Escuchar reír a quien amas es una sensación maravillosa

Escuchar reír a quien amas es una sensación maravillosa
Gema Sánchez Cuevas

Revisado y aprobado por la psicóloga Gema Sánchez Cuevas.

Escrito por Raquel Aldana

Última actualización: 14 julio, 2019

Escuchar reír a quienes amamos es una sensación maravillosa que nos llena de placer, de alegría y de satisfacción. ¿Quién no conoce esa sensación que nos provoca quedarnos embobados mirando a nuestros seres queridos disfrutar?

¿Quién no ha pensado alguna vez: “qué falta le hacía tener un rato lleno de alegría”?  Hay surcos en nuestro rostro que se crean para guardar en ellos el misterio de la belleza del paso del tiempo y las alegrías que hemos vivido durante años.

Sonrisas y buenos momentos que nos arrugan las comisuras de los labios y pliegan nuestros ojos, nos limpian la mirada y nos inundan de un bienestar noble y sereno. Ahí donde reposan nuestras sonrisas se entiende lo ilimitada que es nuestra capacidad de sentir, de aceptar y de disfrutar de nuestras emociones.

Mujer sonriendo

Si nos vamos a arrugar que sea de tanto reír

Cuando valoramos el presente debemos tener muy en cuenta que este se constituye a partir de las semillas que plantamos en el pasado. Por eso y dado que no podemos retroceder en el calendario, es importante que convirtamos el momento actual en una buena base de futuro.

Por eso, dado que no podemos vivir en plenitud sin cuidarnos y disfrutar diariamente, somos responsables de lidiar con las guerras que se nos presentan y anteponer sentimientos y emociones positivas que nos permitan gestionar los malos momentos.

En este sentido suele decirse que lo importante no es tanto sumar años de vida, sino vida a los años. Sentir la felicidad de aquellos a los que queremos resulta bello precisamente por eso, pues implica llenar nuestra mochila emocional de desahogo, de buenos momentos y de liberación.

“Los años arrugan la piel, pero solo el abandono del entusiasmo arruga el alma. El pesar, la duda, la propia desconfianza, el miedo a la desesperación, son los años que encorvan el corazón y conducen el espíritu floreciente a las sombras.

Ya se tenga dieciséis o sesenta, siempre existe en cada corazón humano el impulso a la maravilla, el suave asombro ante las estrellas, el desafío a los acontecimientos, el apetito infantil por la vida”.

-Autor desconocido-

Mujer sonriendo

Cuando alguien sonríe su corazón deja de encorvarse

Tras momentos de fatalidad emocional una buena carcajada emborrona el malestar y desbloquea el logro de la prosperidad. De esa sensación de placidez mental propia por la felicidad ajena son responsables nuestras endorfinas, potentes catalizadores de los buenos sentimientos.

En este sentido podemos afirmar que nuestro sentido del humor y la risa son las mejores armas de las que la evolución nos ha dotado para crecer psicológicamente.

Reír y sentir que los demás pueden hacerlo son actos que funcionan como verdadero oxígeno psicológico para nuestro cerebro. Porque la vida después de una buena carcajada se ve de otro color, con más claridad mental y menos bloqueos.

El estrés desaparece por momentos y los dolores son menos intensos cuando maquillamos con alegría nuestra vida. Logramos contrarrestar el efecto de nuestras hormonas del estrés (por ejemplo, el cortisol) y reducimos sentimientos y pensamientos negativos innecesarios que nos impiden el avance.


Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.