Espiritualidad: ¿postureo o realización?
Tenemos demasiada espiritualidad, retiros, religiones, meditaciones, gurús… para buscar aquello que nunca se ha perdido. Cada vez es más difícil distinguir si se trata de una moda o algo real e incluso si hay ganas de demostrar lo “espiritual” que uno es.
Se habla de niveles cuando, en realidad, la armonía y el equilibrio no entienden de fases ni de iluminados; de hecho, si alguien dice de sí mismo que está iluminado, esto es una señal inequívoca de que no lo está.
La armonía ya está aquí (lo siento por aquellas personas que les hace ilusión saber en qué nivel están) y la cuestión está en descubrir las propias hipocresías y al mismo ego. Aunque eso guste menos que el hecho de aparentar espiritualidad.
Muchas personas realizan viajes para “encontrarse a sí mismas” teniendo como destino países como la India (como si garantizase una realización segura) y resumiré en una frase algo que puede aclarar esta cuestión: se fue muy lejos para buscarse a “sí mismo”, mientras “sí mismo” le acompañaba.
¿Cómo acercarse a la espiritualidad?
La espiritualidad es entrar en un estado de armonía.
- No es el soberbio roble el que aguanta un huracán, ya que de tanta rigidez y autoexigencia se rompe. Es el junco que se adapta a los vientos doblándose y volviéndose a erguir. Adaptarse significa aprender a vivir con lo que se presenta, no resignarse a ello.
- No encontrarás la realización en ninguna parte pues solo es una palabra, encontrarás una sensación de paz cuando aceptes la realidad que se esconde tras las imágenes creadas.
- Fue una gota de agua la que hizo colmar el vaso, fue una diminuta semilla la que empezó el camino del enorme árbol secuoya, fue un paso el que empezó toda la caminata y fue una idea la que revolucionó ese proyecto. Busca la claridad y la sencillez.
- No fue añadir lo que llevó a Einstein a desarrollar sus teorías sino restar, quitar los condicionamientos creados para hacer surgir la creatividad. No porque haya muchas nubes y no se le vea, el sol deja de brillar.
- Son las cosas pequeñas, los descartes, los comienzos, el hecho de cuestionar, lo que hace que aparezcan nuevos universos.
- Y uno ya no es un seguidor porque no hace falta seguir a nadie, ninguna enseñanza, ninguna luz, cuando llevas la linterna de la libertad en tu bolsillo.
Ese “sí mismo” que se quiere “realizar” aparece cuando desaparece el apego a la imagen, al “yo” condicionado. Estamos en la época en que la palabra se toma por real en lugar de la conducta.
Se utiliza la palabra tóxica para aquellas personas que, por supuesto, no son uno mismo e incomodan (el tóxico jamás soy yo); aparecen “tolerantes”, siempre y cuando coincida su tolerancia con su forma de pensar, manifestaciones contra la globalización con las zapatillas de marca y móvil en mano… postureo, imagen, caretas.
Ahora es más importante que piensen que soy feliz que verdaderamente serlo. Estar en paz implica saber vivir con las incomodidades, palabra que se trata de evitar y… lo que evitas te persigue.
“No somos seres humanos teniendo una experiencia espiritual. Somos seres espirituales teniendo una experiencia humana”.
-Pierre Teilhard de Chardin-
Indagaciones
- Cuando deje de ser todo lo que tengo… tendré por fin todo lo que soy.
- No te preguntes cómo ser libre. Pregúntate de qué quieres liberarte.
- No te da miedo eso… detrás de eso… busca ahí.
- No esperes felicidad de los demás, no les hagas eso, no seas cobarde.
- Si estás intranquilo, observa la intranquilidad hasta que te conviertas en el que observa.
- Si haces todo lo que puedes para que te aprueben siempre te suspenderás tú mismo.
- ¿Puedes vivir tu vida sin rechazar lo que ocurre en ella? ¿Sin rechazar lo inevitable?
- Ahora estás leyendo y no eres la frase, ahora estás pensando y no eres el pensamiento.
- Meditar es atender sin nadie que atienda.
¡Abandona la apariencia y aparece de una vez!
Llevas tiempo buscando la verdad y sin embargo nunca te has preguntado quién es el que la busca. Ramana Maharshi proponía la autoindagación con la constante pregunta ¿quién soy yo? ¿A quién le pasa este enfado, este nerviosismo, esta alegría…?
Llegarás a decir: a “mí” ¿Y quién es ese “mí”? No eres el objeto (pensamientos, emociones), sino el sujeto que observa. No hay que confundir ser con tener. Tienes emociones y pensamientos, pero no eres todo aquello que te pasa por la mente.
Esta meditación constante puede llegar a producir una neuroquímica de paz o lo que llaman “felicidad”. De hecho, el famoso estudio de la Universidad de Wisconsin a Mattihieu Ricard con resonancia magnética nuclear (fMRI) concluyó que Matthieu tenía un nivel elevado de actividad en la zona prefrontal izquierda asociada a emociones positivas alcanzando valores en un nivel nunca registrado.
Todo está sujeto al cambio, no hay nada seguro y el cerebro, que necesita seguridad, inventa la realidad. ¿Acaso tus pensamientos no son el resultado del programa que desde niño van introduciendo en tu cerebro?
¿Tu religión es la mejor o es la que vino en el programa del sitio donde has nacido? ¿Tú ateísmo proviene de una imagen, una moda? ¿Tu ideología? ¿Acaso no son supuestos, imágenes a seguir, imitadores cual monos de laboratorio? ¿No somos todos seguidores? Date de cuenta de lo ilusorio y aparecerá lo real .
El mayor miedo es a ser libre porque supone conocerte de verdad. ¿Te atreves?
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- Maharaj Nisargadatta, M. (2000) Yo soy eso. Editorial Sirio.
- Matthieu Ricard (2009). El arte de la meditación. Editorial Urano.
- Sri Ramana Maharshi (2007). Sea lo que usted es. Madrid. Editorial Sanz y Torres.