Eres mi error favorito y el que va a matarme

Eres mi error favorito y el que va a matarme
Sergio De Dios González

Revisado y aprobado por el psicólogo Sergio De Dios González.

Última actualización: 06 agosto, 2023

Eres mi error favorito. Eres lo que quiero y a la vez eres la causante de mis desvelos. Eres lo peor y a la vez lo mejor que me ha pasado. Eres mi vicio, un vicio que me ha dañado tanto que directamente me ha cambiado. Eres vida y a la vez muerte, y lo peor es que no puedo vivir sin tenerte.

Antes de conocerte ya había oído hablar de ti, de tus horrores, pero nunca llegué a creer que fueran verdades, para mí eran solo rumores. Y cuando alguien habla solo de aquello que debe de ser prohibido me llama la atención, porque no siempre nos cuentan la verdad, y en este caso decidí que antes de hacer caso a otros debía conocerte.

Insistí mucho a mis amigos aquella noche para que me presentasen al que iba a ser el mayor error de mi vida. Yo no lo sabía, pero tu atracción era tan magnética, que con solo una primera impresión, caí en tus redes sin fecha de caducidad.

Eras la llama que guía la antorcha de la libertad. Eras la única manera de hacerme libre y distinto, o eso pensaba. Ahora me doy cuenta de lo tonto que fui al idealizarte tanto sin ni siquiera haberte conocido: solo por la atracción que sentía hacia el mundo de lo prohibido.

Mano prendiendo un mechero

No puedo vivir sin ti

Ahora no puedo vivir sin ti, pero en aquel momento solo me parecía algo emocionante el llegar a conocerte, a tontear contigo. No veía el peligro de un pequeño contacto con algo que dicen que es prohibido. Para mí la palabra prohibido es una señal de prueba y decide que tú te conoces mejor que los demás y eres más fuerte que ellos.

Esa noche la recuerdo como algo muy especial. En cuanto te presentaron noté como el calor subía por mis venas y cambiaba todo mi mundo. Te metiste en mis entrañas de una manera tan clara y absorbente que ya no puedo pensar en otra cosa que no seas tú.

No puedo vivir sin ti, sin tu manera cogerme la mano para tocar el cielo, sin tu forma de hacer que me evada de este mundo de cuerdos que no entiende a los locos. No puedo vivir sin ti, aunque sepa que cada vez que te toco lentamente me estás matando.

No puedo vivir sin ti y el error de conocerte aún me sigue pesando. Esta relación de amor, odio y admiración que te tengo está acabando conmigo: los buenos momentos cada vez son más breves y los malos son cada día más perennes.

Cada vez dependo más de ti, de una dosis tuya que haga que se aplace mi sufrimiento, aunque seas tú la que me haga sufrir. Así, escribo desde ese sitio, desde ese lugar de púas de erizo y de picos de cactus, en el que no hace más que volar metralla por la lucha entre lo que quiere mi corazón y lo que dicta mi razón. Una pelea en la que soy el único perdedor.

Desde aquí puedo decirle al mundo que tú, QUERIDA HEROÍNA, eres el error que va a matarme.

Mujer deprimida sentada

Eres el error que va a matarme

Eres la heroína, esa droga, ese error que va a matarme. Va a matarme porque la adicción que me une a ti es tan fuerte que no puedo dejarte. Los escalofríos, las náuseas y los temblores que pueden llegar a ser sacudidas cuando trato de alejarte no me permiten pasar mucho tiempo sin ti.

Cuando paso mucho tiempo sin ti hasta las alucinaciones se apoderan de mí. Son visiones aterradoras que transforman mi mundo en un lugar inhóspito y oscuro lleno de monstruos que quieren hacerme daño. Cuando sé, que claramente, el único monstruo que hay en mi vida, el monstruo que me está destruyendo, el error del que más me arrepiento, eres tú, droga maldita.

Eres tú la que domina mis pensamientos y mis acciones, en definitiva, eres tú, aquel que fuera mi error favorito, el que ahora domina mi vida. Eres tú la que ha hecho que tenga los brazos llenos de pinchazos y las venas hechas trizas.

Eres tú, querida heroína, la que hace que vomite y me haga las necesidades encima sin poder evitarlo porque el tenerte me domina. Sé que por tu culpa no puedo mantener un trabajo porque solo pienso en una dosis de ti y por ello no puedo mantener un horario.

Lo peor de todo es que sé que por un momento de placer he jodido mi vida. Sé que yo elegí caer en el error de probar la heroína y que ahora la culpa para mí la tiene la droga, cuando fui libre de elegir dónde me metía al pedir consumirla.

Pero también sé que si tú estás leyendo estas líneas aún puedes salvarte de introducir la droga en tu vida. Para mí es tarde, ahora tengo sida por no poder esperar a una aguja limpia. No pude esperar porque mi cuerpo me pedía una dosis y estaba cansado de pasarlo mal para esperarla.

No seas como yo, no cometas el mismo error, porque aunque te veas fuerte la droga va a poseerte. No caigas, se listo, no merece la pena. El poco placer que obtienes no vale nada comparado con una condena eterna al sufrimiento. No pienses que no serás como yo, así pensaba de otros, y ahora ya estoy casi muerto.


Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.