Erich Fromm y su teoría sobre el psicoanálisis humanista
Para Erich Fromm, la principal tarea del ser humano en la vida es darse a luz a sí mismo para poder convertirse en lo que realmente es, en alguien más noble, más fuerte y más libre. Estas y otras reflexiones demuestran esa perspectiva humanista, a la vez que revolucionaria, de una figura de gran relevancia dentro de la psicología. Además, hablamos también del que algunos consideran el filósofo del amor.
Cuando nos referimos a la teoría psicoanalista hay quien comete el error de verla como un todo, como una misma entidad rígida y específica donde habitan conceptos, dinámicas y enfoques muy claros enunciados por el padre del psicoanálisis, Sigmund Freud. Se nos olvida quizás que dentro de esta corriente hay escuelas y formas de pensamiento que han enriquecido las bases del psicoanálisis desviándose de la palabra y de las ideas de Freud.
“Solo la persona que tiene fe en sí misma es capaz de tener fe en los demás”.
-Erich Fromm-
Erich Fromm fue uno de estos “desviados”. Fue en los años 40 cuando este psicólogo social, de origen judío-alemán, decidió romper con la doctrina psicoanalítica con la que trabajaban en el “Instituto de Investigación Social de la Universidad de Frankfurt” y renovar por completo la teoría y la práctica, acercándolo a un enfoque mucho más cultural, humano.
Por ejemplo, reformuló la idea del desarrollo de la libido por otra más factible. Una nueva concepción en la que enunciaba y articulaba los procesos de asimilación y socialización del individuo.
Asimismo, podríamos decir sin equivocarnos que Fromm fue por encima de todo un pensador fascinante, un filosofo y uno de los mejores representantes del humanismo del siglo XX.
En sus 3 libros más importantes: El miedo a la libertad, El arte de amar y El corazón del hombre nos legó un universo de pensamientos, reflexiones y teorías donde la psicología va de la mano de la antropología y la historia, y donde a su vez el legado de Sigmund Freud y Karen Horney seguían también muy presentes.
Erich Fromm y la crisis sistémica de la sociedad occidental
Para entender la teoría del psicoanálisis humanista de Erich Fromm es necesario conocer al autor, entender sus raíces, su contexto y ese mundo a la deriva que conformó su realidad más inmediata. De esta manera, estaremos en disposición de comprender aquello que le sirvió de guía e inspiración para sus teorías.
Cuando uno lee su autobiografía, Más allá de las cadenas de la ilusión, y se detiene ante todo en su infancia y adolescencia percibe al instante que no fueron precisamente etapas felices para Erich.
El padre de Fromm era un hombre de negocios bastante agresivo, su madre padecía una depresión crónica y además fue educado en un ambiente marcadamente estricto, bajo los esquemas judío ortodoxos. Cuenta que durante esta época vivió dos momentos que lo marcaron.
“El nacionalismo es nuestra forma de incesto, es nuestra idolatría, es nuestra locura. El patriotismo es su secta”
-Erich Fromm-
El primero fue el suicidio de una joven de 25 años de la que él estaba enamorado siendo un niño. Ella era pintora y estaba muy unida a su única familia: su padre. Este falleció de forma repentina, y unos pocos días después la joven artista decidió quitarse la vida. Su suicidio hizo que Fromm se preguntara...¿por qué? ¿qué hace que las personas lleguen hasta tales extremos?
El segundo hecho que lo marcó fue el estallido de la Primera Guerra Mundial. A su vida llegó entonces la sombra de los nacionalismos, la radicalización de las masas, los mensajes cargados de odio y la eterna diferenciación entre “nosotros” y “ellos”, entre mi identidad y la tuya, tu religión y la mía, mi visión del mundo y la “no aceptable” visión del tuyo.
El mundo se fragmentaba, y esas grietas no solo abrían distancias insalvables entre distintas potencias, sino que además, se iniciaba un periodo de crisis sistémica en toda la sociedad. Todas las teorías psicológicas, filosóficas y sociales enunciadas hasta el momento debían ser reformuladas en busca de respuestas y explicaciones ante semejante caos…
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Una visión para la comprensión y la esperanza en el ser humano
Leer la obra de Erich Fromm es casi imprescindible para entender todo ese periodo de crisis de valores, de principios y de políticas sociales que se abrió en esa primera mitad de nuestro siglo XX donde las dos guerras mundiales, socavaron por así decirlo, nuestra fe en la humanidad.
Sin embargo, leer a Fromm es reconciliarte precisamente con la humanidad. Porque nos habla de esperanza y, por encima de todo, nos aporta grandes recursos de las ciencias humanas y desde el propio psicoanálisis para iniciar una transformación positiva y creadora.
