Mi estrategia para afrontar problemas me hizo más fuerte

Mi estrategia para afrontar problemas me hizo más fuerte
Gema Sánchez Cuevas

Revisado y aprobado por la psicóloga Gema Sánchez Cuevas.

Última actualización: 16 junio, 2019

Un señor al que merecía la pena escuchar cuando hablaba era Albert Einstein. Por fortuna, dejó grandes enseñanzas para nosotros, como su sabia frase de “no podemos resolver problemas pensando de la misma manera que cuando los creamos”. Siguiendo su razonamiento, podemos preguntarnos, ¿qué estrategia usar para afrontar problemas?

Dentro de un gran número de posibilidades, existen dos estrategias bastante solventes o así lo estiman las personas que las usan. Por un lado vamos a hablar del célebre Problem Solving estratégico. Por otro, de la paradoja de la farola. ¿Te apuntas a este viaje?

¿Qué estrategia usar para afrontar problemas?

Afrontar problemas con éxito te hará aprender. Siempre se dice que el fracaso es una buena escuela, pero hacer las cosas bien también lo es. Así, si acertamos con la solución, a parte de el éxito de la propia resolución del problema por el camino seguro que recibimos lecciones muy valiosas.

Mujer pensando

Cómo afrontar problemas con el Problem Solving estratégico

El Problem Solving estratégico es un modelo aplicable en cualquier ámbito y con diferentes niveles de dificultad. Para ponerlo en práctica, hemos de conocer sus tres pasos básicos: la definición, el objetivo y afrontar la estrategia del problema en sí.

Definición

La primera fase es la definición. Antes de buscar soluciones hemos de saber cuál es exactamente el problema al que nos enfrentamos. Por ello es bueno comprender su naturaleza.

Una forma adecuada de definir un problema es preguntándonos en qué consiste, dónde está, cuándo aparece, quiénes pueden ser los culpables, como y por qué sucede… Es decir, es bueno dedicar tiempo a identificar cada detalle.

“Si tuviese solo una hora para salvar el mundo, dedicaría 55 minutos a definir bien el problema”

-Albert Einstein-

Objetivos

Una vez definido el problema, hemos de conocer los objetivos. Así pues, en lugar de permanecer en la queja permanente por no encontrar salida, hemos de preguntarnos qué resultado querríamos. Por ejemplo, si en seis meses tenemos una entrevista de trabajo y sabemos que nos van a pedir un determinado conocimiento de un idioma extranjero, nuestro objetivo quedará fijado en el nivel que nos pidan. Quizás luego nos guste el idioma y queramos saber más, pero el objetivo inicial es ese.

Dale un vuelta a tus problemas y visualízalos como retos en vez de como amenazas. Así, entendiendo un obstáculo como lo primero y no como lo segundo estarás utilizando una fuente de motivación que produce mucho menos estrés y más satisfacción.

Afronta la estrategia del problema

Una vez que ya somos plenamente conscientes del problema que tenemos, llega el momento de establecer una estrategia para solventarlo. Sabemos nuestros objetivos y la magnitud del obstáculo. Toca pensar el método.

Es decir, llegarás a un punto en el que tendrás que ver qué estrategia es mejor para lograr tus objetivos y superar el problema. Aquí hay diversas técnicas que propone este método:

  • Llevar el problema al límite. En ocasiones, para que algo mejore tiene que empeorar primero. Dicen que tras la tempestad, llega la calma. Tal vez ir al límite y tocar fondo pueda ser una solución para coger impulso. Por ejemplo, cuando hay un incendio muchas veces no merece la pena salvar nada porque es demasiado alto el precio que podemos pagar por hacerlo. Tendremos que esperar con paciencia a que los bomberos lo extingan y quizás luego tirar todo para reconstruirlo desde cero.

  • Backward Planning. Otra estrategia propuesta implica realizar el recorrido de solución al revés. Es decir, imaginar que está todo solucionado, y comenzar a estudiar cómo has llegado a ese punto, luego al anterior, y al anterior, etc. Osea, como si rebobinases una cinta de VHS que te facilite la estrategia a seguir. Por ejemplo, los matemáticos utilizan mucho esta estrategia para hacer demostraciones: parten de lo que quieren demostrar para ver si pueden llegar a lo que ya está demostrado.

  • Mira a lo lejos. Puedes ir más allá del problema. Para ello tienes que visualizar tu vida ideal y proyectar tu mente sobre ello. Así encontrarás fuerzas y ánimos para superar la incertidumbre y localizar la libertad para ver la mejor solución.

La paradoja de la farola

Esta técnica de resolución de problemas surge de un libro llamado “El arte de amargarse la vida”. En él, Paul Watzlawick, con bastante ingenio y humor, nos plantea ciertos errores que parece que todos cometemos en algún momento.

En la paradoja de la farola, el autor cuenta la historia del borracho que busca su llave junto a una farola. Un policía le ve y le ayuda a buscar durante un rato. Pero llega un momento en que la autoridad le pregunta si está seguro que es ahí donde perdió la llave. En ese momento, el hombre embriagado le contesta que no, que fue más atrás, pero está demasiado oscuro.

A veces, al analizar un problema, debemos saber si estamos buscando en el sitio correcto las soluciones. No son pocas las veces en que nos ofuscamos en una “farola” una y otra vez. Tal vez un día fue útil y nos sirvió, pero no significa que vaya a ser reutilizable para siempre.

laberinto de la vergüenza

No obstante, nuestro cerebro funciona así de forma natural. Busca recursos mentales del archivo que una vez fueron útiles. Por eso es importante intentar ir más allá de los simples problemas, analizarlos en su justa medida y encontrar las mejores soluciones, que no siempre tenemos que conocer o tener en la mano, por mucha experiencia que haya a nuestra disposición.

“Para todo problema humano hay siempre una solución fácil, clara, plausible y equivocada”

-Henry-Louis Mencken-

Ahora, ya dispones de nuevas herramientas para afrontar problemas. No obstante, de nada sirve un cuchillo si quien lo tiene en la mano no lo utiliza. Es tu turno para ponerlas en práctica utilizando conocimiento, ingenio y buen ánimo.


Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.