica.



Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.