Veamos ahora los principios básicos de su teoría.
Del hombre biológico-mecanicista al hombre biológico-social
Erich Fromm aceptaba gran parte de los conceptos desarrollados por Sigmund Freud: el inconsciente, la represión, los mecanismos de defensa, la transferencia, el concepto de los los sueños como expresión de lo inconsciente y cómo no, la relevancia de la infancia como raíz de muchos trastornos psicológicos.
- Ahora bien, algo con lo que no podía sintonizar Fromm era con esa visión del ser humano como una entidad biológico-mecanicista, como un ser que responde de forma exclusiva la voluntad del “Ello”, a esa entidad que busca satisfacer los impulsos básicos de agresividad, supervivencia y reproducción.
- Erich Fromm nos habló del hombre biológico-social para ensalzar esa “psicología del yo”, donde las personas no nos limitamos únicamente a reaccionar o a defendernos de nuestros impulsos o instintos. Es necesario ampliar cercos y tomar conciencia de lo social, y de cómo en ocasiones las figuras más significativas para un niño pueden generarle procesos adversos y traumáticos.
- Las relaciones interpersonales se sitúan ahora con Fromm como ejes vertebradores que sustituyen por completo a la clásica teoría de la evolución de la libido, como concepto motivacional y mecanicista, en la figura del ser humano.
El ser humano es libre
Las teorías de Fromm no solo están influenciadas por Freud y Karen Horney. Hablar de Erich Fromm es también hablar de Marx. Debemos recordar una vez más ese contexto social de la época, esa crisis de valores, esos vacíos de contenido a la hora de dar respuestas al por qué del comportamiento humano, al por qué de las guerras, los nacionalismos, los odios, la diferencia de clases…
Asumir la perspectiva biológico-mecanicista heredada de Freud, como ya sabemos, carecía de sentido y utilidad, de ahí que los principios defendidos por Marx se ajustaran mucho mejor a las premisas que Fromm buscaba. Para Marx, las personas estaban no solo determinadas por la sociedad, lo estaban ante todo por sus sistemas económicos.
Así, en muchos de los textos de Fromm podemos aún ahora reconocernos a nosotros mismos en sus líneas y en esos mensajes que no dejan indiferente a nadie.
“Nuestra economía de consumo y de mercado se basa en la idea de que se puede comprar la felicidad. Pero cuidado, porque si no tienes dinero para pagar algo, entonces habrás perdido toda oportunidad de ser feliz. Por ello, es necesario recordar que solo lo que llega desde nuestros propios esfuerzos, desde el interior, no solo es lo “más barato” sino lo que más feliz puede hacernos”.
Ahora bien, algo realmente interesante dentro de la teoría de Fromm es que a pesar de que el ser humano está influenciado por su cultura y por los sistemas económicos, hay un fin por el que siempre debemos luchar y que podemos conseguir: la libertad.
Fromm, de hecho, animaba a las personas a ir más allá de los férreos determinismos de Freud y Marx para desarrollar algo que es inmanente a la propia naturaleza humana: nuestra libertad.
Las personas, opina Fromm, estamos determinadas por algunos principios biológicos, al igual que el resto de animales. Nacemos con un cuerpo, maduramos, envejecemos y luchamos por nuestra supervivencia. Sin embargo, más allá de este límite, todo es posible.
Si pudimos, por ejemplo, avanzar desde esas sociedades tradicionales de la Edad Media hasta la sociedad actual, no podemos rendirnos en este proceso en busca de más libertades, de más derechos y de mayor bienestar.
La libertad es algo complejo de conseguir, pero para alcanzarla hay cultivar la responsabilidad individual y el el respeto social. De lo contrario, en caso de no luchar o de escapar de la propia libertad, corremos el riesgo de que en nuestras sociedades surja alguno de de estos escenarios que sin duda, no nos son desconocidos:
- El autoritarismo.
- La destructividad (donde se incluye desde la agresión, la violencia o el suicidio).
- La conformidad autómata, ahí donde la persona se vuelve un “camaleón social”, es decir, asume el color de su ambiente sin protestar.
Estas tres ideas las desarrolló en un libro imprescindible al que vale la pena volver cada poco tiempo: “El miedo a la libertad”.
Los fundamentos del psicoanálisis humanista
Algo que sin duda llama la atención de la trayectoria de Erich Fromm es que a diferencia de los psicoanalistas más clásicos que todos conocemos, él no se inició en el ámbito médico o psiquiátrico. Él de hecho no era médico, su base de trabajo era la sociología, de ahí que en ocasiones no fuera muy aceptado ni bien visto.
Su relación con Karen Horney fue bastante compleja y fueron muchos los psicólogos que lo vieron siempre como un teórico de campo más que como un psicólogo ortodoxo.
“El amor es la única respuesta cuerda y satisfactoria al problema de la existencia humana”.
-Erich Fromm-
Sin embargo, es ahí donde se halla la auténtica grandeza de Fromm, la de su visión más amplia e integral del ser humano. Ahí donde no todo responde a una patología orgánica, a las fuerzas de la biología, sino que son la cultura, la familia y en esencia la propia sociedad las que muchas veces también nos ponen alambradas y vetos a la propia expresión del ser.
Veamos a continuación los fundamentos básicos de su teoría sobre el psicoanálisis humanista.
Claves para comprender el enfoque psicológico de Erich Fromm
A continuación os dejamos algunas de las principales claves para entender la psicología de Fromm:
- La impronta humanista de Fromm aporta un nuevo enfoque al concepto de la enfermedad, entendido como enajenación de sí mismo, como un camino de no realización propia.
- Por tanto, la finalidad del profesional no es otra que facilitar el encuentro de la persona consigo misma. Enunciándolo en un lenguaje más actual: “favorecer el desarrollo personal para alcanzar la felicidad”.
- Algo así solo se consigue potenciando la responsabilidad y el amor propio.
- A la hora de tratar un paciente, no es conveniente centrarse en exclusiva en lo patológico, en los síntomas de la enfermedad o en sus condicionantes negativos. Es necesario ver las cualidades y aspectos positivos de la persona para facilitar así la técnica terapéutica.
- El único objetivo del psicoanálisis no debe ser sumar su granito de arena para que la persona cambie. Además, hay que facilitarle estrategias para que se integre de nuevo en la sociedad, pero sintiéndose más fuerte, más hábil y preparada para ser consciente de que también hay aspectos “enfermos” en la interpretación de la realidad que la sociedad (o gran parte de ella) da por válida.
- El psicoanálisis debe ser receptivo a los avances de la ciencia, a los cambios de la sociedad, debe entender la cultura que nos envuelve, las condiciones económicas y políticas que nos rodean para poder ayudar mucho mejor a la persona. Quedarse con una visión reduccionista sería un error.
- El profesional debe hacer uso de un vocabulario comprensible, transparente y claro. Además, debe procurar no proyectar una imagen de poder o superioridad.
Aportes de Erich Fromm al psicoanálisis
José Luis Lobo, del Centro de Estudios y Aplicación del Psicoanálisis , resalta la incidencia que tiene la teoría de Erich Fromm y su Psicoanálisis Humanista en el campo de la psicopatología y el psicoanálisis.
Entre ellas, la terapia basada en el respeto por parte del profesional hacia el paciente/cliente o tener en cuenta los aspectos positivos y cualidades del ser humano, y no solamente los condicionantes negativos y la enfermedad.
Igualmente, ha pasado a la historia como uno de los psicólogos referentes y más reconocidos del mundo también por su redefinición del psicoanálisis. Así, abandonó el estilo “arcaico” que le venía precediendo y ofreció un “vocabulario comprensible, transparente y común” que acercó su corriente de pensamiento al resto del mundo.
Para concluir, el legado que nos dejó Fromm supone un paso de gigante no solo en el campo de la psicología, sino también en el de la filosofía. Así, aunque para muchos sus teorías pecaran en ocasiones de utópicas, lo cierto es que dio forma a un tipo psicoanálisis más real, donde desarrollar lo mejor de cada persona.
Un enfoque nada desdeñable de un pensador que, como ya hemos señalado, vale la pena recordar y leer en profundidad. Sirva este artículo como una invitación.
Todas las fuentes citadas fueron revisadas a profundidad por nuestro equipo, para asegurar su calidad, confiabilidad, vigencia y validez. La bibliografía de este artículo fue considerada confiable y de precisión académica o científica.
- Fromm, E. (1983) La patología de la normalidad. Barcelona. Editorial Paidós Ibérica.
- Fromm, E. (1989) Del Tener al Ser, Barcelona. Editorial Paidós.
- Fromm, E., Maccoby, Michael (1979) Socio psicoanálisis del campesino mexicano. Fondo de Cultura Económica.
- Fromm, E. (1986) Ética y psicoanálisis. México. Fondo de Cultura Económica.
- Fromm E. (1977) El corazón del hombre. Su potencia para el bien y para el mal. México. Fondo de cultura Económica.
- Fromm et all (1974) Humanismo Socialista. Buenos Aires. Editorial Paidós.
- Fromm E., El Humanismo como filosofía global del hombre. En: FROMM, Erich: Sobre la desobediencia. Barcelona.Morín, E., La Cabeza bien puesta. Bases para una reforma educativa. Repensar la reforma. Repensar el pensamiento. Buenos Aires. Editorial Nueva Visión